Job 3:13-26
Job 3:11-26 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
»Mejor hubiera nacido muerto. ¡Así nadie me habría abrazado ni me habría amamantado, y ahora estaría descansando en paz! ¡Estaría en la compañía de esos reyes, gobernantes y consejeros que construyeron grandes monumentos y llenaron de oro y plata sus palacios! »Mejor me hubieran enterrado como se entierra a los niños que nacen antes de tiempo y nunca llegan a ver el sol. Para los cansados y prisioneros, la muerte es un descanso, pues ya no oyen gritar al capataz. Con la muerte, los malvados dejan de hacer destrozos. En la muerte se encuentran los débiles y los poderosos, y los esclavos se libran de sus amos. »¿Por qué nos deja nacer Dios si en la vida solo vamos a sufrir? ¿Por qué deja seguir viviendo a los que viven amargados? Buscan con ansias la muerte, como si buscaran un tesoro escondido. Quisieran morirse, pero la muerte no llega. ¡Muy grande sería su alegría si pudieran bajar a la tumba! »Dios nos cierra el paso y nos hace caminar a ciegas. Lágrimas y quejas son todo mi alimento. Ya he perdido la paz. Mis peores temores se han hecho realidad».
Job 3:13-26 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; Dormiría, y entonces tendría descanso, Con los reyes y con los consejeros de la tierra, Que reedifican para sí ruinas; O con los príncipes que poseían el oro, Que llenaban de plata sus casas. ¿Por qué no fui escondido como abortivo, Como los pequeñitos que nunca vieron la luz? Allí los impíos dejan de perturbar, Y allí descansan los de agotadas fuerzas. Allí también reposan los cautivos; No oyen la voz del capataz. Allí están el chico y el grande, Y el siervo libre de su señor. ¿Por qué se da luz al trabajado, Y vida a los de ánimo amargado, Que esperan la muerte, y ella no llega, Aunque la buscan más que tesoros; Que se alegran sobremanera, Y se gozan cuando hallan el sepulcro? ¿Por qué se da vida al hombre que no sabe por dónde ha de ir, Y a quien Dios ha encerrado? Pues antes que mi pan viene mi suspiro, Y mis gemidos corren como aguas. Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo temía. No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; No obstante, me vino turbación.
Job 3:13-26 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Ahora estaría yo descansando en paz; estaría durmiendo tranquilo entre reyes y consejeros de este mundo, que se construyeron monumentos que ahora yacen en ruinas; entre príncipes que poseyeron mucho oro y que llenaron de plata sus mansiones. ¿Por qué no me desecharon como a un abortivo, como a esos niños que jamás vieron la luz? ¡Allí cesa el afán de los malvados! ¡Allí descansan los que no tienen fuerzas! También los cautivos disfrutan del reposo, pues ya no escuchan los gritos del capataz. Allí el pequeño se codea con el grande y el esclavo se libera de su amo. »¿Por qué permite Dios que los sufridos vean la luz? ¿Por qué se les da vida a los amargados? Anhelan estos una muerte que no llega, aunque la buscan más que a tesoro escondido; ¡se llenarían de gran regocijo, se alegrarían si llegaran al sepulcro! ¿Por qué arrincona Dios al hombre que desconoce su destino? Antes que el pan, me llegan los suspiros; mis quejidos se derraman como el agua. Lo que más temía me sobrevino; lo que más me asustaba me sucedió. No encuentro paz ni sosiego; no hallo reposo, sino solo agitación».
Job 3:13-26 Reina Valera Contemporánea (RVC)
¡Ahora estaría yo tranquilo y en reposo! ¡Estaría disfrutando de un sueño sosegado! Descansaría entre reyes y ministros, cuyos monumentos hoy están en ruinas; ¡estaría entre poderosos gobernantes, que llenaban de oro y plata sus palacios! »¿Por qué no me trataron como a un abortivo, y me enterraron para nunca ver la luz? En la tumba los malvados no perturban; allí descansan los cansados de vivir; allí reposan de sus penas los cautivos, pues no escuchan más la voz del capataz; allí los niños y los viejos son iguales, y el esclavo se libera de su amo. »¿Por qué llega a ver la luz el que trabaja, y se deja vivir al de espíritu amargado? Esperan la muerte, y esta no llega, aunque la anhelan más que al oro, ¡pero cuán grande es su alegría cuando al fin encuentran el sepulcro! »¿Para qué vivir en un camino incierto, donde Dios te cierra el paso? ¡Mi pan lo ingiero entre suspiros, y entre lágrimas que corren como el agua! Me ha sobrevenido un temor espantoso; lo que más temía, me ha sucedido. No encuentro paz ni reposo; vivo intranquilo y en constante turbación.»
Job 3:13-26 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Si yo hubiera muerto entonces, ahora estaría durmiendo tranquilo, descansando en paz, con los reyes y ministros que se construyen grandes pirámides, o con los gobernantes que llenan sus palacios de oro y plata. ¿Por qué no me enterraron como a los abortos, como a los niños muertos antes de nacer? En la tumba tiene fin la agitación de los malvados, y los cansados alcanzan su reposo; allí encuentran paz los prisioneros, y dejan de escuchar los gritos del capataz; allí están grandes y pequeños por igual, y el esclavo se ve libre de su amo. ¿Por qué deja Dios ver la luz al que sufre? ¿Por qué le da vida al que está lleno de amargura, al que espera la muerte y no le llega, aunque la busque más que a un tesoro escondido? La alegría de ese hombre llega cuando por fin baja a la tumba. Dios lo hace caminar a ciegas, le cierra el paso por todos lados. Los gemidos son mi alimento; mi bebida, las quejas de dolor. Todo lo que yo temía, lo que más miedo me causaba, ha caído sobre mí. No tengo descanso ni sosiego; no encuentro paz, sino inquietud.
Job 3:13-26 La Biblia de las Américas (LBLA)
Porque ahora yo yacería tranquilo; dormiría, y entonces tendría descanso con los reyes y los consejeros de la tierra, que reedificaron ruinas para sí; o con príncipes que tenían oro, que llenaban sus casas de plata. O como aborto desechado, yo no existiría, como los niños que nunca vieron la luz. Allí los impíos cesan de airarse, y allí reposan los cansados. Juntos reposan los prisioneros; no oyen la voz del capataz. Allí están los pequeños y los grandes, y el esclavo es libre de su señor. ¶¿Por qué se da luz al que sufre, y vida al amargado de alma; a los que ansían la muerte, pero no llega, y cavan por ella más que por tesoros; que se alegran sobremanera, y se regocijan cuando encuentran el sepulcro? ¿Por qué dar luz al hombre cuyo camino está escondido, y a quien Dios ha cercado? Porque al ver mi alimento salen mis gemidos, y mis clamores se derraman como agua. Pues lo que temo viene sobre mí, y lo que me aterroriza me sucede. No tengo reposo ni estoy tranquilo, no descanso, sino que me viene turbación.
Job 3:13-26 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Si hubiera muerto al nacer, ahora descansaría en paz; estaría dormido y en reposo. Descansaría con los reyes y con los primeros ministros del mundo, cuyos grandiosos edificios ahora yacen en ruinas. Descansaría junto a príncipes, ricos en oro, cuyos palacios estuvieron llenos de plata. ¿Por qué no me enterraron como a un niño que nace muerto, como a un niño que nunca vivió para ver la luz? Pues una vez muertos, los malvados no causan más problemas y los cansados encuentran reposo. Aun los cautivos logran tranquilidad en la muerte, donde no hay guardias que los maldigan. El rico y el pobre están allí, y el esclavo se libera de su dueño. »Oh, ¿por qué dar luz a los desdichados, y vida a los amargados? Ellos desean la muerte, pero no llega; buscan la muerte con más fervor que a tesoro escondido. Se llenan de alegría cuando finalmente mueren, y se regocijan cuando llegan a la tumba. ¿Por qué dar vida a los que no tienen futuro, a quienes Dios ha rodeado de dificultades? No puedo comer a causa de mis suspiros; mis gemidos se derraman como el agua. Lo que yo siempre había temido me ocurrió; se hizo realidad lo que me horrorizaba. No tengo paz ni tranquilidad. No tengo descanso; solo me vienen dificultades».