S. Lucas 19:29-38
S. Lucas 19:29-38 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Cuando ya estaba cerca de Betfagué y de Betania, junto al monte que se llama de los Olivos, les dijo a dos de sus discípulos: «Vayan a la aldea que está ante ustedes. Al entrar en ella, van a encontrar atado un burrito, sobre el cual nadie se ha montado. Desátenlo y tráiganlo aquí. Si alguien les pregunta: “¿Por qué lo desatan?”, respondan: “Porque el Señor lo necesita.”» Los discípulos se fueron y encontraron todo tal y como él les había dicho. Mientras desataban el burrito, sus dueños les dijeron: «¿Por qué lo desatan?» Y ellos contestaron: «Porque el Señor lo necesita.» Luego se lo llevaron a Jesús, echaron sus mantos sobre el burrito, e hicieron montar a Jesús. Conforme Jesús avanzaba, la multitud tendía sus mantos por el camino. Cuando se acercó a la bajada del monte de los Olivos, todo el conjunto de sus discípulos comenzó a gritar de alegría y a alabar a Dios por todas las maravillas que habían visto; y decían: «¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo, y gloria en las alturas!»
S. Lucas 19:29-38 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Y aconteció que llegando cerca de Betfagé y de Betania, al monte que se llama de los Olivos, envió dos de sus discípulos, diciendo: Id a la aldea de enfrente, y al entrar en ella hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado jamás; desatadlo, y traedlo. Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? le responderéis así: Porque el Señor lo necesita. Fueron los que habían sido enviados, y hallaron como les dijo. Y cuando desataban el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino? Ellos dijeron: Porque el Señor lo necesita. Y lo trajeron a Jesús; y habiendo echado sus mantos sobre el pollino, subieron a Jesús encima. Y a su paso tendían sus mantos por el camino. Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto, diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!
S. Lucas 19:29-38 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Al llegar a las ciudades de Betfagé y Betania, en el monte de los Olivos, mandó a dos discípulos que se adelantaran. «Vayan a la aldea que está allí —les dijo—. Al entrar, verán un burrito atado, que nadie ha montado jamás. Desátenlo y tráiganlo aquí. Si alguien les pregunta: “¿Por qué desatan al burrito?”, simplemente digan: “El Señor lo necesita”». Así que ellos fueron y encontraron el burrito tal como lo había dicho Jesús. Y, efectivamente, mientras lo desataban, los dueños les preguntaron: —¿Por qué desatan ese burrito? Y los discípulos simplemente contestaron: —El Señor lo necesita. Entonces le llevaron el burrito a Jesús y pusieron sus prendas encima para que él lo montara. A medida que Jesús avanzaba, la multitud tendía sus prendas sobre el camino delante de él. Cuando llegó a donde comienza la bajada del monte de los Olivos, todos sus seguidores empezaron a gritar y a cantar mientras alababan a Dios por todos los milagros maravillosos que habían visto. «¡Bendiciones al Rey que viene en el nombre del SEÑOR! ¡Paz en el cielo y gloria en el cielo más alto!».
S. Lucas 19:29-38 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Cuando se acercó a Betfagué y a Betania, junto al monte llamado de los Olivos, envió a dos de sus discípulos con este encargo: «Vayan a la aldea que tienen enfrente y, al entrar en ella, encontrarán atado un burrito en el que nadie se ha montado. Desátenlo y tráiganlo acá. Y si alguien pregunta: “¿Por qué lo desatan?”, díganle: “El Señor lo necesita”». Fueron y lo encontraron tal como él les había dicho. Cuando estaban desatando el burrito, los dueños preguntaron: —¿Por qué desatan el burrito? —El Señor lo necesita —contestaron. Se lo llevaron, pues, a Jesús. Luego pusieron sus mantos encima del burrito y ayudaron a Jesús a montarse. A medida que avanzaba, la gente tendía sus mantos sobre el camino. Al acercarse él a la bajada del monte de los Olivos, todos los discípulos se entusiasmaron y comenzaron a alabar a Dios por tantos milagros que habían visto. Gritaban: —¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor!
S. Lucas 19:29-38 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Cuando llegó cerca de los pueblos de Betfagé y Betania, se detuvo junto al Monte de los Olivos. Allí les dijo a dos de sus discípulos: «Vayan al pueblo que está allá. Tan pronto entren, van a encontrar un burro atado. Nadie ha montado antes ese burro. Desátenlo y tráiganlo. Si alguien les pregunta por qué lo desatan, respondan: “El Señor lo necesita.”» Los dos discípulos fueron al pueblo y encontraron el burro, tal como Jesús les había dicho. Cuando estaban desatándolo, los dueños preguntaron: —¿Por qué desatan el burro? Ellos contestaron: —El Señor lo necesita. Luego se llevaron el burro, pusieron sus mantos sobre él, y ayudaron a Jesús para que se montara. Jesús se dirigió a Jerusalén, y muchas personas empezaron a extender sus mantos en el camino por donde él iba a pasar. Cuando llegaron cerca del Monte de los Olivos y empezaron a bajar a Jerusalén, todos los seguidores de Jesús se alegraron mucho. Todos gritaban y alababan a Dios por los milagros que Jesús había hecho, y que ellos habían visto. Decían
S. Lucas 19:29-38 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Cuando ya había llegado cerca de Betfagé y Betania, junto al monte que se llama de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: —Vayan a la aldea que está enfrente, y al llegar encontrarán un burro atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo. Y si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle que el Señor lo necesita. Los discípulos fueron y lo encontraron todo como Jesús se lo había dicho. Mientras estaban desatando el burro, los dueños les preguntaron: —¿Por qué lo desatan? Ellos contestaron: —Porque el Señor lo necesita. Y poniendo sus capas sobre el burro, se lo llevaron a Jesús y lo hicieron montar. Conforme Jesús avanzaba, la gente tendía sus capas por el camino. Y al acercarse a la bajada del Monte de los Olivos, todos sus seguidores comenzaron a gritar de alegría y a alabar a Dios por todos los milagros que habían visto. Decían: —¡Bendito el Rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!
S. Lucas 19:29-38 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y aconteció que cuando se acercó a Betfagé y a Betania, cerca del monte que se llama de los Olivos, envió a dos de los discípulos, diciendo: Id a la aldea que está enfrente, en la cual, al entrar, encontraréis un pollino atado sobre el cual nunca se ha montado nadie; desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta: «¿Por qué lo desatáis?», de esta manera hablaréis: «Porque el Señor lo necesita». Entonces los enviados fueron y lo encontraron como Él les había dicho. Mientras desataban el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino? Y ellos respondieron: Porque el Señor lo necesita. Y lo trajeron a Jesús, y echando sus mantos sobre el pollino, pusieron a Jesús sobre él. Y mientras Él iba avanzando, tendían sus mantos por el camino. Cuando ya se acercaba, junto a la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, regocijándose, comenzó a alabar a Dios a gran voz por todas las maravillas que habían visto, diciendo: ¡BENDITO EL REY QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!