S. Lucas 20:1-18
S. Lucas 20:1-18 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Un día, mientras Jesús enseñaba al pueblo en el Templo y les predicaba las buenas noticias, se acercaron los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley, junto con los líderes religiosos. —Dinos con qué autoridad haces esto —lo interrogaron—. ¿Quién te dio esa autoridad? —Yo también voy a hacerles una pregunta a ustedes —respondió él—. Díganme: El bautismo de Juan, ¿procedía del cielo o de los hombres? Ellos, pues, lo discutieron entre sí: «Si respondemos “del cielo”, nos dirá “¿por qué no le creyeron?”. Pero si decimos “de los hombres”, todo el pueblo nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta». Así que respondieron: —No sabemos de dónde era. Entonces Jesús dijo: —Pues yo tampoco les voy a decir con qué autoridad hago esto. Pasó luego a contarle a la gente esta parábola: —Un hombre plantó un viñedo, se lo arrendó a unos labradores y se fue de viaje por largo tiempo. Llegada la cosecha, mandó un siervo a los labradores para que le dieran parte de la cosecha. Pero los labradores lo golpearon y lo despidieron con las manos vacías. Les envió otro siervo, pero también a este lo golpearon, lo humillaron y lo despidieron con las manos vacías. Entonces envió un tercero, pero aun a este lo hirieron y lo expulsaron. »Entonces pensó el dueño del viñedo: “¿Qué voy a hacer? Enviaré a mi hijo amado; seguro que a él sí lo respetarán”. Pero cuando lo vieron los labradores, trataron el asunto. “Este es el heredero —dijeron—. Matémoslo y la herencia será nuestra”. Así que lo arrojaron fuera del viñedo y lo mataron. »¿Qué les hará el dueño? Volverá, acabará con esos labradores y dará el viñedo a otros. Al oír esto, la gente exclamó: —¡Dios no lo quiera! Mirándolos fijamente, Jesús les dijo: —Entonces, ¿qué significa esto que está escrito: »“La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular”? Todo el que caiga sobre esa piedra quedará despedazado y, si ella cae sobre alguien, lo hará polvo.
S. Lucas 20:1-18 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Cierto día, mientras Jesús enseñaba a la gente y predicaba la Buena Noticia en el templo, los principales sacerdotes, los maestros de la ley religiosa y los ancianos se le acercaron. —¿Con qué autoridad haces todas estas cosas? —le reclamaron—. ¿Quién te dio el derecho? —Primero, déjenme hacerles una pregunta —les respondió él—. La autoridad de Juan para bautizar, ¿provenía del cielo o era meramente humana? Ellos discutieron el asunto unos con otros: «Si decimos que provenía del cielo, preguntará por qué nosotros no le creímos a Juan, pero si decimos que era meramente humana, la gente nos apedreará, porque están convencidos de que Juan era un profeta». Entonces finalmente contestaron que no sabían. Jesús respondió: —Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas. Jesús se dirigió nuevamente a la gente y les contó la siguiente historia: «Un hombre plantó un viñedo, lo alquiló a unos agricultores arrendatarios y se mudó a vivir a otro país por varios años. Llegado el tiempo de la cosecha de la uva, envió a uno de sus siervos para recoger su parte de la cosecha; pero los agricultores atacaron al siervo, le dieron una paliza y lo mandaron de regreso con las manos vacías. Así que el dueño envió a otro siervo, pero a este también lo insultaron, le dieron una paliza y lo despacharon con las manos vacías. Entonces envió a un tercer hombre, a quien lastimaron y echaron a patadas. »“¿Qué haré? —se preguntó el dueño—. ¡Ya sé! Enviaré a mi querido hijo. Sin duda a él lo respetarán”. »Sin embargo, cuando los agricultores vieron al hijo, se dijeron unos a otros: “Aquí viene el heredero de esta propiedad. ¡Matémoslo y nos quedaremos con la propiedad!”. Entonces lo arrastraron fuera del viñedo y lo asesinaron. »¿Qué creen ustedes que hará con ellos el dueño del viñedo? —preguntó Jesús—. Les diré: irá y matará a esos agricultores y alquilará el viñedo a otros». —¡Qué terrible que suceda algo así! —protestaron los oyentes. Jesús los miró y les dijo: —Entonces, ¿a qué se refiere la siguiente Escritura: “La piedra que los constructores rechazaron ahora se ha convertido en la piedra principal”? Todo el que tropiece con esa piedra se hará pedazos, y la piedra aplastará a quienes les caiga encima.
S. Lucas 20:1-18 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Jesús estaba en el templo enseñando a la gente y anunciando las buenas noticias. Los sacerdotes principales, los maestros de la Ley y los líderes del país se acercaron y le preguntaron: —¿Quién te dio autoridad para hacer todo esto? Jesús les contestó: —Yo también voy a preguntarles algo: ¿Quién le dio autoridad a Juan el Bautista para bautizar? ¿Dios, o alguna otra persona? Ellos comenzaron a discutir, y se decían unos a otros: «Si contestamos que fue Dios quien le dio autoridad a Juan, Jesús nos preguntará por qué no le creímos. Y si decimos que fue un ser humano, la gente nos matará a pedradas, porque creen que Juan era un profeta enviado por Dios.» Entonces respondieron: —No sabemos quién le dio autoridad a Juan. Jesús les dijo: —Pues yo tampoco les diré quién me da autoridad para hacer todo esto. Jesús le puso a la gente este ejemplo: «El dueño de un terreno sembró una viña, luego la alquiló y se fue de viaje por largo tiempo. Cuando llegó la época de la cosecha, envió a un sirviente para pedir la parte que le correspondía. Pero los hombres que alquilaron la viña golpearon al sirviente y lo enviaron con las manos vacías. »El dueño envió a otro sirviente, pero también a este lo golpearon, lo insultaron y lo enviaron sin nada. Luego envió a otro, y a este también lo hirieron y lo echaron fuera de la viña. »Finalmente, el dueño se puso a pensar: “¿Qué puedo hacer?” Y se dijo: “Ya sé; enviaré a mi hijo que tanto quiero. Estoy seguro que a él sí lo respetarán.” »Cuando aquellos hombres vieron que había llegado el hijo del dueño, se dijeron unos a otros: “Este muchacho es el que recibirá la viña cuando el dueño muera. Vamos a matarlo; así nos quedaremos con el terreno.” »Entonces agarraron al muchacho, lo sacaron del terreno y lo mataron.» Después Jesús preguntó: —¿Qué piensan ustedes que hará el dueño con aquellos hombres? Seguramente, cuando regrese, los matará y luego entregará la viña a otras personas. Cuando la gente oyó eso, dijo: —¡Eso, jamás! Jesús miró a todos y les dijo: —Entonces, cuando la Biblia dice: “La piedra que rechazaron los constructores del templo es ahora la piedra principal”, »¿qué quiso decir con eso? Porque todo el que caiga sobre esa piedra quedará hecho pedazos. Y si la piedra cae sobre alguien, lo dejará hecho polvo.»
S. Lucas 20:1-18 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Un día, mientras Jesús estaba en el templo enseñando al pueblo y anunciándoles las buenas noticias, llegaron los principales sacerdotes y los escribas, junto con los ancianos, y le preguntaron: «¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado esta autoridad?» Jesús les dijo: «Yo también voy a hacerles una pregunta. Díganme: El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de este mundo?» Ellos empezaron a discutir entre sí: «Si decimos que era del cielo, nos dirá: “Entonces, ¿por qué no le creyeron?” Y si decimos que era de los hombres, todo el pueblo nos matará a pedradas, pues están convencidos de que Juan era un profeta.» Y respondieron que no sabían de dónde era. Entonces Jesús les dijo: «Pues yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas.» Luego comenzó a contarle a la gente esta parábola: «Un hombre plantó una viña, se la arrendó a unos labradores, y se ausentó por mucho tiempo. A su debido tiempo, envió a uno de sus siervos para que los labradores le entregaran la parte de lo que la viña había producido; pero los labradores lo golpearon y lo mandaron con las manos vacías. Volvió a enviar a otro siervo; pero ellos golpearon y humillaron también a este, y lo enviaron con las manos vacías. Envió entonces a un tercer siervo, pero también a este lo hirieron y lo echaron de allí. Entonces el dueño de la viña dijo: “¿Qué haré? Voy a enviar a mi hijo amado. Tal vez, cuando lo vean, le tendrán respeto.” Pero cuando los labradores lo vieron, se dijeron unos a otros: “Este es el heredero. Vamos a matarlo, para quedarnos con la herencia.” Así que lo expulsaron de la viña, y lo mataron. ¿Qué creen ustedes que el dueño de la viña hará con ellos? Pues irá y matará a esos labradores, y dará su viña a otros.» Al oír esto, la gente exclamó: «¡Dios nos libre!» Pero Jesús los miró fijamente y les dijo: «¿Qué significa esta escritura que dice: »“La piedra que desecharon los constructores ha venido a ser la piedra angular?” Todo el que caiga sobre esa piedra, se hará pedazos; y si ella cae sobre alguien, lo aplastará por completo.»
S. Lucas 20:1-18 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Un día, mientras Jesús estaba en el templo enseñando a la gente y anunciando la buena noticia, llegaron los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley, junto con los ancianos, y le dijeron: —¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te dio esta autoridad? Jesús les contestó: —Yo también les voy a hacer una pregunta. Respóndanme: ¿Quién envió a Juan a bautizar, Dios o los hombres? Comenzaron a discutir unos con otros: «Si respondemos que Dios lo envió, va a decir: “¿Por qué no le creyeron?” Y no podemos decir que fueron los hombres, porque la gente nos matará a pedradas, ya que todos están seguros de que Juan era un profeta.» Así que respondieron que no sabían quién había enviado a Juan a bautizar. Entonces Jesús les contestó: —Pues yo tampoco les digo con qué autoridad hago esto. Luego empezó Jesús a hablar a la gente, y contó esta parábola: —Un hombre plantó un viñedo, lo alquiló a unos labradores y emprendió un largo viaje. A su debido tiempo, mandó un criado a pedir a los labradores la parte de la cosecha que le correspondía; pero ellos lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías. Entonces el dueño mandó otro criado; pero también a este lo insultaron, lo golpearon y lo enviaron con las manos vacías. Volvió a mandar otro, pero los labradores también lo hirieron y lo echaron fuera. »Por fin el dueño del terreno dijo: “¿Qué haré? Mandaré a mi hijo querido; tal vez lo respetarán.” Pero cuando los labradores lo vieron, se dijeron unos a otros: “Este es el que ha de recibir la herencia; matémoslo, para que la propiedad pase a poder nuestro.” Así que lo sacaron del viñedo y lo mataron. »¿Y qué creen ustedes que hará con ellos el dueño del viñedo? Pues irá y matará a esos labradores, y dará el viñedo a otros. Al oír esto, dijeron: —¡Eso jamás! Pero Jesús los miró, y dijo: —Entonces ¿qué significa esto que dicen las Escrituras?: “La piedra que los constructores despreciaron se ha convertido en la piedra principal.” Cualquiera que caiga sobre esa piedra, quedará hecho pedazos; y si la piedra cae sobre alguien, lo hará polvo.
S. Lucas 20:1-18 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Sucedió un día, que enseñando Jesús al pueblo en el templo, y anunciando el evangelio, llegaron los principales sacerdotes y los escribas, con los ancianos, y le hablaron diciendo: Dinos: ¿con qué autoridad haces estas cosas?, ¿o quién es el que te ha dado esta autoridad? Respondiendo Jesús, les dijo: Os haré yo también una pregunta; respondedme: El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Entonces ellos discutían entre sí, diciendo: Si decimos, del cielo, dirá: ¿Por qué, pues, no le creísteis? Y si decimos, de los hombres, todo el pueblo nos apedreará; porque están persuadidos de que Juan era profeta. Y respondieron que no sabían de dónde fuese. Entonces Jesús les dijo: Yo tampoco os diré con qué autoridad hago estas cosas. Comenzó luego a decir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, la arrendó a labradores, y se ausentó por mucho tiempo. Y a su tiempo envió un siervo a los labradores, para que le diesen del fruto de la viña; pero los labradores le golpearon, y le enviaron con las manos vacías. Volvió a enviar otro siervo; mas ellos a este también, golpeado y afrentado, le enviaron con las manos vacías. Volvió a enviar un tercer siervo; mas ellos también a este echaron fuera, herido. Entonces el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá cuando le vean a él, le tendrán respeto. Mas los labradores, al verle, discutían entre sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle, para que la heredad sea nuestra. Y le echaron fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña? Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará su viña a otros. Cuando ellos oyeron esto, dijeron: ¡Dios nos libre! Pero él, mirándolos, dijo: ¿Qué, pues, es lo que está escrito: La piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo? Todo el que cayere sobre aquella piedra, será quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará.
S. Lucas 20:1-18 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y aconteció que en uno de los días cuando Él enseñaba a la gente en el templo y anunciaba el evangelio, se le enfrentaron los principales sacerdotes y los escribas con los ancianos, y le hablaron, diciéndole: Dinos, ¿con qué autoridad haces estas cosas, o quién te dio esta autoridad? Respondiendo Él, les dijo: Yo también os haré una pregunta; decidme: El bautismo de Juan, ¿era del cielo o de los hombres? Y ellos discurrían entre sí, diciendo: Si decimos: «Del cielo», Él dirá: «¿Por qué no le creísteis?». Pero si decimos: «De los hombres», todo el pueblo nos matará a pedradas, pues están convencidos de que Juan era un profeta. Y respondieron que no sabían de dónde era. Jesús entonces les dijo: Tampoco yo os dirécon qué autoridad hago estas cosas. Y comenzó a referir al pueblo esta parábola: Un hombre plantó una viña, y la arrendó a labradores, y se fue de viaje por mucho tiempo. Y al tiempo de la vendimia envió un siervo a los labradores para que le dieran parte del fruto de la viña; pero los labradores, después de golpearlo, lo enviaron con las manos vacías. Volvió a enviar otro siervo; y ellos también a este, después de golpearlo y ultrajarlo, lo enviaron con las manos vacías. Volvió a enviar un tercero; y a este también lo hirieron y echaron fuera. Entonces el dueñode la viña dijo: «¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizá a él lo respetarán». Pero cuando los labradores lo vieron, razonaron entre sí, diciendo: «Este es el heredero; matémoslo para que la heredad sea nuestra». Y arrojándolo fuera de la viña, lo mataron. Por tanto, ¿qué les hará el dueñode la viña? Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará la viña a otros. Y cuando ellos oyeron esto, dijeron: ¡Nunca suceda tal cosa! Pero Él, mirándolos fijamente, dijo: Entonces, ¿qué quiere deciresto que está escrito: «LA PIEDRA QUE DESECHARON LOS CONSTRUCTORES, ESA, EN PIEDRA ANGULAR SE HA CONVERTIDO»? Todo el que caiga sobre esa piedra será hecho pedazos; y aquel sobre quien ella caiga, lo esparcirá como polvo.