S. Lucas 23:20-25
S. Lucas 23:20-25 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Pilato, como quería soltar a Jesús, apeló al pueblo otra vez, pero ellos se pusieron a gritar: —¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! Por tercera vez les habló: —Pero ¿qué crimen ha cometido este hombre? No encuentro que él sea culpable de nada que merezca la pena de muerte, así que le daré una paliza y después lo soltaré. Pero a voz en cuello ellos siguieron insistiendo en que lo crucificara y con sus gritos se impusieron. Por fin Pilato decidió concederles su demanda: soltó al hombre que le pedían, el que por insurrección y homicidio había sido echado en la cárcel, y dejó que hicieran con Jesús lo que quisieran.
S. Lucas 23:20-25 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Pilato quería dejar libre a Jesús. Por eso habló otra vez con todos los que estaban allí. Pero ellos gritaron: —¡Que lo claven en una cruz! ¡Que lo claven en una cruz! Pilato habló con ellos por tercera vez, y les dijo: —¿Por qué quieren que muera? ¿Qué mal ha hecho? Por lo que sé, este hombre no ha hecho nada malo para merecer la muerte. Ordenaré que lo azoten, y luego lo dejaré en libertad. Pero ellos siguieron gritando con más fuerza, pidiendo que mataran a Jesús. Al fin, Pilato les hizo caso. Ordenó que mataran a Jesús como ellos querían, y dejó libre a Barrabás, el rebelde y asesino.
S. Lucas 23:20-25 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Como Pilato quería soltar a Jesús, volvió a dirigirse al pueblo; pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícalo, crucifícalo!» Por tercera vez Pilato les dijo: «¿Pues qué crimen ha cometido este? ¡Yo no he hallado en él ningún delito que merezca la muerte! Voy a castigarlo, y luego lo dejaré libre.» Pero ellos seguían gritando, e insistían en que Jesús fuera crucificado. Al final, prevalecieron las voces de ellos y de los principales sacerdotes. La sentencia de Pilato fue que se hiciera lo que ellos pedían; puso en libertad a quien habían pedido, que había sido encarcelado por rebelión y homicidio, y puso a Jesús a la disposición de ellos.
S. Lucas 23:20-25 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Les habló otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesús; pero ellos volvieron a dar voces, diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale! Él les dijo por tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho este? Ningún delito digno de muerte he hallado en él; le castigaré, pues, y le soltaré. Mas ellos instaban a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los principales sacerdotes prevalecieron. Entonces Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían; y les soltó a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
S. Lucas 23:20-25 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Pilato, que quería dejar libre a Jesús, les habló otra vez; pero ellos gritaron más alto: —¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo! Por tercera vez Pilato les dijo: —Pues ¿qué mal ha hecho? Yo no encuentro en él nada que merezca la pena de muerte. Lo voy a castigar y después lo dejaré libre. Pero ellos insistían a gritos, pidiendo que lo crucificara; y tanto gritaron que consiguieron lo que querían. Pilato decidió hacer lo que le estaban pidiendo; así que dejó libre al hombre que habían escogido, el que estaba en la cárcel por rebelión y asesinato, y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
S. Lucas 23:20-25 La Biblia de las Américas (LBLA)
Pilato, queriendo soltar a Jesús, les volvió a hablar, pero ellos continuaban gritando, diciendo: ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Y él les dijo por tercera vez: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho este? No he hallado en Él ningún delito digno de muerte; por tanto, le castigaré y le soltaré. Pero ellos insistían, pidiendo a grandes voces que fuera crucificado. Y sus voces comenzaron a predominar. Entonces Pilato decidió que se les concediera su demanda. Y soltó al que ellos pedían, al que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, pero a Jesús lo entregó a la voluntad de ellos.
S. Lucas 23:20-25 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Pilato discutió con ellos porque quería poner en libertad a Jesús, pero la multitud seguía gritando: «¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!». Por tercera vez insistió Pilato: «¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido? No encuentro ninguna razón para condenarlo a muerte. Lo haré azotar y luego lo soltaré». Pero la turba gritó cada vez más fuerte, exigiendo que Jesús fuera crucificado, y sus voces prevalecieron. Entonces Pilato sentenció a Jesús a muerte como la gente reclamaba. Como habían pedido, puso en libertad a Barrabás, el que estaba preso por levantamiento y asesinato. Y les entregó a Jesús para que hicieran con él como quisieran.