S. Marcos 15:12-20
S. Marcos 15:12-20 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Pilato les preguntó: «¿Y qué quieren que haga con el que ustedes llaman Rey de los judíos?» Y ellos volvieron a gritar: «¡Crucifícalo!» Pilato les decía: «¿Pues qué crimen ha cometido?» Pero ellos gritaban más todavía: «¡Crucifícalo!» Pilato optó por complacer al pueblo y puso en libertad a Barrabás; luego mandó que azotaran a Jesús, y lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados lo llevaron al interior del atrio, es decir, al pretorio, y llamaron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura, le colocaron una corona tejida de espinas, y comenzaron a saludarlo: «¡Salve, Rey de los judíos!» Lo golpeaban en la cabeza con una caña, y lo escupían, y doblaban las rodillas para hacerle reverencias. Después de burlarse de él, le quitaron la ropa de púrpura, lo vistieron con sus propios vestidos, y lo sacaron de allí para crucificarlo.
S. Marcos 15:12-20 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
—¿Y qué voy a hacer con el que ustedes llaman el rey de los judíos? —preguntó Pilato. —¡Crucifícalo! —gritaron. Pilato les preguntó: —¿Por qué? ¿Qué crimen ha cometido? Pero ellos gritaban aún más fuerte: —¡Crucifícalo! Como quería satisfacer a la multitud, Pilato soltó a Barrabás; a Jesús lo mandó azotar y lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados llevaron a Jesús al interior del palacio (es decir, al pretorio) y reunieron a toda la tropa. Le pusieron un manto color púrpura; luego trenzaron una corona de espinas y se la colocaron. —¡Viva el rey de los judíos! —lo aclamaban. Lo golpeaban en la cabeza con una vara y lo escupían. Doblando la rodilla, le rendían homenaje. Después de burlarse de él, le quitaron el manto color púrpura, le pusieron su propia ropa y se lo llevaron para crucificarlo.
S. Marcos 15:12-20 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Pilato volvió a preguntar: —¿Y qué quieren que haga con el hombre que ustedes llaman “el rey de los judíos”? —¡Clávalo en una cruz! —contestaron a coro. Pilato les preguntó: —Díganme, ¿qué mal ha hecho este hombre? Pero la multitud gritó con más fuerza: —¡Clávalo en una cruz! Pilato quería quedar bien con la gente, así que dejó en libertad a Barrabás. Luego ordenó que azotaran a Jesús con un látigo y que lo clavaran en una cruz. Los soldados romanos llevaron a Jesús al patio del cuartel y llamaron al resto de la tropa. Luego le pusieron a Jesús un manto de color rojo oscuro, y le colocaron en la cabeza una corona hecha con ramas de espinos. Entonces comenzaron a burlarse de él, y gritaban: «¡Viva el rey de los judíos!» Lo golpeaban en la cabeza con una vara y lo escupían, y arrodillándose delante de él le hacían reverencias. Cuando se cansaron de burlarse de él, le quitaron el manto rojo y le pusieron su propia ropa. Después se lo llevaron para clavarlo en la cruz.
S. Marcos 15:12-20 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Pilato les preguntó: —¿Y qué quieren que haga con el que ustedes llaman el Rey de los judíos? Ellos contestaron a gritos: —¡Crucifícalo! Pilato les dijo: —Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos volvieron a gritar: —¡Crucifícalo! Entonces Pilato, como quería quedar bien con la gente, dejó libre a Barrabás; y después de mandar que azotaran a Jesús, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados llevaron a Jesús al patio del palacio, llamado pretorio, y reunieron a toda la tropa. Le pusieron una capa de color rojo oscuro, trenzaron una corona de espinas y se la pusieron. Luego comenzaron a gritar: —¡Viva el Rey de los judíos! Y le golpeaban la cabeza con una vara, lo escupían y, doblando la rodilla, le hacían reverencias. Después de burlarse así de él, le quitaron la capa de color rojo oscuro, le pusieron su propia ropa y lo sacaron para crucificarlo.
S. Marcos 15:12-20 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos? Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale! Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale! Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado. Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la compañía. Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas, comenzaron luego a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos! Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias. Después de haberle escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle.
S. Marcos 15:12-20 La Biblia de las Américas (LBLA)
Y Pilato, tomando de nuevo la palabra, les decía: ¿Qué haré, entonces, con el que llamáis el Rey de los judíos? Ellos le respondieron a gritos: ¡Crucifícale! Y Pilato les decía: ¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho? Y ellos gritaban aún más: ¡Crucifícale! Pilato, queriendo complacer a la multitud, les soltó a Barrabás; y después de hacer azotar a Jesús, le entregó para que fuera crucificado. Entonces los soldados le llevaron dentro del palacio, es decir, al Pretorio, y convocaron* a toda la cohorte romana. Le vistieron* de púrpura, y después de tejer una corona de espinas, se la pusieron; y comenzaron a vitorearle: ¡Salve, Rey de los judíos! Le golpeaban la cabeza con una caña y le escupían, y poniéndose de rodillas le hacían reverencias. Y después de haberse burlado de Él, le quitaron la púrpura, le pusieron sus ropas y le sacaron* para crucificarle.
S. Marcos 15:12-20 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Pilato les preguntó: —Entonces, ¿qué hago con este hombre al que ustedes llaman rey de los judíos? —¡Crucifícalo! —le contestaron a gritos. —¿Por qué? —insistió Pilato—. ¿Qué crimen ha cometido? Pero la turba rugió aún más fuerte: —¡Crucifícalo! Entonces Pilato, para calmar a la multitud, dejó a Barrabás en libertad. Y mandó azotar a Jesús con un látigo que tenía puntas de plomo, y después lo entregó a los soldados romanos para que lo crucificaran. Los soldados llevaron a Jesús al patio del cuartel general del gobernador (llamado el pretorio) y llamaron a todo el regimiento. Lo vistieron con un manto púrpura y armaron una corona con ramas de espinos y se la pusieron en la cabeza. Entonces lo saludaban y se mofaban: «¡Viva el rey de los judíos!». Y lo golpeaban en la cabeza con una caña de junco, le escupían y se ponían de rodillas para adorarlo burlonamente. Cuando al fin se cansaron de hacerle burla, le quitaron el manto púrpura y volvieron a ponerle su propia ropa. Luego lo llevaron para crucificarlo.