Salmos 119:169-176
Salmos 119:169-176 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová; Dame entendimiento conforme a tu palabra. Llegue mi oración delante de ti; Líbrame conforme a tu dicho. Mis labios rebosarán alabanza Cuando me enseñes tus estatutos. Hablará mi lengua tus dichos, Porque todos tus mandamientos son justicia. Esté tu mano pronta para socorrerme, Porque tus mandamientos he escogido. He deseado tu salvación, oh Jehová, Y tu ley es mi delicia. Viva mi alma y te alabe, Y tus juicios me ayuden. Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.
Salmos 119:169-176 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Que llegue mi clamor a tu presencia; dame entendimiento, SEÑOR, conforme a tu palabra. Que llegue a tu presencia mi súplica; líbrame, conforme a tu promesa. Que rebosen mis labios de alabanza, porque tú me enseñas tus estatutos. Que entone mi lengua un cántico a tu palabra, pues todos tus mandamientos son justos. Que acuda tu mano en mi ayuda, porque he escogido tus preceptos. Yo, SEÑOR, anhelo tu salvación. Tu Ley es mi regocijo. Déjame vivir para alabarte; que vengan tus leyes a ayudarme. Cual oveja perdida me he extraviado; ven en busca de tu siervo, porque no he olvidado tus mandamientos.
Salmos 119:169-176 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Dios mío, ¡acepta mi oración y mis ruegos! ¡Dame entendimiento, y sálvame, tal como lo has prometido! Yo te cantaré alabanzas porque me enseñas tu palabra. Alabaré tus promesas, pues todos tus mandamientos son justos. Ven y tiéndeme la mano, pues he decidido obedecerte. Dios mío, ansioso espero que me salves; tus enseñanzas son mi alegría. Dame vida y te alabaré; ¡que tu palabra me sostenga! Ando como oveja perdida; ven a buscarme, pues te pertenezco y tengo presentes tus mandamientos.
Salmos 119:169-176 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Señor, ¡escucha mi clamor! ¡Dame entendimiento, conforme a tu palabra! ¡Que llegue mi oración a tu presencia! ¡Líbrame, como lo has prometido! De mis labios se desbordará la alabanza cuando me hayas enseñado tus estatutos. Con mis labios proclamaré tu palabra, porque todos tus mandamientos son justos. Extiende tu mano para socorrerme, porque he elegido obedecer tus mandamientos. Señor, yo espero que me salves, porque me deleito en tu ley. Concédeme vida para alabarte, y sosténme con tus juicios. Ando sin rumbo, como oveja perdida; ¡ven en busca de este siervo tuyo que no ha olvidado tus mandamientos!
Salmos 119:169-176 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Lleguen mis gritos, Señor, a tu presencia; ¡dame entendimiento, conforme a tu palabra! Llegue mi oración a tu presencia; ¡líbrame, conforme a tu promesa! Brote de mis labios la alabanza, pues tú me has enseñado tus leyes. Entonen mis labios un canto a tu promesa, porque todos tus mandamientos son justos. Esté lista tu mano a darme ayuda, porque he preferido tus preceptos. Señor, ¡deseo que me salves! ¡Yo me siento feliz con tu enseñanza! Quiero vivir para alabarte; que tu justicia me ayude. Me he extraviado como una oveja; ¡ven en busca mía, pues no me he olvidado de tus mandamientos!
Salmos 119:169-176 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Llegue mi clamor ante ti, SEÑOR; conforme a tu palabra dame entendimiento. Llegue mi súplica delante de ti; líbrame conforme a tu palabra. Profieran mis labios alabanzas, pues tú me enseñas tus estatutos. Que cante mi lengua de tu palabra, porque todos tus mandamientos son justicia. Pronta esté tu mano a socorrerme, porque tus preceptos he escogido. Anhelo tu salvación, SEÑOR, y tu ley es mi deleite. Viva mi alma para alabarte, y que tus ordenanzas me ayuden. Me he descarriado como oveja perdida; busca a tu siervo, porque no me olvido de tus mandamientos.
Salmos 119:169-176 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Oh SEÑOR, escucha mi clamor; dame la capacidad de discernir que me prometiste. Escucha mi oración; rescátame como lo prometiste. Que la alabanza fluya de mis labios, porque me has enseñado tus decretos. Que mi lengua cante de tu palabra, porque todos tus mandatos son correctos. Tiéndeme una mano de ayuda, porque opté por seguir tus mandamientos. Oh SEÑOR, he anhelado que me rescates, y tus enseñanzas son mi deleite. Déjame vivir para que pueda alabarte, y que tus ordenanzas me ayuden. He andado descarriado como una oveja perdida; ven a buscarme, porque no me he olvidado de tus mandatos.