Salmos 119:33-40
Salmos 119:33-40 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Enséñame, SEÑOR, el camino de tus estatutos y lo seguiré hasta el fin. Dame entendimiento para seguir tu Ley y la cumpliré de todo corazón. Dirígeme por la senda de tus mandamientos, porque en ella encuentro mi solaz. Inclina mi corazón hacia tus mandatos y no hacia las ganancias deshonestas. Aparta mi vista de cosas vanas, preserva mi vida en tu camino. Confirma tu promesa a este siervo, para que seas temido. Líbrame de la afrenta que me aterra, porque tus leyes son buenas. ¡Cómo anhelo tus preceptos! ¡Dame vida conforme a tu justicia!
Salmos 119:33-40 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Dios mío, enséñame a cumplir tus mandamientos, pues obedecerlos me hace feliz; ¡los cumpliré toda mi vida! Aclara mi entendimiento, y los seguiré de todo corazón. Hazme pensar solo en tu palabra, y no en las ganancias egoístas. No me dejes seguir a dioses falsos, pues quiero adorarte solo a ti. ¡Cumple tu promesa y dame ánimo! Lo que más deseo es tu palabra. Me asusta pensar que mis enemigos me desprecien. Ponme a salvo y dame ánimo, pues tú eres un juez justo.
Salmos 119:33-40 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Señor, guíame por el camino de tus estatutos, y yo los obedeceré hasta el fin. Hazme entender tu ley, para cumplirla; la obedeceré de todo corazón. Encamíname hacia tus mandamientos, porque en ellos me deleito. Inclina mi corazón hacia tus testimonios, y no hacia la avaricia. Aparta mis ojos de los dioses falsos, y dame vida para andar contigo. Confirma tu palabra a tu siervo, porque este siervo tuyo te honra. Aléjame del temor a la deshonra, porque tú eres bondadoso en tus juicios. Ansío conocer tus mandamientos; ¡dame vida conforme a tu justicia!
Salmos 119:33-40 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
Señor, enséñame el camino de tus leyes, pues quiero seguirlo hasta el fin. Dame entendimiento para guardar tu enseñanza; ¡quiero obedecerla de todo corazón! Llévame por el camino de tus mandamientos, pues en él está mi felicidad. Haz que mi corazón prefiera tus mandatos a las ganancias mal habidas. No dejes que me fije en falsos dioses; ¡dame vida para seguir tu camino! Confirma a este siervo tuyo las promesas que haces a los que te honran. Aleja de mí la ofensa que temo, pues tus decretos son buenos. Yo he deseado tus preceptos; ¡dame vida, pues tú eres justo!
Salmos 119:33-40 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, Y lo guardaré hasta el fin. Dame entendimiento, y guardaré tu ley, Y la cumpliré de todo corazón. Guíame por la senda de tus mandamientos, Porque en ella tengo mi voluntad. Inclina mi corazón a tus testimonios, Y no a la avaricia. Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino. Confirma tu palabra a tu siervo, Que te teme. Quita de mí el oprobio que he temido, Porque buenos son tus juicios. He aquí yo he anhelado tus mandamientos; Vivifícame en tu justicia.
Salmos 119:33-40 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Enséñame, oh SEÑOR, el camino de tus estatutos, y lo guardaré hasta el fin. Dame entendimiento para que guarde tu ley y la cumpla de todo corazón. Hazme andar por la senda de tus mandamientos, porque en ella me deleito. Inclina mi corazón a tus testimonios y no a la ganancia deshonesta. Aparta mis ojos de mirar la vanidad, y vivifícame en tus caminos. Confirma a tu siervo tu palabra, que inspira reverencia por ti. Quita de mí el oprobio que me causa temor, porque tus juicios son buenos. He aquí, anhelo tus preceptos; vivifícame por tu justicia.
Salmos 119:33-40 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Enséñame tus decretos, oh SEÑOR; los cumpliré hasta el fin. Dame entendimiento y obedeceré tus enseñanzas; las pondré en práctica con todo mi corazón. Hazme andar por el camino de tus mandatos, porque allí es donde encuentro mi felicidad. Dame entusiasmo por tus leyes en lugar de amor por el dinero. Aparta mis ojos de cosas inútiles y dame vida mediante tu palabra. Confirma a tu siervo tu promesa, la promesa que hiciste a los que te temen. Ayúdame a abandonar mis caminos vergonzosos, porque tus ordenanzas son buenas. ¡Anhelo obedecer tus mandamientos! Renueva mi vida con tu bondad.