Salmos 119:97-105
Salmos 119:97-105 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
¡Cuánto amo yo tu Ley! Todo el día medito en ella. Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, porque siempre están conmigo. Tengo más discernimiento que todos mis maestros, porque medito en tus mandatos. Tengo más entendimiento que los ancianos, porque obedezco tus preceptos. Aparto mis pies de toda mala senda para cumplir con tu palabra. No me desvío de tus leyes, porque tú mismo me instruyes. ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! ¡Son más dulces que la miel a mi boca! De tus preceptos adquiero entendimiento; por eso aborrezco toda senda de mentira. Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.
Salmos 119:97-105 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
¡Tanto amo tus enseñanzas que a todas horas medito en ellas! Siempre están conmigo, y me hacen aún más sabio que mis enemigos y mis maestros. Hasta entiendo mejor que los ancianos, porque las pongo en práctica. Me he apartado de todo mal camino porque quiero obedecer tu palabra. No me he apartado de tu enseñanza porque tú eres mi maestro. Me das tanta sabiduría que no soporto la mentira. ¡Tu palabra es para mí más dulce que la miel! Tu palabra es una lámpara que alumbra mi camino.
Salmos 119:97-105 Nueva Traducción Viviente (NTV)
¡Oh, cuánto amo tus enseñanzas! Pienso en ellas todo el día. Tus mandatos me hacen más sabio que mis enemigos, pues me guían constantemente. Así es, tengo mejor percepción que mis maestros, porque siempre pienso en tus leyes. Hasta soy más sabio que los ancianos, porque he obedecido tus mandamientos. Me negué a andar por cualquier mal camino, a fin de permanecer obediente a tu palabra. No me he apartado de tus ordenanzas, porque me has enseñado bien. ¡Qué dulces son a mi paladar tus palabras! Son más dulces que la miel. Tus mandamientos me dan entendimiento; ¡con razón detesto cada camino falso de la vida! Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino.
Salmos 119:97-105 Reina Valera Contemporánea (RVC)
¡Cuánto amo yo tus enseñanzas! ¡Todo el día medito en ellas! Me has hecho más sabio que a mis perseguidores, porque tus enseñanzas están siempre conmigo. Entiendo más que mis maestros, porque tus testimonios son mi meditación. Comprendo mejor que los ancianos, porque obedezco tus mandamientos. Me he apartado de todo mal camino, para obedecer tu palabra. No me he apartado de tus juicios porque eres tú quien me dirige. ¡Cuán dulces son tus palabras en mi boca! ¡Son más dulces que la miel en mis labios! Tus mandamientos me han dado inteligencia; por eso odio toda senda de mentira. Tu palabra es una lámpara a mis pies; ¡es la luz que ilumina mi camino!
Salmos 119:97-105 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
¡Cuánto amo tu enseñanza! ¡Todo el día medito en ella! Tus mandamientos son míos para siempre; me han hecho más sabio que mis enemigos. Entiendo más que todos mis maestros porque pienso mucho en tus mandatos. Entiendo más que los ancianos porque obedezco tus preceptos. He alejado mis pies de todo mal camino para cumplir tu palabra. No me he apartado de tus decretos porque tú eres quien me enseña. Tu promesa es más dulce a mi paladar que la miel a mi boca. De tus preceptos he sacado entendimiento; por eso odio toda conducta falsa. Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino.
Salmos 119:97-105 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, Porque siempre están conmigo. Más que todos mis enseñadores he entendido, Porque tus testimonios son mi meditación. Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos; De todo mal camino contuve mis pies, Para guardar tu palabra. No me aparté de tus juicios, Porque tú me enseñaste. ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira. Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
Salmos 119:97-105 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶¡Cuánto amo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, porque son míos para siempre. Tengo más discernimiento que todos mis maestros, porque tus testimonios son mi meditación. Entiendo más que los ancianos, porque tus preceptos he guardado. De todo mal camino he refrenado mis pies, para guardar tu palabra. No me he desviado de tus ordenanzas, porque tú me has enseñado. ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!, más que la miel a mi boca. De tus preceptos recibo entendimiento, por tanto aborrezco todo camino de mentira. ¶Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino.