Salmos 130:1-4
Salmos 130:1-4 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
A ti, SEÑOR, elevo mi clamor desde lo más profundo de mi ser. Escucha, Señor, mi voz. Estén atentos tus oídos a mi voz suplicante. Si tú, SEÑOR, tomaras en cuenta los pecados, ¿quién, Señor, se mantendría en pie? Pero en ti se halla perdón y por eso debes ser temido.
Salmos 130:1-4 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
1 (1b) Dios mío, yo te llamo pues estoy muy angustiado. ¡Escúchame, Dios mío! ¡Presta oído a mis gritos que te piden compasión! Si tomaras en cuenta todos nuestros pecados, nadie podría presentarse ante ti. Pero tú nos perdonas. ¡Por eso mereces nuestra adoración!
Salmos 130:1-4 Reina Valera Contemporánea (RVC)
A ti clamo, Señor, desde el fondo de mi angustia. ¡Escucha, Señor, mi voz! ¡Que no se cierren tus oídos al clamor de mi súplica! Señor, si te fijaras en nuestros pecados, ¿quién podría sostenerse en tu presencia? Pero en ti hallamos perdón, para que seas reverenciado.
Salmos 130:1-4 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo. Señor, oye mi voz; Estén atentos tus oídos A la voz de mi súplica. JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón, Para que seas reverenciado.
Salmos 130:1-4 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Desde lo profundo de mi desesperación, oh SEÑOR, clamo por tu ayuda. Escucha mi clamor, oh Señor. Presta atención a mi oración. SEÑOR, si llevaras un registro de nuestros pecados, ¿quién, oh Señor, podría sobrevivir? Pero tú ofreces perdón, para que aprendamos a temerte.
Salmos 130:1-4 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
1 (1b) Desde el fondo del abismo clamo a ti, Señor: ¡Escucha, Señor, mi voz!, ¡atiendan tus oídos mi grito suplicante! Señor, Señor, si tuvieras en cuenta la maldad, ¿quién podría mantenerse en pie? Pero en ti encontramos perdón, para que te honremos.
Salmos 130:1-4 La Biblia de las Américas (LBLA)
Desde lo más profundo, oh SEÑOR, he clamado a ti. ¡Señor, oye mi voz! Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas. SEÑOR, si tú tuvieras en cuenta las iniquidades, ¿quién, oh Señor, podría permanecer? Pero en ti hay perdón, para que seas temido.