Salmos 19:1-11
Salmos 19:1-11 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Los cielos cuentan la gloria de Dios; la expansión proclama la obra de sus manos. Un día transmite el mensaje al otro día; una noche a la otra comparte sabiduría. Sin palabras, sin lenguaje, sin una voz perceptible, por toda la tierra resuena su eco; sus palabras llegan hasta los confines del mundo. Dios ha establecido en los cielos un hogar para el sol. Y este, como novio que sale de la cámara nupcial, se regocija, cual poderoso guerrero, al recorrer su camino. Sale de un extremo de los cielos y, en su recorrido, llega al otro extremo, sin que nada se libre de su calor. La Ley del SEÑOR es perfecta: infunde nuevo aliento. El mandato del SEÑOR es digno de confianza: da sabiduría al sencillo. Los preceptos del SEÑOR son rectos: traen alegría al corazón. El mandamiento del SEÑOR es claro: da luz a los ojos. El temor del SEÑOR es puro: permanece para siempre. Las ordenanzas del SEÑOR son verdaderas: todas ellas son justas. Son más deseables que el oro, más que mucho oro refinado; son más dulces que la miel, la miel que destila del panal. Por ellas queda advertido tu siervo; quien las obedece recibe una gran recompensa.
Salmos 19:1-11 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Los cielos proclaman la gloria de Dios; el firmamento revela la obra de sus manos. Un día se lo cuenta al otro día; una noche se lo enseña a la otra noche. Sin palabras, sin sonidos, sin que se escuche una sola voz, su mensaje recorre toda la tierra y llega al último rincón del mundo, en donde el sol pasa la noche. Y el sol, cual novio que sale del tálamo, cual si fuera un poderoso guerrero, se levanta alegre para hacer su recorrido. Sale por un extremo de los cielos, y sigue su curso hasta el otro extremo, sin que nada se esconda de su calor. La ley del Señor es perfecta: reanima el alma. El testimonio del Señor es firme: da sabiduría al ingenuo. Los preceptos del Señor son rectos: alegran el corazón. El mandamiento del Señor es puro: da luz a los ojos. El temor del Señor es bueno: permanece para siempre. Los decretos del Señor son verdaderos, y todos ellos justos. Son más deseables que el oro refinado y más dulces que la miel que destila del panal. Con ellos, Señor, amonestas a tu siervo, y recompensas grandemente a quien los cumple.
Salmos 19:1-11 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, Ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, Y hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso tabernáculo para el sol; Y este, como esposo que sale de su tálamo, Se alegra cual gigante para correr el camino. De un extremo de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos; Y nada hay que se esconda de su calor. La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal. Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay grande galardón.
Salmos 19:1-11 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento despliega la destreza de sus manos. Día tras día no cesan de hablar; noche tras noche lo dan a conocer. Hablan sin sonidos ni palabras; su voz jamás se oye. Sin embargo, su mensaje se ha difundido por toda la tierra y sus palabras, por todo el mundo. Dios preparó un hogar para el sol en los cielos, y este irrumpe como un novio radiante luego de su boda. Se alegra como un gran atleta, ansioso por correr la carrera. El sol sale de un extremo de los cielos y sigue su curso hasta llegar al otro extremo; nada puede ocultarse de su calor. Las enseñanzas del SEÑOR son perfectas; reavivan el alma. Los decretos del SEÑOR son confiables; hacen sabio al sencillo. Los mandamientos del SEÑOR son rectos; traen alegría al corazón. Los mandatos del SEÑOR son claros; dan buena percepción para vivir. La reverencia al SEÑOR es pura; permanece para siempre. Las leyes del SEÑOR son verdaderas; cada una de ellas es imparcial. Son más deseables que el oro, incluso que el oro más puro. Son más dulces que la miel, incluso que la miel que gotea del panal. Sirven de advertencia para tu siervo, una gran recompensa para quienes las obedecen.
Salmos 19:1-11 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
1 (2) El cielo azul nos habla de la grandeza de Dios y de todo lo que ha hecho. 2 (3) Los días y las noches lo comentan entre sí. 3 (4) Aunque no hablan ni dicen nada, ni se oye un solo sonido, 4 (5) sus palabras recorren toda la tierra y llegan hasta el fin del mundo. En el cielo Dios ha puesto una casa para el sol. 5 (6) Y sale el sol de su casa feliz como un novio; alegre como un atleta, se dispone a recorrer su camino. 6 (7) Sale por un lado y se oculta por el otro, sin que nada ni nadie se libre de su calor. 7 (8) La ley de Dios es perfecta, y nos da nueva vida. Sus mandatos son dignos de confianza, pues dan sabiduría a los jóvenes. 8 (9) Las normas de Dios son rectas y alegran el corazón. Sus mandamientos son puros y nos dan sabiduría. 9 (10) La palabra de Dios es limpia y siempre se mantiene firme. Sus decisiones son al mismo tiempo verdaderas y justas. 10 (11) Yo prefiero sus decisiones más que montones de oro, me endulzan la vida más que la miel del panal. 11 (12) Me sirven de advertencia; el premio es grande si uno cumple con ellas.
Salmos 19:1-11 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
1 (2) El cielo proclama la gloria de Dios; de su creación nos habla la bóveda celeste. 2 (3) Los días se lo cuentan entre sí; las noches hacen correr la voz. 3 (4) Aunque no se escuchan palabras ni se oye voz alguna, 4 (5) su mensaje llega a toda la tierra, hasta el último rincón del mundo. Allí Dios puso un lugar para el sol, 5 (6) y este sale como un novio de la habitación nupcial, y se alegra como un atleta al emprender su camino. 6 (7) Sale el sol por un lado del cielo y da la vuelta hasta llegar al otro, sin que nada pueda huir de su calor. 7 (8) La enseñanza del Señor es perfecta, porque da nueva vida. El mandato del Señor es fiel, porque hace sabio al hombre sencillo. 8 (9) Los preceptos del Señor son justos, porque traen alegría al corazón. El mandamiento del Señor es puro y llena los ojos de luz. 9 (10) El temor del Señor es limpio y permanece para siempre. Los decretos del Señor son verdaderos, todos ellos son justos, 10 (11) ¡son de más valor que el oro fino!, ¡son más dulces que la miel del panal! 11 (12) Son también advertencias a este siervo tuyo, y le es provechoso obedecerlas.
Salmos 19:1-11 La Biblia de las Américas (LBLA)
Los cielos proclaman la gloria de Dios, y la expansión anuncia la obra de sus manos. Un día transmite el mensaje al otro día, y una noche a la otra noche revela sabiduría. No hay mensaje, no hay palabras; no se oye su voz. Mas por toda la tierra salió su voz, y hasta los confines del mundo sus palabras. En ellos puso una tienda para el sol, y este, como un esposo que sale de su alcoba, se regocija cual hombre fuerte al correr su carrera. De un extremo de los cielos es su salida, y su curso hasta el otro extremo de ellos; y nada hay que se esconda de su calor. ¶La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo. Los preceptos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos. El temor del SEÑOR es limpio, que permanece para siempre; los juicios del SEÑOR son verdaderos, todos ellos justos; deseables más que el oro; sí, más que mucho oro fino, más dulces que la miel y que el destilar del panal. Además, tu siervo es amonestado por ellos; en guardarlos hay gran recompensa.