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Salmos 31:10-24

Salmos 31:10-24 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido. De todos mis enemigos soy objeto de oprobio, Y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos; Los que me ven fuera huyen de mí. He sido olvidado de su corazón como un muerto; He venido a ser como un vaso quebrado. Porque oigo la calumnia de muchos; El miedo me asalta por todas partes, Mientras consultan juntos contra mí E idean quitarme la vida. Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores. Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; Sálvame por tu misericordia. No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado; Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol. Enmudezcan los labios mentirosos, Que hablan contra el justo cosas duras Con soberbia y menosprecio. ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, Que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas. Bendito sea Jehová, Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada. Decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos; Pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba. Amad a Jehová, todos vosotros sus santos; A los fieles guarda Jehová, Y paga abundantemente al que procede con soberbia. Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, Y tome aliento vuestro corazón.

Salmos 31:10-24 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

La vida se me va en angustias y los años en lamentos; la aflicción está acabando con mis fuerzas y mis huesos se van debilitando. Por causa de todos mis enemigos, soy motivo de desprecio para mis vecinos; soy un espanto para mis amigos; de mí huyen los que me encuentran en la calle. Me han olvidado, como si hubiera muerto; soy como una vasija hecha pedazos. Son muchos a los que oigo murmurar: «Hay terror por todas partes». Se han confabulado contra mí y traman quitarme la vida. Pero yo, SEÑOR, en ti confío, y digo: «Tú eres mi Dios». Mi vida entera está en tus manos; líbrame de mis enemigos y perseguidores. Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; por tu gran amor, sálvame. SEÑOR, no permitas que me avergüencen, porque a ti he clamado. Que sean avergonzados los malvados y silenciados en el sepulcro. Que sean silenciados sus labios mentirosos, porque hablan contra los justos con orgullo, desdén e insolencia. ¡Cuán grande es tu bondad! La reservas para los que te temen, y a la vista de la gente la derramas sobre los que en ti se refugian. Al amparo de tu presencia los proteges de las intrigas humanas; en tu morada los resguardas de las lenguas contenciosas. Bendito sea el SEÑOR, pues mostró su gran amor por mí cuando me hallaba en una ciudad sitiada. En mi angustia llegué a decir: «¡He sido arrojado de tu presencia!». Pero tú oíste mi voz suplicante cuando te pedí que me ayudaras. Amen al SEÑOR, todos sus fieles; él protege a los dignos de confianza, pero a los orgullosos les da su merecido. Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el SEÑOR esperan.

Salmos 31:10-24 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

10 (11) Toda mi vida he sufrido, toda mi vida he llorado; mi maldad me debilita, mis huesos no me sostienen. 11 (12) Amigos y enemigos me ven como poca cosa; al verme en la calle se espantan y huyen de mí. 12 (13) Me tienen olvidado, como si ya me hubiera muerto; ¡parezco un vaso hecho pedazos! 13 (14) Mucha gente habla mal de mí, y hasta mí llegan sus chismes de que parezco un fantasma. Todos se han puesto en mi contra, y hasta quieren matarme. 14 (15) ¡Pero tú eres mi Dios! ¡En ti he puesto mi confianza! 15 (16) Mi vida está en tus manos; ¡sálvame de mis enemigos!, ¡sálvame de los que me persiguen! 16 (17) Yo estoy a tu servicio: ¡muéstrame tu buena voluntad! ¡Por tu gran amor, sálvame! 17 (18) Dios mío, mira que te estoy llamando; no me dejes pasar vergüenza. ¡Que pasen vergüenza los malvados! ¡Échalos a la tumba! 18 (19) ¡Calla a esos mentirosos, que me desprecian y me humillan! 19 (20) Tú eres muy bondadoso con la gente que te honra; a la vista de todo el mundo derramas tu bondad sobre los que en ti confían. 20 (21) Tu presencia los pone a salvo de los planes malvados; tú los proteges de la maldad como protege la gallina a sus pollitos. 21 (22) ¡Bendito seas, Dios mío! Cuando yo estuve en problemas me mostraste tu gran amor. 22 (23) Estaba yo tan confundido que hasta llegué a pensar que no querías ni verme. Pero a gritos pedí tu ayuda, y tú escuchaste mis ruegos. 23 (24) Ustedes, los que aman a Dios, ¡demuéstrenle su amor! Nuestro Dios protege a los que merecen su confianza, pero a los orgullosos les da su merecido. 24 (25) Todos ustedes, los que confían en Dios, ¡anímense y sean valientes!

Salmos 31:10-24 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Mi vida se va consumiendo de dolor; mis años transcurren en medio de suspiros. La maldad acaba con mis fuerzas, y hasta mis huesos se van debilitando. Todos mis enemigos se burlan de mí, y más aún mis vecinos; ¡soy el hazmerreír de mis conocidos! Los que me ven en la calle, huyen de mí. Me han olvidado, como a los muertos; hasta parezco una vasija hecha pedazos. Puedo oír cómo muchos me calumnian: «¡Hay terror por todas partes!», y mientras tanto, todos conspiran contra mí y hacen planes para matarme. ¡Solo piensan quitarme la vida! Señor, yo confío en ti, y declaro que tú eres mi Dios. Mi vida está en tus manos; ¡líbrame de mis enemigos y perseguidores! ¡Haz brillar tu rostro sobre este siervo tuyo! ¡Sálvame, por tu misericordia! Señor, no permitas que sea yo avergonzado, porque a ti te he invocado. ¡Que sean avergonzados los impíos! ¡Que enmudezcan en el sepulcro! ¡Que sean silenciados los labios mentirosos, esos que hablan mal del hombre honrado y lo tratan con soberbia y desprecio! ¡Cuán grande es tu bondad, la cual reservas para los que en ti confían! ¡Delante de todos la manifiestas a los que en ti buscan refugio! En lo más recóndito de tu presencia los pones a salvo de la maldad humana; les das refugio en tu tabernáculo; ¡los pones a salvo de las malas lenguas! ¡Bendito seas, Señor! ¡Grande ha sido tu misericordia por mí! ¡Me pusiste en una ciudad fortificada! En mi angustia llegué a pensar que me habías apartado de tu vista, pero tú escuchaste mi voz suplicante en el momento en que a ti clamé. Ustedes, fieles del Señor, ¡ámenlo! El Señor cuida de quienes le son fieles, pero a los que actúan guiados por la soberbia les da el castigo que merecen. Ustedes, los que esperan en el Señor, ¡esfuércense, y cobren ánimo!

Salmos 31:10-24 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

10 (11) ¡El dolor y los lamentos acaban con los años de mi vida! La tristeza acaba con mis fuerzas; ¡mi cuerpo se está debilitando! 11 (12) Soy el hazmerreír de mis enemigos, objeto de burla de mis vecinos, horror de quienes me conocen. ¡Huyen de mí cuantos me ven en la calle! 12 (13) Me han olvidado por completo, como si ya estuviera muerto. Soy como un jarro hecho pedazos. 13 (14) Puedo oír que la gente cuchichea: «Hay terror por todas partes.» Como un solo hombre, hacen planes contra mí; ¡hacen planes para quitarme la vida! 14 (15) Pero yo, Señor, confío en ti; yo he dicho: «¡Tú eres mi Dios!» 15 (16) Mi vida está en tus manos; ¡líbrame de mis enemigos, que me persiguen! 16 (17) Mira con bondad a este siervo tuyo, y sálvame, por tu amor. 17 (18) A ti clamo, Señor; ¡no me hundas en la vergüenza! ¡Hunde en la vergüenza a los malvados; húndelos en el silencio del sepulcro! 18 (19) Queden en silencio los labios mentirosos, que hablan con burla y desprecio, y ofenden al hombre honrado. 19 (20) ¡Qué grande es tu bondad para aquellos que te honran! La guardas como un tesoro y, a la vista de los hombres, la repartes a quienes confían en ti. 20 (21) Con la protección de tu presencia los libras de los planes malvados del hombre; bajo tu techo los proteges de los insultos de sus enemigos. 21 (22) Bendito sea el Señor, que con su amor hizo grandes cosas por mí en momentos de angustia. 22 (23) En mi inquietud llegué a pensar que me habías echado de tu presencia; pero cuando te pedí ayuda, tú escuchaste mis gritos. 23 (24) Amen al Señor, todos sus fieles. El Señor cuida de los sinceros, pero a los altaneros les da con creces su merecido. 24 (25) Den ánimo y valor a sus corazones todos los que confían en el Señor.

Salmos 31:10-24 La Biblia de las Américas (LBLA)

Pues mi vida se gasta en tristeza, y mis años en suspiros; mis fuerzas se agotan a causa de mi iniquidad, y se ha consumido mi cuerpo. A causa de todos mis adversarios, he llegado a ser objeto de oprobio, especialmente para mis vecinos, y causa de espanto para mis conocidos; los que me ven en la calle huyen de mí. Como un muerto soy olvidado, sin ser recordado, soy semejante a un vaso roto. Porque he oído la calumnia de muchos, el terror está por todas partes; mientras traman juntos contra mí, planean quitarme la vida. ¶Pero yo, oh SEÑOR, en ti confío; digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis años; líbrame de la mano de mis enemigos, y de los que me persiguen. Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; sálvame en tu misericordia. Oh SEÑOR, no sea yo avergonzado, porque a ti clamo; sean avergonzados los impíos; que desciendan en silencio al Seol. Enmudezcan los labios mentirosos, que arrogantes hablan contra el justo con soberbia y desprecio. ¶¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian, delante de los hijos de los hombres! De las conspiraciones de los hombres tú los escondes en lo secreto de tu presencia; en un refugio los pondrás a cubierto de los enredos de las lenguas. Bendito sea el SEÑOR, porque ha hecho maravillosa su misericordia para mí en ciudad asediada. Y yo alarmado, decía: ¡Cortado soy de delante de tus ojos! Empero tú oíste la voz de mis súplicas cuando a ti clamaba. ¶¡Amad al SEÑOR, todos sus santos! El SEÑOR preserva a los fieles, y retribuye plenamente a los que obran con soberbia. Esforzaos, y aliéntese vuestro corazón, todos vosotros que esperáis en el SEÑOR.

Salmos 31:10-24 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Estoy muriendo de dolor; se me acortan los años por la tristeza. El pecado me dejó sin fuerzas; me estoy consumiendo por dentro. Todos mis enemigos me desprecian y mis vecinos me rechazan; ¡ni mis amigos se atreven a acercarse a mí! Cuando me ven por la calle, salen corriendo para el otro lado. Me han olvidado como si estuviera muerto, como si fuera una vasija rota. He oído cantidad de rumores sobre mí, y el terror me rodea. Mis enemigos conspiran en mi contra; hacen planes para quitarme la vida. Pero yo confío en ti, oh SEÑOR; digo: «¡Tú eres mi Dios!». Mi futuro está en tus manos; rescátame de los que me persiguen sin tregua. Que tu favor brille sobre tu siervo; por causa de tu amor inagotable, rescátame. No permitas que me avergüencen, oh SEÑOR, pues a ti clamo por ayuda. Que los malvados pasen vergüenza, que queden callados en la tumba. Silencia sus labios mentirosos, esos labios orgullosos y arrogantes que acusan al justo. Qué grande es la bondad que has reservado para los que te temen. La derramas en abundancia sobre los que acuden a ti en busca de protección, y los bendices ante la mirada del mundo. Los escondes en el refugio de tu presencia, a salvo de los que conspiran contra ellos. Los proteges en tu presencia, los alejas de las lenguas acusadoras. Alaben al SEÑOR, porque me ha mostrado las maravillas de su amor inagotable; me mantuvo a salvo cuando atacaban mi ciudad. Lleno de pánico, clamé: «¡Me han separado del SEÑOR!». Pero tú oíste que supliqué misericordia y respondiste a mi pedido de auxilio. ¡Amen al SEÑOR todos los justos! Pues el SEÑOR protege a los que le son leales, pero castiga severamente a los arrogantes. Así que, ¡sean fuertes y valientes, ustedes los que ponen su esperanza en el SEÑOR!