Salmos 40:11-12
Salmos 40:11-12 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
No me niegues, SEÑOR, tu misericordia; que siempre me protejan tu amor y tu verdad. Muchos males me han rodeado; tantos son que no puedo contarlos. Me han alcanzado mis iniquidades y ya ni puedo ver. Son más que los cabellos de mi cabeza y mi corazón desfallece.
Salmos 40:11-12 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
11 (12) Y tú, Dios mío, no me dejes sin tus cuidados; por tu gran fidelidad, nunca dejes de protegerme. 12 (13) Son tantas mis maldades que no las puedo contar; me dominan, me tienen acorralado, ya no puedo ver, ya no me quedan fuerzas. ¡Tengo más pecados que pelos en la cabeza!
Salmos 40:11-12 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Señor, ¡no me niegues tu misericordia! ¡Permite que siempre me acompañen tu misericordia y tu verdad! Son muchos los males que me acechan; mi maldad se ha volcado contra mí, y me ha opacado la vista. Tengo más problemas que pelos en la cabeza; ¡estoy totalmente descorazonado!
Salmos 40:11-12 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
11 (12) Y tú, Señor, ¡no me niegues tu ternura! ¡Que siempre me protejan tu amor y tu fidelidad! 12 (13) Pues me han pasado tantas desgracias que ni siquiera las puedo contar. Me han atrapado mis propias maldades; ¡hasta he perdido la vista! Son más que los pelos de mi cabeza, y hasta el ánimo he perdido.
Salmos 40:11-12 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Jehová, no retengas de mí tus misericordias; Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre. Porque me han rodeado males sin número; Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista. Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.
Salmos 40:11-12 La Biblia de las Américas (LBLA)
¶Tú, oh SEÑOR, no retengas tu compasión de mí; tu misericordia y tu fidelidad me guarden continuamente, porque me rodean males sin número; mis iniquidades me han alcanzado, y no puedo ver; son más numerosas que los cabellos de mi cabeza, y el corazón me falla.
Salmos 40:11-12 Nueva Traducción Viviente (NTV)
SEÑOR, no me prives de tus tiernas misericordias; que tu amor inagotable y tu fidelidad siempre me protejan. Pues me rodean las dificultades, ¡son demasiadas para contar! Es tal la acumulación de mis pecados que no puedo ver una salida. Suman más que los cabellos de mi cabeza y he perdido toda mi valentía.