Salmos 64:1-10
Salmos 64:1-10 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; protégeme del temor al enemigo. Escóndeme de esa pandilla de malhechores, de esa caterva de malvados. Afilan su lengua como espada y lanzan como flechas palabras ponzoñosas. Emboscados, disparan contra el íntegro; le tiran sin temor y sin aviso. Unos a otros se animan en sus planes malvados, calculan cómo tender sus trampas; y hasta dicen: «¿Quién las verá?». Maquinan injusticias y dicen: «¡Hemos tramado un plan perfecto!». ¡Cuán incomprensibles son la mente y el corazón humano! Pero Dios les disparará sus flechas y sin aviso caerán heridos. Su propia lengua será su ruina y quien los vea se burlará de ellos. La humanidad entera sentirá temor: proclamará las proezas de Dios y meditará en sus obras. Que se regocijen en el SEÑOR los justos; que busquen refugio en él; ¡que lo alaben todos los de corazón sincero!
Salmos 64:1-10 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
1 (2) Dios mío, ¡escucha mi queja! ¡No dejes que mis enemigos acaben con mi vida! 2 (3) Son una banda de malvados; son una pandilla de malhechores; ¡escóndeme de sus planes secretos! 3 (4) Sus palabras hieren como espada afilada; sus palabras matan como flechas envenenadas. 4 (5) Se esconden, y desde allí disparan contra la gente inocente; no tienen miedo de nada ni de nadie; ¡disparan sin que nadie se lo espere! 5 (6) Cuando hacen sus planes malvados, se animan los unos a los otros; piensan dónde esconder sus trampas, y creen que nadie las verá. 6 (7) Planean muy bien sus maldades y creen tener el plan perfecto; piensan que nadie los descubrirá. 7 (8) Por eso, sin que lo esperen, Dios les disparará sus flechas 8 (9) y caerán heridos de muerte. Su propia lengua será su ruina, y quienes los vean acabarán burlándose de ellos. 9 (10) El mundo entero alabará a Dios, hablará de sus acciones, y llegará a entenderlas. 10 (11) ¡Que se alegre la gente buena por todo lo que Dios ha hecho! ¡Que todos los justos lo alaben y pongan en él su confianza!
Salmos 64:1-10 Reina Valera Contemporánea (RVC)
Dios mío, ¡escucha la voz de mi queja! ¡Protege mi vida de mi temible enemigo! ¡Escóndeme de esa caterva de malhechores, que en secreto conspiran y hacen planes malvados! Afilan su lengua, como si fuera una espada; lanzan acres invectivas, como si fueran saetas, y a escondidas hieren al hombre íntegro. Lo atacan de repente y sin temor alguno; obstinados en cumplir sus inicuos designios, pretenden disimular sus trampas, creyendo que nadie los va a ver. Elucubran iniquidades, investigan al detalle; y sus ideas son tan incomprensibles que no es posible penetrar en ellos. ¡Pero Dios los herirá con sus saetas! ¡Sus plagas les sobrevendrán de repente! Su propia lengua les será un tropiezo, y serán la burla de todos los que los vean. Entonces la humanidad entera sentirá temor, y todos proclamarán las obras de Dios y entenderán el porqué de sus acciones. Los justos se regocijarán en el Señor y pondrán en él su confianza. ¡Todos los rectos de corazón lo alabarán!
Salmos 64:1-10 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
1 (2) Dios mío, escucha mi queja; protege mi vida de terribles enemigos. 2 (3) Escóndeme de los malvados y de sus planes secretos; líbrame de la conspiración de los malvados, 3 (4) que afilan su lengua como espada y lanzan como flechas palabras venenosas. 4 (5) Desde su escondite disparan contra el inocente; disparan por sorpresa y sin temor. 5 (6) Se animan entre sí a hacer lo malo; planean poner trampas escondidas y piensan que nadie podrá verlos, 6 (7) que nadie investigará sus maldades. Pero aquel que puede conocer los pensamientos más íntimos del hombre, hará la investigación. 7 (8) Dios los herirá con sus flechas, los herirá por sorpresa; 8 (9) caerán por sus propias palabras, y quienes los vean se burlarán de ellos. 9 (10) Todos entonces honrarán a Dios y hablarán de sus acciones; comprenderán lo que él ha hecho. 10 (11) El hombre bueno se alegrará en el Señor y buscará protección en él, y todos los hombres honrados se sentirán satisfechos.
Salmos 64:1-10 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; Guarda mi vida del temor del enemigo. Escóndeme del consejo secreto de los malignos, De la conspiración de los que hacen iniquidad, Que afilan como espada su lengua; Lanzan cual saeta suya, palabra amarga, Para asaetear a escondidas al íntegro; De repente lo asaetean, y no temen. Obstinados en su inicuo designio, Tratan de esconder los lazos, Y dicen: ¿Quién los ha de ver? Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta; Y el íntimo pensamiento de cada uno de ellos, así como su corazón, es profundo. Mas Dios los herirá con saeta; De repente serán sus plagas. Sus propias lenguas los harán caer; Se espantarán todos los que los vean. Entonces temerán todos los hombres, Y anunciarán la obra de Dios, Y entenderán sus hechos. Se alegrará el justo en Jehová, y confiará en él; Y se gloriarán todos los rectos de corazón.
Salmos 64:1-10 La Biblia de las Américas (LBLA)
Escucha mi voz, oh Dios, en mi queja; guarda mi vida del terror del enemigo. Escóndeme de los planes secretos de los malhechores, del asalto de los obradores de iniquidad, que afilan su lengua como espada, y lanzan palabras amargas como saeta, para herir en oculto al íntegro; lo hieren repentinamente, y no temen. Se aferran en propósitos malignos; hablan de tender trampas en secreto, y dicen: ¿Quién las verá? Traman injusticias, diciendo: Estamos listos con una trama bien concebida; pues los pensamientos del hombre y su corazón son profundos. ¶Pero Dios les disparará con saeta; repentinamente serán heridos. Vuelven su lengua tropezadero contra sí mismos; todos los que los vean menearán la cabeza. Entonces todos los hombres temerán, y declararán la obra de Dios, y considerarán sus hechos. El justo se alegrará en el SEÑOR, y en Él se refugiará; y todos los rectos de corazón se gloriarán.
Salmos 64:1-10 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Oh Dios, escucha mi queja; protege mi vida de las amenazas de mis enemigos. Escóndeme de las conspiraciones de esta turba malvada, de esta pandilla de malhechores. Afilan su lengua como espada y apuntan como flechas sus palabras amargas. Le tiran a los inocentes desde una emboscada; los atacan de repente y sin temor. Se animan unos a otros a hacer el mal y maquinan cómo tender sus trampas en secreto. «¿Quién se dará cuenta?», preguntan. Dicen mientras traman sus delitos: «¡Hemos orquestado el plan perfecto!». Es cierto, el corazón y la mente del ser humano son astutos. Pero Dios mismo les lanzará sus flechas y los herirá de repente. Su propia lengua los arruinará, y quienes los vean, menearán la cabeza en señal de desprecio. Entonces todos temerán; proclamarán los poderosos actos de Dios, y se darán cuenta de todas las cosas asombrosas que él hace. Los justos se alegrarán en el SEÑOR, y en él encontrarán refugio. Y los que hacen lo correcto lo alabarán.