Romanos 1:31-32
Romanos 1:31-32 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
son insensatos, desleales, insensibles, despiadados. Saben bien que, según el justo decreto de Dios, quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no solo siguen practicándolas, sino que incluso aprueban a quienes las practican.
Romanos 1:31-32 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
No quieren entender la verdad, ni se puede confiar en ellos. No aman a nadie ni se compadecen de nadie. Dios ya lo ha dicho, y ellos lo saben, que quienes hacen esto merecen la muerte. Y a pesar de eso, no solo siguen haciéndolo, sino que felicitan a quienes también lo hacen.
Romanos 1:31-32 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.
Romanos 1:31-32 Nueva Traducción Viviente (NTV)
No quieren entrar en razón, no cumplen lo que prometen, son crueles y no tienen compasión. Saben bien que la justicia de Dios exige que los que hacen esas cosas merecen morir; pero ellos igual las hacen. Peor aún, incitan a otros a que también las hagan.
Romanos 1:31-32 Reina Valera Contemporánea (RVC)
necios, desleales, insensibles, implacables, inmisericordes. Y aunque saben bien el juicio de Dios, en cuanto a que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también se regodean con los que las practican.
Romanos 1:31-32 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
no quieren entender, no cumplen su palabra, no sienten cariño por nadie, no sienten compasión. Saben muy bien que Dios ha decretado que quienes hacen estas cosas merecen la muerte; y, sin embargo, las siguen haciendo, y hasta ven con gusto que otros las hagan.
Romanos 1:31-32 La Biblia de las Américas (LBLA)
sin entendimiento, indignos de confianza, sin amor, despiadados; los cuales, aunque conocen el decreto de Dios que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no solo las hacen, sino que también dan su aprobación a los que las practican.