Es obvio que Dios está contigoMuestra

Cuando Dios nos recuerda que está con nosotros

Las personas se dan cuenta de que Dios está con nosotros y lo declaran; es una manera en la que Él nos lo recuerda porque a veces nos enfocamos tanto en la rutina diaria que lo  olvidamos. Después de un gran milagro o una obra de Dios, se nos olvida que es la presencia de Él que está con nosotros. 

Lo mismo le pasó a Gedeón, un hombre tímido y cobarde que tenía que enfrentar a los madianitas, por eso sintió miedo. Sin embargo, al espiar el campamento enemigo, dos hombres hablaban de Israel y declaraban: … ¡Dios le ha dado a Gedeón la victoria sobre Madián y todos sus aliados! Dios estaba con Gedeón.

También vemos lo mismo con los amigos de Daniel que no se postraron ante la estatua de Nabucodonosor y los lanzaron al horno de fuego. Estando allí, vieron a una cuarta persona y reconocieron que era sobrenatural, era Dios, por eso Nabucodonosor los llamó y ellos salieron sin ninguna señal de haber estado en el fuego; entonces Nabucodonosor reconoció que Dios estaba con los amigos de Daniel y dijo:  … ¡No hay otro dios que pueda rescatar de esta manera!

Años después sucedió que Daniel terminó en una fosa de leones por un plan para matarlo, pero toda la noche Dios estuvo con él y lo protegió. Cuando vino el rey Darío, que apreciaba a David, se dio cuenta de la grandeza de Dios y cómo había protegido a Daniel, por eso dijo: Ordeno que en mi reino toda persona tiemble con temor delante del Dios de Daniel. Pues él es el Dios viviente, y permanecerá para siempre. Su reino Jamás será destruido, y su dominio no tendrá fin. Él rescata y salva a su pueblo, realiza señales milagrosas y maravillas en los cielos y en la tierra. Él ha rescatado a Daniel del poder de los leones. 

Dios quiere que después de su grandeza, poder y milagros digamos: Él está con nosotros; de esta manera es glorificado y su nombre es reconocido en la tierra. Dios quiere que esa sea nuestra disciplina; pero nosotros callamos y no lo reconocemos. Es posible que Él deje de ayudarnos, porque no recibe la gloria. Él pelea nuestras batallas, nos bendice y sana.