Las curiosas preguntas de JesúsMuestra

¿No han leído las escrituras?

En la lectura de hoy, como en muchas otras veces lo hizo, Jesús responde a una pregunta con otra pregunta. “Acaso no han leído?” Jesús pregunta. Como es un grupo de religiosos educados que hace la pregunta inicial, Jesús sabe que ellos han leído las escrituras. Ellos no preguntaron esto porque no sabían lo que estaba en las escrituras, ellos preguntaron porque no querían vivir conforme a lo que se dice en las escrituras.

Nosotros queremos respuestas. Jesús quiere que miremos más profundamente en nuestras vidas lo que motiva nuestras preguntas. La mayoría de veces, el problema no es si hemos leído la biblia, el problema es que no queremos obedecerla. Podemos pensar que la clave de seguir a Jesús es aprender más acerca de él. Si tú eres un creyente nuevo, este podría ser tu caso. No puedes seguir lo que no sabes. Sin embargo, para muchos que hemos sido creyentes por largo tiempo, podríamos sufrir de “obesidad espiritual,” donde tomamos más información de la escritura de la que estamos dispuestos a aplicar.

“¿Acaso no han leído?” La pregunta de Jesús implícitamente nos recuerda del gran regalo que tenemos en la palabra de Dios. La mayoría de veces no tenemos que adivinar cúal es la voluntad de Dios para nuestras vidas. En una ocasión Satanás intentó hacer que Jesús cayera en tentación. Cada vez Jesús citó las escrituras para vencer las tentaciones. De hecho, él nos recuerda que no solo de pan vive el hombre sino de toda la palabra que sale de la boca de Dios.

El discipulado siempre tiende a producir acción. Cuando venimos a las escrituras, debemos hacernos dos preguntas: La primera es ¿Qué es lo que la palabra de Dios verdaderamente dice? Nos preguntamos esto porque muchas veces creémos cosas que Dios nunca dijo. La segunda pregunta es ¿Qué voy a hacer con lo que dice la palabra de Dios? Si venimos a la palabra de Dios listos para aprender y obedecer, confiando que ella va a hacer para nuestro propio bien, entonces vamos a crecer continuamente como discípulos de Jesús.

Oración: Señor, gracias por tu palabra, la biblia. Gracias que puedo entender tu amor y voluntad para mi vida por medio de tu palabra. Ayúdame a no solo leer las escrituras pero también a tener fe para aplicarlas diariamente en mi vida, amén.