Trabajo y TransformaciónMuestra

Por alguna razón en algunos lugares del mundo incluyendo Latinoamérica y el Caribe, el trabajo ha adquirido la condición de mal necesario, hasta el punto que se han compuesto canciones para aseverar tal despropósito como es el caso del merengue dominicano “el negrito del batey” de Alberto Beltrán que dice: “A mí me llaman el negrito del batey porque el trabajo para mí es un enemigo, el trabajar yo se lo dejo todo al buey, porque el trabajo lo hizo Dios como castigo.”

Esta mentalidad ha hecho que muchas personas solo puedan soportar la rutina laboral pensando a medida que avanzan los días en que pronto llegará el fin de semana. Desde la óptica de Dios, el trabajo no es una maldición por causa del pecado o la caída del hombre, por el contrario, es una enorme bendición. En el plan de Dios el trabajo todavía recompensa ricamente a los que lo realizan con diligencia, esfuerzo y dedicación; y aún conserva el propósito de Dios de darnos dignidad.

¿Has experimentado la bendición de la satisfacción y plenitud en algún proyecto laboral realizado?