[Serie Nuestra historia–Un repaso bíblico para católicos] Lectio DivinaMuestra

Paso 2: Meditatio - Meditación

En el día de ayer dimos el primer paso en la «lectio divina». El diálogo con Dios tuvo inicio en ese preciso momento en que comenzaste a leer el texto bíblico. Ahora te invito a que avancemos hacia el segundo paso: la meditación.

Este es un momento crucial, luego de haber leído y releído cuantas veces haya sido necesario, llega el tiempo de reflexión. Llega el tiempo de pensar, de tomar lo que Dios quiere darnos de ese texto en particular. 

A veces Dios nos indicará solo una palabra, o una simple frase. Otras veces Dios nos hará notar una actitud, un detalle en particular. Meditamos para descubrir qué es lo que Dios me está diciendo a través de este texto. Reflexionamos sobre los valores permanentes que ofrece el texto bíblico tanto espiritual como personalmente. 

Una frase, una idea quedará grabada en tu corazón, en tu mente. Y esto por un lado te motivará, pero como cuentan muchos monjes en sus cartas, por otro lado, puede convertirse en la parte más delicada.

Es precisamente en este momento que la Palabra de Dios puede abrir o despertar emociones. También puede ser que Dios traiga a tu mente memorias o recuerdos suprimidos. Es un momento muy delicado porque la Palabra de Dios es muy fuerte y escudriña los corazones. Allí Dios saca a la luz, revela lo que está oculto, es aquí cuando Dios comienza a obrar en nuestras vidas.

Consejo práctico

En algunas cartas escritas por algunos monjes a sus discípulos, hallamos como consejo, alejarnos de todas las distracciones, de todo lo que pueda distraernos ya que el ejercicio de la meditación no es fácil. La disciplina mental del silencio es difícil de aprender de un día para el otro. La palabra que ellos repiten una y otra vez es perseverancia. Vas a tener muchas tentaciones de comenzar a pensar en lo que tienes que hacer durante el día, en tus preocupaciones, en las cuentas a pagar, la lista se puede volver muy larga.

Persevera pacientemente en esa palabra, en esa idea, en esa frase que Dios dejó en tu corazón y permite que Dios haga su obra en lo más profundo de tu interior. Permanece en silencio y persevera atentamente, deja que Dios te hable.

En tu lectura de hoy, verás algunos versículos que hablan sobre la meditación. Es Dios mismo quien nos enseña la importancia de meditar en su Palabra. Al leer nuevamente la tentación de Jesús, medita en lo que Dios está diciéndote a través de esos versículos. ¿Qué valores permanentes y eternos llegan a tu corazón profundamente?