Una vida libre de estrésMuestra
El secreto del “descanso”
El descanso es un principio incluido en la creación, y es un factor clave para evitar el estrés. Dios creó los cielos y la tierra en seis períodos a los cuales llamó días. Después de crear la tierra, la Biblia nos dice que “al llegar el séptimo día, Dios descansó porque había terminado la obra que había emprendido” (Génesis 2:2 NVI). Cuando dice que Dios “descansó” no significa que Él estuviera cansado y necesitara pasar un tiempo renovando Su energía. Lo que dice es que Él dejó de trabajar por un tiempo, después de completar lo que se había propuesto hacer.
Más adelante, en la ley que les dio a los israelitas a través de Moisés, Dios instruyó al pueblo a que descansara un día a la semana. (Vea Éxodo 20:8-10). Éste debía ser un día de descanso para la gente y sus animales. Todo lo que Dios creó lleva en su ADN la necesidad del descanso.
Dios también estableció otras formas de descanso para que las siguiera Su pueblo. Por ejemplo, después de plantar y cosechar la tierra durante seis años consecutivos, ellos debían dejarla descansar un año. (Vea Levítico 25:4). Se establecieron varios periodos de “descanso”, no solo para que las personas renovaran sus fuerzas, sino también para que hicieran un alto y se enfocaran en su Creador y en otras áreas importantes de sus vidas, y pudieran atender las necesidades de otros. (Vea Éxodo 23:10–11).
Por lo tanto, cuando la Escritura habla de “descanso” se refiere a algo integral en nuestras vidas. Descansar significa hacer a un lado toda actividad agotadora —física o mental— a fin de recuperar fuerzas y enfoque en medio de la quietud. Significa tener periodos de descanso, no solo físico y en el entorno natural, sino también en nuestro ser espiritual. Todos los tipos de descanso son importantes para llegar a ser verdaderamente libres del estrés. El descanso físico por sí solo no ayudará mucho si nuestro espíritu está oprimido por el estrés. Lo que Dios quiere para nosotros es un descanso completo, integral, que cubra todas las áreas de nuestra vida.
Descansando en Dios
La expresión “descansar en Dios” significa darle al Señor el control absoluto de nuestra vida y futuro. Esto le demuestra que confiamos plenamente en Él y en Sus propósitos para nosotros. Cuando ponemos nuestras cargas en Sus manos, nos despojamos de toda nuestra ansiedad y preocupación. Solo Dios conoce el futuro y solo Él tiene el control. Por eso, tenemos que aprender a rendirnos a Él y a entregarle nuestras preocupaciones, así como Jesús nos lo enseñó en Mateo 6.
El estrés siempre está conectado a un área de nuestra vida que aún no hemos rendido a Dios. A menudo, experimentamos estrés debido a la lucha que existe entre nuestra carne (nuestra naturaleza humana caída, contra la cual seguiremos luchando en esta vida) y nuestro espíritu (nuestro ser interior, vivificado en Cristo). Si no rendimos a Dios un área determinada, ésta se convierte en una carga pesada. Cuando descansamos en Dios podemos tener paz y gozo ante cualquier circunstancia, porque sabemos que Él está supliendo nuestras necesidades mientras seguimos haciendo la parte que nos corresponde —todo lo que puede considerarse nuestra responsabilidad humana—. Por ejemplo, confiamos que Él nos va a librar de deudas, mientras seguimos las buenas prácticas financieras. Las mayores bendiciones vienen cuando descansamos en el amor, la bondad y la fidelidad de Dios.
La Biblia habla de descansar en Dios cuando dice, “Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7). ¿Qué significa “echar” nuestras cargas o ansiedades sobre Dios? Es renunciar a nuestras preocupaciones, reconociendo que no necesitamos resolver cada asunto en nuestras propias fuerzas. Podemos tener la absoluta confianza de que Él actuará por nosotros. Si determinadas circunstancias en nuestro negocio, iglesia, trabajo, familia o salud nos causan estrés, debemos entregárselas inmediatamente a Dios.
Deberíamos saber que mientras no soltemos nuestras preocupaciones, el enemigo aumentará la presión contra nosotros, trayéndolas a nuestra mente una y otra vez, creando un patrón opresivo de estrés. Cuando caemos en ese ciclo, el estrés se vuelve un problema espiritual. Una de las evidencias de la actividad demoníaca en una persona es la impaciencia, la falta de descanso y la falta de sueño. Si el enemigo logra robarnos la paz —y con ella el sueño—, el estrés se vuelve inevitable. Poco a poco, la falta de descanso abre el camino a la actividad demoniaca. Cuando nos entregamos completamente a Dios, los ciclos de estrés se rompen.
El yugo de Jesús es fácil
Jesús entiende lo que estamos viviendo. Por eso dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:28–30).
Cuando seguimos un camino opuesto a la voluntad de Dios, llevamos cargas muy pesadas. Incluso nuestros patrones de pensamiento se adaptan al peso de la carga y nos impiden ver una salida. Pero hoy Jesús nos dice: “Dame la carga que el mundo ha puesto sobre ti o que tú mismo tomaste —la carga que te oprime y te esclaviza— y a cambio te daré Mi ‘yugo’, que es fácil y Mi ‘carga’, que es liviana”.
Pensamiento: Todo lo que Dios ha creado lleva en su ADN la necesidad del descanso.
Escrituras
Acerca de este Plan
La vida a menudo produce algo de estrés. Todos lo experimentamos cuando buscamos hacer las cosas con excelencia. El estrés se vuelve un problema cuando se forma un ciclo del cual es difícil escapar. ¿Cómo podemos manejar el estrés normal y evitar caer en el ciclo de estrés no saludable? ¿Cómo disfrutar la vida sin perder efectividad? Este devocional contiene poderosas herramientas espirituales para vivir Una vida libre de estrés.
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Nos gustaría agradecer a Whitaker House por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.espanolwh.com/book-authors/guillermo-maldonado/