Reflexiones ¡de Película! de DRAMAMuestra

 NAUFRAGO

En plena cena de Navidad, Chuck debe volver urgentemente a su trabajo en una de las empresas de correo postal más famosas del mundo. Obviamente que nadie hubiera imaginado que esa noche él se convertiría en el famoso náufrago que vivió 1500 días solo en una isla tras un accidente aéreo. 

Anonadado y sin poder describir todo y cuanto había ocurrido en ese tiempo de aislamiento y soledad, por milagro llegó a su ciudad sano y salvo tras semejante odisea… 

En una de sus primeras charlas con un amigo, éste le preguntó: Chuck, y ¿ahora qué harás con tu vida? A lo cual el náufrago respondió: “sé lo que debo hacer. Seguir respirando porque mañana volverá a amanecer y quién sabe qué traerá la marea". 

Chuck sabía lo que eso significaba. La marea lo llevó y dejó solo en una isla. La marea le trajo a un compañero de trabajo muerto a quien pudo darle cristiana sepultura. Le trajo una linterna, un par de zapatillas para caminar entre las rocas, y cordones para ajustarlas. Le trajo a Wilson, su mejor y único amigo, y le trajo patines que con su filo sirvieron tanto de cuchillo como de herramienta para quitarse la muela que tanto dolor le producía. Le trajo un vestido que pudo utilizar como red de pesca, un trozo de chapa que le sirvió de vela, y un paquete con el cual más tarde conocería a su amada Bettina. 

¿Estás muy perturbado por tu presente sin encontrar solución aparente? ¿Sientes que te encuentras solo y abandonado como si estuvieras en medio de una isla remota? Respira y espera por el día de mañana. Quizás te ocurra como a Chuck, quien estaba seguro que mientras hubiera vida, había cosas maravillosas por suceder. 

¡Es cuestión de aguardar por lo que traiga la marea! Lo que trae Dios a tu vida.