Un Espíritu CorrectoMuestra

Día 5: Espíritu Quebrantado  

Es interesante ver como para Dios varios conceptos son diferentes a lo que nosotros pensamos. A nuestro entender natural, un espíritu quebrantado es débil, pero para Dios, un espíritu quebrantado es el terreno perfecto para que Él muestre su fuerza y obre en nuestras vidas. 

Un espíritu quebrantado es indispensable para seducir y atraer a Dios a tu vida. Tener un espíritu quebrantado es ser una persona dócil, humilde, que reconoce su necesidad de Dios, que acepta sus errores, no es terco ni testarudo, es una persona que escucha, se deja moldear por Dios y rinde su voluntad, y es ahí donde Dios puede mostrar su fortaleza. 

Este espíritu es uno de los más contrarios a nuestra carne, pues por naturaleza somos orgullosos, llevados a nuestro parecer y autosuficientes. Es por eso que a Dios le atrae tanto este espíritu y dice su palabra que “no lo rechaza”, pues llega al fondo de su corazón y es muy apreciado por Él. 

Necesitamos tener un espíritu quebrantado para amar a Dios y a otros, para saber cuándo nos hemos desviado y volver a Dios. Necesitamos un espíritu quebrantado para adquirir sabiduría, para crecer, para entender y hacer la voluntad de Dios. Necesitamos un espíritu quebrantado para no caer en el orgullo, soledad y autosuficiencia, para aprender de otros, para aceptar los cambios, para romper nuestros moldes, ideas y costumbres, necesitamos un espíritu quebrantado para ser como Jesús. 

Jesús en el monte de los olivos, sudando sangre y rindiendo su voluntad es el mayor ejemplo de un espíritu quebrantado, y fue este mismo espíritu el que lo llevó a ser obediente hasta la muerte y ahora estar exaltado, sentado a la diestra del padre. Un espíritu quebrantado te fortalece y prepara para la voluntad de Dios. 

“El hombre solo es grande cuando esta de rodillas” Albert Einstein.

Dinámica: 

- Toma un tiempo para pedirle perdón a Dios por tu espíritu y corazón endurecido. Confiésalo como pecado. 

- Ahora pide a Dios que te dé un espíritu quebrantado. 

- Has una lista de situaciones o relaciones en las que te comprometes a morir para que crezca Dios.