HábitosMuestra

 Puede resultar intimidante llevar tus preguntas a alguien con más poder o autoridad que tú: un entrenador, un padre, un director. No saber cómo van a responder puede contribuir al miedo. Por suerte, sabemos que Dios es bondadoso, lleno de misericordia, dispuesto a perdonar y siempre dispuesto a encontrarse con nosotros donde estamos. No tenemos que vivir temiendo a Dios. Esta semana, piensa en cómo te comunicas cuando te sientes confiado y audaz y cuando te sientes inseguro o intimidado. Reflexiona sobre cómo te comunicas por lo general con Dios. ¿Eres valiente o temeroso? ¿Seguro o inseguro? Recuerda que estamos invitados a “acercarnos con toda confianza al trono” porque nuestro Dios es misericordioso.