VIENTO FRESCO

PENTECOSTÉS: GOZO Y ESPERANZA

El pueblo de Israel vivía con la esperanza de que el Mesías vendría, los liberaría de sus perseguidores y restauraría su tierra. Esta expectativa estaba arraigada en las fiestas que celebraban la liberación de Dios, como la Pascua, la cual recordaba su liberación de Egipto. El Día de Pentecostés no solo fue una celebración de lo que Dios había hecho, sino que también fue un tiempo para orar con esperanza de que Dios haría algo nuevo.

En el tiempo de los sucesos de Hechos 2, Jesús había regresado al Padre a través de Su ascensión 10 días antes. Sin duda, muchos de Sus seguidores tenían una fuerte sensación de esperanza de que el don del Espíritu Santo vendría y que Dios haría algo especial en sus vidas. Cuando el Espíritu Santo sopló a través del aposento alto, su esperanza se hizo realidad, y la alegría los inundó a todos. Todavía esperaban que la plenitud de la gloria de Dios se revelara algún día, pero, a medida que la iglesia se formó y el número de creyentes creció, tuvieron gran gozo porque Dios estaba en movimiento, y eran parte de ello.

Hoy en día, el mundo que nos rodea está en completo desorden y las malas noticias de todo el mundo parecen llegar desde todos los ángulos. A pesar de todo esto, ¡Tenemos esperanza en las buenas nuevas del evangelio! ¡Tenemos alegría porque Su Espíritu está siempre con nosotros! El Espíritu Santo nos consuela en tiempos de angustia y nos fortalece por completo para que podamos continuar la buena obra que Dios nos ha encomendado en esta tierra. Somos la Iglesia, el cuerpo de Cristo en la tierra, y continuamos construyendo el reino de Dios "en la tierra como en el cielo" como "colaboradores en el servicio de Dios.”

Jesús nos advirtió que habría grandes desafíos, persecución y oposición para nosotros como Sus discípulos. A través de todo esto, tenemos la esperanza y la alegre expectativa de que Dios está construyendo Su Iglesia y restaurando vidas para Él — ¡Y somos parte de esta gloriosa misión!

Reflexión y Aplicación:

El Espíritu Santo es nuestro ayudador y consolador. No importa qué desafíos tengas en tu vida hoy, El Espíritu Santo está contigo. Él puede llenarte de gozo, paz y fortaleza. Toma una pausa y reflexiona. Toma un tiempo para que El Espíritu Santo te hable.

Oración:

Querido Espíritu Santo. Por favor, lléname con esperanza y expectativa por lo que harás, y de gozo por lo que ya estás haciendo. Padre, derrama tu Espíritu en mi vida ¡Quiero un viento fresco de Tu santa presencia! ¡En el nombre de Jesús, amén!