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Corazón Adorador

DÍA 4 DE 7

Sensibilidad en el proceso

¡Ay, el proceso! Esa palabra que nos gusta tan poco, pero que es tan necesaria e inevitable.

Los momentos difíciles nunca serán buenos y, siendo honestos, a nadie le gusta atravesar una dificultad ni ser procesado, Y es que los procesos muchas veces son largos, incómodos, dolorosos, frustrantes, difíciles y van en contra de nosotros mismos, pues no fuimos diseñados para sufrir. Sin embargo, tienen una particularidad y es que Dios nos lleva allí, para sensibilizar nuestro corazón y dejarnos ver nuestra vulnerabilidad. Por más que pensemos o sintamos que estamos solos, qué bueno es saber que no es así, porque Dios siempre está y su intención no es abatirnos, sino moldearnos y formar nuestro corazón.

En ocasiones, nada de lo que hacemos funciona y por más que nos esforcemos no podemos solucionar nada. Terminamos perdiendo el control y entonces decimos: «¡Que se haga la voluntad de Dios!», con cierto nivel de conformismo, como si se tratase de un Dios malo que no nos ayuda a que las cosas salgan como creemos que deberían ser. Hasta cierto punto, nuestro corazón se siente inconforme con nuestra realidad en el momento. Decimos esto como si se tratara de la última opción cuando ya no nos quedan esperanzas. Hacemos uso de la expresión cuando algo sale de nuestro control y nos resignamos ante lo imposible. Es como reconocer el momento justo en que acabamos de perder la fe y nos sentimos en un desierto, donde no hay nada para protegernos ni sostenernos.

Pero, ¿por qué nos sentimos tristes al decir: «Que se haga la voluntad de Dios»? Nuestra mente cree saber lo que es mejor para nosotros y estamos bien cuando humanamente podamos mantener el control. Por eso, rendir nuestra voluntad nos pone tristes porque produce muerte a nuestros deseos. Sin embargo, hay una gran verdad, y es que un corazón adorador ama más la voluntad de Dios que la suya.

Alabar a Dios en medio de todo, puede hacer una gran diferencia en nosotros. Él es digno de toda alabanza siempre, lo alabamos por quien es Él. Nuestras circunstancias cambian, pero su esencia se mantiene intacta. Él no deja de ser quien es por lo que estemos viviendo, viendo o sintiendo. Él es nuestra razón para alabar.

Si hoy te encuentras atravesando un proceso difícil, permíteme tomar este momento para recordarte que Dios está contigo porque te ama. Él es capaz de manifestar Su amor en medio de todo y, siempre que te acerques arrepentido, no va a rechazarte.
No le escribo a los que siempre están bien, le escribo a aquellos que sufren o han sufrido dolor profundo en sus corazones; a aquellos que necesitan una nueva oportunidad en Dios. Te escribo a ti, para decirte que ahí donde estás, quizás sumido en gran dolor, puedes levantar tus manos, darle gracias a Dios por todo, y rendirle un sacrificio de alabanza genuino, no con el objetivo de que resuelva tus problemas, sino con la única intención de responder a Su amor.

Día 3Día 5

Acerca de este Plan

Corazón Adorador

Dios quiere la adoración de Sus hijos. Este es el llamado de Su corazón al nuestro; este es Su anhelo más profundo. Si quieres que Dios encuentre en ti un corazón adorador, por encima de las tradiciones y costumbres, este plan de lectura es para ti.

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