Emprende Y CreceMuestra

El sueño de Dios no ha expirado

Muchas veces la vida toma rumbos planificados, otros inesperados e incluso hasta atropellados. Eso puede llevarnos a pensar que el sueño de Dios para nosotros es un experimento y los engavetamos u olvidamos. Sin embargo, los sueños de Dios siempre están vigentes, esos sueños no expiran porque no son sueños humanos, carnales o terrenales, son sueños divinos. Los sueños divinos son esos que son altos, perfectos y alineados al propósito de Dios. Por lo tanto, Dios no se olvida de ellos, no los engaveta, como solemos hacer nosotros. Esto fue lo que me ocurrió con mi sueño de tener mi propio negocio de servicios, de manera inconsciente, siempre lo deseé, pero no trabajé ni accioné en pos de ese sueño.

Dios te dará el sueño y las herramientas, pero te toca a ti accionarlo. Servir, educar y ayudar era el sueño que Dios tenía para mí, pero saberlo no era suficiente. Emprender un sueño es de valientes, pero hay que moverse del sueño a la acción. Dios no se olvida de nuestros sueños, los sueños de Dios para nuestras vidas no han expirado, nos toca escuchar, ser obedientes y accionar por encima del miedo.

El emprender tu proyecto de vida es una decisión que debe nacer del deseo genuino de aportar, servir y vivir en el propósito porque si no es así, más complicado será. Te quiero compartir dos fórmulas que me han dado resultados, desde que decidí emprender mi sueño de la mano de Dios:

Ora + Acción= Oración

Orar + accionar, poner en acción esa oración, va hacer que tú veas resultados poderosos.

Motivo + Acción= Motivación

Con estas dos fórmulas me he mantenido firme en lo que creo y en lo que quiero. Orar y accionar, aunque no vea nada, eso es fe y, créeme, que da resultados. Tus motivos + acción, créeme te va a mantener motivada o motivado; vas a tener motivación.

Oración:

Señor, ayúdame a ser valiente y emprender Tu sueño y propósito en vida. Dirige mis pasos para que mi proyecto de vida y negocio te reflejen a Ti y sean canal de bendición para muchos. Renueva mi fe, mis fuerzas y voluntad para vivir una vida alineada a tus propósitos. En el nombre de Jesús, amén.