¿Cómo Amamos a Dios?Muestra

Piensa en todas las responsabilidades que llenan tu tiempo: trabajo escolar, tareas domésticas, práctica de deportes, cuidar a tus hermanos, un trabajo de medio tiempo... ¡Tu lista de cosas por hacer a veces puede parecer interminable!

Ahora imagina que en lugar de pensar en esas responsabilidades como cosas que “tienes” que hacer, empiezas a pensar en ellas como cosas que “puedes” hacer.

“Tener que” versus “poder hacer”. ¡Una simple palabra lo cambia todo! Dejamos de pensar en los deberes, las tareas escolares, los trabajos y los deportes como tareas; se convierten en oportunidades para aprender, practicar y crecer.

De la misma manera, leer la Biblia no es algo que TIENES que hacer; en realidad es algo que PUEDES hacer. Dios te creó para una relación con Él, y el tiempo que pasas en Su Palabra es una oportunidad para conocerlo y experimentar alegría. Incluso si no lo sientes hoy, tu tiempo con Dios puede convertirse en algo que esperas y disfrutas.

Preguntas de reflexión:

1. ¿Qué emociones siente el escritor hacia Dios y Sus leyes? ¿Alguna vez has sentido esas emociones hacia Dios? ¿Conoces a alguien que lo haya hecho?

2. ¿Leer la Biblia es un “tengo que” o un “puedo hacer” en tu vida en este momento? Para decirlo de otra manera, ¿lo ves como una tarea o algo que disfrutas? Si se siente como una carga para ti, no te sientas culpable; solo Dios puede darnos un corazón para amarlo y disfrutarlo. Pídele a Dios que cultive este tipo de corazón en ti.

3. A veces tenemos que “hacer” antes de “sentir”. ¿Qué pasos de acción prácticos puedes tomar al pedirle a Dios que te dé gozo en Su presencia? Tal vez sea comprometerte a leer la Biblia antes de revisar tus cuentas de redes sociales o rendirle cuentas a un amigo. Pídele a Dios que te dé sabiduría en esta área.