Enfrentemos nuestros temores con feMuestra

¿Podemos cuestionar a Dios?

En el libro de Habacuc, encontramos a Habacuc, un profeta que se enfrenta a las perplejidades de la vida y a los caminos del Todopoderoso. Su historia muestra las tensiones entre nuestras expectativas y la obra de Dios. El viaje de Habacuc nos recuerda que, incluso cuando las circunstancias parecen desconcertantes, nuestra fe puede florecer cuando aceptamos la verdad de que los caminos de Dios superan nuestra comprensión.

Podemos creer que tenemos a Dios en la cabeza, sólo para darnos cuenta rápidamente de nuestra inmadurez espiritual. Habacuc nos enseña que los caminos de Dios están más allá de nuestra comprensión y sobrepasan ampliamente nuestro limitado entendimiento. Esta verdad no es una excusa para evitar buscar a Dios, sino para acercarnos a su Palabra con humildad e interés por conocerlo más íntimamente.

La Palabra de Dios es indiscutible; no admite debate. Hay que creer en ella de todo corazón. Quien confía en las promesas de Dios nunca quedará decepcionado. Sin embargo, incluso cuando somos maduros en nuestra fe, habrá momentos en los que nuestras circunstancias parezcan incongruentes con nuestras creencias. Las acciones de Dios en el mundo o incluso en nuestra vida personal pueden desconcertarnos.

El libro de Habacuc resuena con nuestras luchas, porque retrata a un hombre que es un siervo de Dios y a la vez está en conflicto consigo mismo. Habacuc, quien busca honrar la gloria de Dios, está preocupado por el estado de su nación, que no honra a Dios. Contempla su mundo comprendiendo el carácter de Dios y su pacto con Israel, pero encuentra un desajuste descorazonador. Ante esta confusión interior, se plantea valientemente preguntas, buscando respuestas de Dios.

No está mal preguntar a Dios: «¿Por qué?». Sin embargo, debemos estar dispuestos a esperar su respuesta. Las preguntas de Habacuc revelan su anhelo por comprender, al tiempo que afirman su inquebrantable confianza en Dios. El ejemplo del profeta nos enseña a llevar nuestras preguntas ante el Señor, seguros de que Él iluminará nuestros caminos en su momento perfecto.

También nosotros podemos encontrarnos en situaciones que desafíen nuestra percepción de los caminos de Dios. En esos momentos, debemos aferrarnos a nuestra fe, reconociendo que la comprensión de Dios supera ampliamente la nuestra. Como Habacuc, podemos encontrar consuelo en la seguridad de que Dios nos revelará algún día las respuestas a nuestras preguntas.

Mientras recorremos estos devocionales, recuerda que la confianza en el Señor requiere humildad, paciencia y una fe inquebrantable en su carácter. A través de la historia de Habacuc, descubriremos ideas profundas para navegar por las complejidades de la fe y, en última instancia, acercarnos al Dios que posee toda la sabiduría.