Devocional Del Día | FebreroMuestra

Manteniéndonos firmes

Lucas 7:18-19

Los discípulos de Juan le contaron todas estas cosas. Él llamó a dos de ellosy los mandó a preguntarle a Jesús: ― ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?

Veamos un poco del contexto, para poder comprender este pasaje.

En Capernaúm, vivía un capitán del ejército romano que tenía un siervo al que estimaba mucho. Y ese siervo estaba enfermo, al borde de la muerte. El capitán oyó hablar de Jesús y mandó a varios ancianos de los judíos a pedirle que fuera y sanara a su siervo. Y cuando Jesús ya estaba cerca de la casa, el capitán mandó a unos amigos a decirle: ―Señor, no te molestes, pues no merezco que entres en mi casa. Por eso no fui yo mismo a buscarte. Yo sé que con una sola palabra que digas, mi siervo sanará, pues yo mismo estoy acostumbrado a obedecer las órdenes de mis superiores y también a dar órdenes a mis soldados. Si yo le digo a uno: “Ve” él va, y si le digo al otro: “Ven” él viene. Y si le digo a mi siervo: “Haz esto”, él lo hace.Jesús, al oír aquel mensaje se asombró, y mirando a la gente que lo seguía dijo: ―Ni siquiera en Israel he encontrado una fe tan grande. Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron sano al siervo.Poco después, Jesús, acompañado de mucha gente y de sus discípulos, se dirigió a un pueblo llamado Naín. Cuando se acercaba a las puertas del pueblo, vio que llevaban a enterrar a un muerto. Se trataba del único hijo de una viuda, a quien acompañaba mucha gente del pueblo. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella y le dijo: ―No llores.Se acercó luego y tocó la camilla. Los que la llevaban se detuvieron, y Jesús dijo: ―¡Joven, te ordeno que te levantes! Entonces el muerto se levantó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. Lo que Jesús había hecho se supo por toda Judea y sus alrededores.

Por ello al escuchar lo anterior, Juan el Bautista, el cual se encontraba preso envío a dos de sus discípulos a preguntarle a Jesús: ¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?

Recordemos que Juan el Bautista fue el que Dios usó para que bautizara a Jesús, el cual expresó: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego, yo no soy digno de desatar las correas de su calzado.

Muchas veces en medio de la soledad, del sufrimiento, podemos llegar a preguntarnos si realmente Dios existe, no permitas que la situación presente, nuble tu vista en cuanto quien es Dios en tu vida.

Nunca olvides en la oscuridad, lo que Dios te ha dicho en la luz.

Medita: ¿Reconozco quién es Dios en mi vida?