[Epístola de Filemón] Correr riesgosMuestra

La recompensa de la koinonia

La segunda gran recompensa de tomar riesgos con fe y amor es la koinonia. La reconciliación desde la fe y el amor produce comunión.

Pablo escribe: «Sí, mi hermano, te ruego que me hagas este favor por amor al Señor. Dame ese ánimo en Cristo» (versículo 20NTV). Algunas versiones dicen: «Tenga yo gozo de ti en el Señor». Esta palabra, traducida como gozo o ánimo, es un juego de palabras con el nombre de Onésimo, que significa útil. Pablo comunicó que el acto de perdón de Filemón beneficiaría a todos: a Filemón, a Onésimo, a Pablo y a la Iglesia. A Pablo le interesaba el beneficio espiritual. Oró específicamente por el crecimiento espiritual de Filemón en la fe y el amor. Sin duda, oró lo mismo por Onésimo, que ahora era un hermano en Cristo. Pablo los veía como hijos espirituales.

A continuación, Pablo escribe: «Dame ese ánimo en Cristo». Antes había dicho que la efusión de amor de Filemón reanimaba a los santos (versículo 7). Dice: «Tu perdón a Onésimo refrescará mi corazón». Tenemos el privilegio de refrescar a los demás obedeciendo al llamado del Señor a perdonar.

Pablo confía en que Filemón hará lo que se le pide e incluso más (versículo 21). Así es Filemón: un hombre de carácter e integridad. ¿Quieres que te conozcan como alguien que hace más que sólo lo mínimo? Haz más, porque eso es lo que hace el amor. Esto podría significar que Filemón recibió a Onésimo en la familia. Podría significar una aceptación voluntaria y entusiasta: no sólo darle la bienvenida, sino matar al ternero gordo, como hizo el padre con el hijo pródigo (Lucas, 15:22-24). Podría significar que Filemón liberó a Onésimo de su servidumbre y lo envió de nuevo a trabajar junto a Pablo.

Lo que Pablo está diciendo a Filemón es: «Sé obediente. Responde como un cristiano maduro. Haz lo que es justo. Haz por Onésimo lo que Cristo hizo por ti». Una respuesta así permitiría la comunión no sólo entre Pablo y Filemón, sino también entre Filemón y Onésimo.

Pablo añade: «Prepárame un cuarto de huéspedes, porque espero que Dios responda a las oraciones de ustedes y que me permita volver a visitarlos pronto» (versículo 22). Pablo espera salir de la cárcel gracias a las oraciones de Filemón. Uno de los privilegios de la comunión es que podemos orar unos por otros y bendecirnos mutuamente. Además, si tú fueras Filemón y apareciera Pablo, ¿perdonarías a Onésimo? Por supuesto que sí. La comunión sólo tiene lugar cuando las relaciones son correctas. Reconciliamos nuestras relaciones como Cristo nos reconcilió con Dios.