Cómo superar las mentiras sobre el sexoMuestra

El sexo no carece de sentido

Si navegas por tu servicio de Internet en busca de una buena película de acción, no tardarás en encontrarte con una película de secuestros de gran impacto. El subgénero de las películas de secuestros es bastante popular, y su premisa básica nos ofrece un paralelismo moderno con una antigua artimaña utilizada por el diablo. Los secuestros se producen cuando un medio de transporte es secuestrado y utilizado para un plan alternativo (y normalmente nefasto). Satanás, incapaz de crear o hacer algo original por sí mismo, ha utilizado un método de «secuestro» para pervertir y destruir gran parte de la buena creación de Dios. Una forma evidente de hacerlo es con el sexo.

Si comparas lo ruidoso que es el mundo respecto al sexo con lo silenciosa que suele ser la Iglesia, podrías pensar que el sexo fue idea del mundo. Pero te equivocarías. El sexo fue idea de Dios, un buen regalo que hizo a la humanidad en el principio. Al apropiarse del sexo, Satanás ha pervertido el mundo hipersexualizado en el que vivimos. Como padre de la mentira, está detrás de los mensajes engañosos sobre el sexo que vemos en películas, anuncios y pornografía. Su engaño se extiende incluso a las enseñanzas bíblicas inexactas sobre el sexo (más adelante hablaremos de ello). En los próximos tres días, exploraremos tres mentiras comunes que muchos creen sobre el sexo: que el sexo no tiene sentido, que es sucio y que es una de nuestras mayores necesidades.

Si examinamos más detenidamente la primera mentira (el sexo no tiene sentido), veremos que presenta el sexo como algo puramente físico, no más importante que un apretón de manos o un abrazo. Esto puede llevar a la gente a acostarse con cualquiera, pensando que no habrá consecuencias permanentes. Pero la verdad es que el sexo es una de las cosas más íntimas que pueden experimentar dos personas. Durante el sexo, el cerebro libera oxitocina, una especie de «superpegamento relacional» que hace que dos personas se unan profundamente. Incluso los mayores defensores de la mentira de que el sexo no tiene sentido tienen que admitir que esta creencia tiene sus límites. Si el sexo no tuviera sentido, no habría leyes contra las agresiones sexuales. Todo el movimiento #metoo no tendría sentido.

Sabemos en nuestro interior que el sexo es profundamente significativo. Jesús enseñó que el sexo era profundamente espiritual y sagrado. También enseñó que el sexo debía ser compartido dentro del matrimonio, donde un hombre y una mujer se unen en una relación de alianza ante Dios (Mateo 19:4-6). El propósito de Dios para el sexo también contribuye a su significado. Cuatro de los propósitos que encontramos en las Escrituras son: la procreación (Génesis 1:28), la unión (Génesis 2:24), el placer (Proverbios 5:18-20) y la representación de la cercanía íntima de Cristo y la Iglesia (Efesios 5:31-32). El sexo en este contexto es bíblico, significativo y hermoso.

Pensamiento del día: Me basaré en el consejo de la Palabra de Dios para dar forma a mis pensamientos y conducta en torno al sexo.