Sus Misericordias Son Nuevas Cada MañanaMuestra

“Dirijo la mirada a las montañas; ¿de dónde vendrá mi ayuda? Mi ayuda viene de Dios, creador del cielo y de la tierra. Dios jamás permitirá que sufras daño alguno. Dios te cuida y nunca duerme. ¡Dios cuida de Israel, y nunca duerme! Dios te cuida y te protege; Dios está siempre a tu lado. Durante el día, el sol no te quemará; durante la noche, no te dañará la luna. Dios te protegerá y te pondrá a salvo de todos los peligros. Dios te cuidará ahora y siempre por dondequiera que vayas" (Salmo 121 TLA).

Amado Padre Celestial: Gracias por darme la capacidad de elegir caminar en fe y crecer día a día en tú conocimiento, a través de tu Palabra, los testimonios y tu revelación.

Cuando recuerdo lo que has hecho en el pasado, puedo descansar en el presente y tener esperanza en el futuro.

Puedo resistir la preocupación, la ansiedad y la desesperación, cuando mis ojos se vuelven a ti, porque siempre encuentro en ti aliento, dirección, consuelo, provisión, fortaleza y descanso.

Mi Señor y Salvador, Tú eres mucho más grande que mi mayor problema, dificultad o dolor que pueda enfrentar; y el poder de tu sacrificio en la Cruz es suficiente para vencer la enfermedad, la escasez, la culpa, la condenación y la muerte.

En esos momentos cuando tengo que atravesar tiempos de turbulencia y caos, es tu Espíritu el que me da la certeza de que estás a mi lado, que nunca te cansas o te tomas vacaciones y me convence de que mi vida es importante para ti, y no se la delegas a nadie; tú me tomas de la mano, me infundes nuevo aliento y aún me permites descansar en tu regazo.

Hoy tomo la decisión de enfrentar el día no desde el temor y la duda, sino desde la fe y la paz que tú me regalas, porque me has dado la certeza de que mi ayuda viene de Dios creador del cielo y de la tierra, que extiende Su mano hacia mí, para sostenerme, ayudarme y animarme.

En el precioso nombre de Jesús, amén.