Regocíjate- Celebrando El Tiempo De AdvientoMuestra

Mis ojos han visto Tu salvación

Leer: Lucas 2:28-32; Salmos 34:4-8; Hebreos 12:1-3

EOAO: Lucas 2:28-30

"Y tomando al niño en sus brazos, alabó a Dios diciendo:

Ahora, Señor, puedes dejar partir a tu siervo en paz,
conforme a tu palabra,
porque mis ojos han visto ya tu salvación".

En el Texto

¡Qué escena tan maravillosa! Simeón, un anciano, tomó en sus brazos a un niño y alabó a Dios. Proclamó que con solo mirar el rostro de este niño, había visto la salvación de Dios. Simeón nunca vio a Jesús realizar milagros, ni morir en la cruz y resucitar de entre los muertos, pero ya había visto suficiente con solo mirar a este pequeño bebé. Creía firmemente que al ver a Jesús, había visto la salvación de Dios.

Simeón verdaderamente vivió por fe. Simplemente aceptó lo que Dios le había dicho. Esto es la fe: estar 100% seguro de que lo que Dios declara es verdaderamente cierto. Estamos seguras de las cosas que no podemos ver con nuestros propios ojos, porque las vemos claramente con nuestros ojos espirituales. Es como ver lo invisible con tanta claridad como si fuera visible. Realmente creemos en las Palabras de Dios y sabemos con certeza que describen la realidad.

Han pasado 2000 años desde que Jesús vino a este mundo como un bebé, y aunque no podemos verlo ahora, la Biblia nos anima a "mirarlo" a Él y a "fijar nuestros ojos" en Él. El Salmo 34 nos dice que quienes acuden a Él reciben ayuda oportuna, se llenan de gozo, están radiantes y que no serán avergonzados. Este Salmo también explica lo que significa “mirar” a Jesús. Es refugiarse en Él, buscar Su ayuda, clamar a Él y creerle.

Somos muy prontos a “buscar” ayuda en otras personas. A menudo les contamos a nuestros amigos nuestros problemas antes incluso de contárselos a Jesús. Corremos detrás de la gente, buscando consuelo, comprensión y amor, olvidando que todo lo que necesitamos está en Jesús. Él es nuestra salvación, ayuda, fortaleza, sabiduría, consuelo, paz, limpieza y restauración. Antes de mirar a otra parte, miremos a Jesús. Cuando lo vemos, realmente vemos la salvación de Dios.

Oración

Señor Jesús, en ti miro. Eres mi salvación, mi todo. Por favor ayúdame a correr esta carrera con perseverancia y enséñame a fijar mis ojos en ti. Amén.