Sé Libre De Los Celos Y La EnvidiaMuestra
Si los celos son fruto de la carne, entonces el Evangelio es la solución.
Ayer aprendimos acerca de cómo los celos y la envidia son pecado porque destruyen nuestra relación con Dios y con otros, ya que nos dejan en una posición de víctimas o de justicieras. Sin embargo, nuestra meditación estará incompleta si no aprendemos cómo lidiar con los celos o qué hacer con ellos. Por lo que considero importante mencionarte que las enseñanzas enfocadas en el hombre han brindado sus «brillantes aportes» diciendo que te enfoques en ti, en lo bueno que tienes, que trabajes en tu autoestima y examines si tu relación con la otra persona es confiable.
Honestamente, ¿en qué te ayuda esto para la gloria de Dios? La Biblia dice claramente que los celos son un fruto de la carne, y como tal, no son dignos de una hija de Dios, pues dice que aquellos que «practican» tales cosas no heredarán el Reino de Dios; sin embargo, una cosa es celar o envidiar, reconocerlo y arrepentirte, y otra muy distinta es celar o envidiar justificándote.
Si los celos son un fruto de la carne, entonces no necesitas más que al Espíritu Santo en ti para obedecer lo que Dios dice: «Digo, pues, anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen uno al otro, de manera que no pueden hacer lo que deseen» (Gá 5:16-17), y Pablo dice antes: «Porque ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados; solo que no usen la libertad como pretexto para la carne, sino sírvanse por amor los unos a los otros.» (Gá 5:13).
La respuesta de qué hacer con los celos y la envida radica en no ceder a tus deseos de manera informada, es decir, recordar que ya fuimos libertadas de la esclavitud de nuestros deseos pecaminosos para vivir conforme a la justicia (lo correcto ante Dios) que Cristo compró por nosotras. Dios ha declarado que somos criaturas nuevas: ya no vivimos como antes o regidas por la carne, sino por el Espíritu. Bajo esta premisa bíblica, entrega tus celos y tu envidia al Señor, si celas o envidias a tu pareja, a tu amiga o tienes envidia de lo que otros tienen, examina tu corazón y pregúntate: ¿por qué tengo celos o envidia? Compara tu respuesta con lo que dice la Biblia y luego haz lo que te dice para ser como Cristo; un día a la vez.
- Aprende: ¿Qué hacer con los celos y la envidia?
- Vive: Lee Gálatas 5, subraya los mandatos que encuentras en ella y responde: ¿Cómo se ven los celos o la envidia en tu vida? Pide perdón a Dios por los celos o envidia que has tenido. Ahora, lee Efesios 4:21-24 y escribe las razones, a la par, escribe también qué dice la Biblia y luego cómo cambiarás según el carácter de Jesús. Pide ayuda a una amiga si no sabes cómo hacerlo. Y, por supuesto, ora.
- Lidera: Ayuda a tu amiga que lidia con celos o envidia llevándola por el modelo de cambio en Efesios 4:21-24.
Oración
Amado Padre, reconocemos que tenemos celos y envidia, y aunque sabemos que nos comprendes, no tenemos excusa. Queremos glorificarte antes que a nosotras mismas y a nuestras razones. Así que, ayúdanos a caminar en el Espíritu y a matar la carne. En Cristo. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
Los celos te llaman a crecer y morir a ti para que Cristo crezca.
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Nos gustaría agradecer a Reformadas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.reformadas.com