Sé Libre De Los Celos Y La EnvidiaMuestra
Los celos y la envidia lastiman a otros, pero el amor bíblico cubre multitud de pecados.
Los celos y la envidia no solo son poco sabios y fruto de la carne, sino que también lastiman a otros. Me impresiona que la Biblia es tan clara en lo que nos pide; sin embargo, somos nosotras quienes batallamos con obedecerla. Jesús dijo que los dos mandamientos más importantes son amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo (Mt 22:38-40). Todo lo que lastima o daña a nuestro prójimo por causa de nuestro pecado atenta contra el segundo mandamiento, y como dice Juan: no podemos amar a Dios si no estamos amando a nuestro prójimo (1 Jn 4:20).
¡La realidad es que nos falta tanto amar a Dios! ¡Porque si lo hiciéramos, Él nos llenaría a plenitud para que no le exigiéramos otros! Por lo tanto, si tienes celos, por ejemplo, de una joven que se acerca a tu esposo, ya sea que él sea responsable o no, ¿qué dice de ti y de Dios? Puedes ir en oración a Él, expresar tu molestia y examinar si estás actuando correctamente o no. Y si hay alguna razón infundada, ora, habla con tu esposo ya que estés calmada. Si no se resuelve nada, busca ayuda en tu iglesia local, pero no dejes que los sentimientos de celos te consuman. ¡Eres libre para buscar ayuda y escoger a Dios!
Otro ejemplo podría ser celos de una amiga que ya casi no llama, pero sí se junta con otras amigas, ora y habla con ella acerca de cómo te sientes, quizá estás viendo las cosas diferentes a la realidad. Si tienes envidia del cuerpo de otra chica porque tú no tienes ese cuerpo, ora a Dios, pide perdón, examina si puedes hacer algo con tu cuerpo o si consideras que tu cuerpo te define; el punto siempre será que examines la razón de tu envidia con un corazón genuino que desea cambiar para la gloria de Dios.
Otra situación sería si tienes celos o envidia ministeriales porque aparentemente Dios usa más a otra mujer o ella tiene más oportunidades que tú, ora y examina tu corazón; quizá, Dios está trabajando en ti porque no te has percatado de que el ministerio se ha convertido en tu ídolo y, por ende, te olvidas de servir a Dios con un corazón sincero. Recuerda que los celos y la envidia nos colocan en el centro de nuestra razón y nuestra actitud lastima a otros porque terminamos alejándonos, murmurando, amargándonos y pecando contra nuestros hermanos. Lo cual evidencia que no los amamos con el amor bíblico, sino que lo hacemos basándonos en lo que nosotras pensamos.
- Aprende: ¿De qué manera tus celos y envidia lastiman a otros?
- Vive: Lee 1 Corintios 3:1-3 y responde: ¿Quieres vivir para la gloria de Dios? ¿Por qué justificas lo que sientes? ¿Qué te ofrece lo que celas y/o envidias que sobrepasa lo que ya tienes en Cristo? ¿Qué temes perder: identidad, dinero, reconocimiento, relaciones que te proporcionan amor, seguridad, felicidad? Examina tu corazón y pídele a Dios que traiga luz a tu mente.
- Lidera: Ayuda a alguna amiga a comprender lo destructivos que son los celos y la envidia leyendo con ella 1 Corintios 3:18-22. Ya sea cristiana o no, recuérdale su identidad y su llamado en Cristo.
Oración
Dios, perdónanos por olvidar cuánto nos destruyen los celos y la envidia por dentro. Perdónanos por enfocarnos en nosotras y en dañar a otros con nuestras actitudes. Ya sea que otros estén pecando contra nosotras o no, Tú nos llamas a conformarnos a la imagen de Jesús; recuérdanos que nosotras nos debemos a ti y a tu Palabra. Ayúdanos a refugiarnos en ti y a encontrar deleite en que Tú nos llenas completamente. En Cristo. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
Los celos te llaman a crecer y morir a ti para que Cristo crezca.
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Nos gustaría agradecer a Reformadas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.reformadas.com