La Historia De Las Cometas, La Desconexión Con El PadreMuestra

💕El primer vacío es de amor

"Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo" (2 Corintios 11:3).

El padre de mentiras nos dejó en un estado de inseguridad crónica. En este estado de profunda desconexión buscamos pertenencia a cualquier costo. Buscamos falsos amores en el sexo, en el dinero, en el poder, en el trabajo, en los títulos, en los amigos, en el grupo “In”. Este vacío de amor creó desconfianza en todas nuestras relaciones y a la vez sentimientos de rechazo ante cualquier crítica negativa, llevándonos a ser esclavos de la búsqueda de aprobación de los demás. En este estado de orfandad no sabemos cómo identificarnos. ¿De quién somos hijos?

Todos tenemos la misma guerra interna. Hay un profundo anhelo en cada corazón de pertenecer y ser amado incondicionalmente, pero cuando buscamos comunidad, también anhelamos autonomía. Anhelamos ser libres, ser independientes de la norma y de la imposición de otros. Esta lucha interior es la fuente de un gran conflicto y confusión. Nuestro anhelo por la intimidad es derrotado por nuestra misma codicia. Aún el adquirir soberanía conduce al amargo aislamiento y a la soledad. Estos deseos contradictorios resumen la condición humana. 👨‍👩‍👧‍👦

Cuando estaba internado en el colegio, debido a mi estado de orfandad, comencé a mendigar amor. Los demás niños parecían tener más que yo. Para sentirme parte del grupo, comencé a robar dulces en una tienda cercana con el fin de regalarles a mis compañeros de cuarto, esperando sentirme aceptado por ellos.

Cuando fui castigado severamente por los bachilleres, los cuales me golpearon con sus correas, decidí que la vergüenza era demasiado dolorosa para seguir haciéndolo. Después de dos ocasiones, y con tan sólo seis años de edad, todo el colegio llegó a conocerme como el ladrón.

Estaba consiguiendo lo opuesto de lo que buscaba. En muy poquito tiempo hallé otra forma de ganarme los elogios y la valoración. A través de la capacidad deportiva comencé a superar a los demás niños y llegué a ser el número uno. Esta búsqueda de aprobación se convirtió en una constante hasta mi etapa adulta. Más adelante fui aprendiendo que también podía ganar valoración de otros al ser una buena persona. Fui un cristiano piadoso, ministro y, finalmente, misionero. 📚

Pero todo fue en vano, pues en el fondo estaba mendigando amor. La motivación detrás de los robos nunca fue tratada, y delante de Dios, ser misionero o ser ladrón, en mi caso, no tenía ninguna diferencia. Podemos estar haciendo lo correcto con un corazón perdido, herido y mendigando amor.

La mentira que se instaura en nuestro corazón es: “Yo soy amado sólo si otros me aman”.😱🥲