La obsesión que destruye

7 días
La pornografía es una amenaza sutil para las relaciones humanas, ya que distorsiona la idea de intimidad y reduce al otro a un simple objeto de deseo. Alimenta la lujuria y se convierte en un obstáculo para vivir un amor auténtico y profundo. Sin embargo, Dios nos ofrece una solución a través de un amor basado en el sacrificio, el respeto y el cuidado mutuo. Siguiendo Sus enseñanzas, podemos redescubrir la verdadera belleza de las relaciones íntimas, aprendiendo a valorar al otro y a construir vínculos sanos, lejos de las trampas de la pornografía y fundados en una comunión verdadera.
Nos gustaría agradecer a Carmelo Orlando por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.gesuilnazareno.org