Perdonando Como JesúsMuestra

El perdón no es un regalo que das a otro, es la llave que abre tu celda.
«Perdonaré cuando lo merezcan». Esta frase, aparentemente razonable, explica por qué muchos permanecen atrapados en ciclos destructivos de resentimiento. Sin embargo, Jesús, desde la cruz, revela una estrategia liberadora, que rompe estas cadenas: el perdón anticipado precede al arrepentimiento del ofensor y, por ende, no depende de él.
Lo fascinante es el tiempo verbal en el que está escrita esta afirmación, pues Lucas utiliza: «decía» (elegen), el cual es un verbo imperfecto, que indica acción repetida o continua. Esto es impresionante para nosotros porque significa que mientras los clavos atravesaban las manos de Jesús y la multitud se burlaba, Él oraba repetidamente por sus verdugos. Asimismo, esta acción establece que el perdón no fue un acto momentáneo, sino que para Él era su postura aun en medio del dolor.
Un detalle revelador es la frase: «porque no saben lo que hacen»; Jesús ofreció una interpretación compasiva de las acciones de sus verdugos, pero porque vio más allá del acto, y comprendió la ignorancia espiritual que lo motivaba. Ahora bien, esto no quiere decir que minimizó la gravedad de la ofensa, sino por el contrario, Él contextualizó el comportamiento, pero de tal manera que facilitó el perdón.
Lo revolucionario en dicha porción de la escritura es que este perdón fue unilateral, es decir, sin reconocimiento de culpa, arrepentimiento o cambio por parte de los ofensores. Es así como Jesús demostró que el perdón genuino puede iniciarse y completarse, aun con independencia de la respuesta del ofensor.
Dios, en su perfecta sabiduría, no ha diseñado el perdón como un regalo para el ofensor, sino que lo ha hecho como liberación para el ofendido. El perdón, al estilo de Jesús, te libera de la prisión del resentimiento, independientemente de si el ofensor reconoce su falta o cambia su comportamiento.
Esta estrategia liberadora desafía nuestra tendencia natural a hacer que nuestro perdón dependa de condiciones: disculpas adecuadas, compensación apropiada o garantías de cambio. Pues Jesús demuestra que el perdón verdadero puede y debe preceder a todas las respuestas.
- Aprende: Identifica situaciones donde has condicionado tu perdón a la respuesta del ofensor y reflexiona con base en las siguientes preguntas, ¿Cómo te ha afectado esta espera? ¿Cómo podría cambiar tu experiencia, si implementaras el perdón anticipado y unilateral que Jesús demostró?
- Vive: Esta semana, selecciona una ofensa específica que has retenido, debido a que has esperado disculpas o cambios. Decide extender el perdón completo, independientemente de la futura respuesta del ofensor. Escribe una declaración de perdón, incluso si nunca la compartes.
- Lidera: Comparte con alguien que lucha con la amargura, cómo el perdón anticipado puede liberarle, y sin depender de las acciones futuras del ofensor. Ofrécele apoyo práctico, mientras intentan implementar esta estrategia liberadora.
Oración
Padre, como Jesús perdonó anticipadamente a quienes ni siquiera reconocían su necesidad de perdón, ayúdame a liberar a quienes me han herido antes de que pidan o merezcan perdón. Libérame del peso de esperar lo que puede que nunca llegue. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

Descubre en estos cinco días las estrategias transformadoras que hicieron del perdón de Jesús una fuerza tan poderosa que cambió la historia humana. Aprenderás a liberarte de resentimientos que te han mantenido cautivo, sanar heridas que parecían imposibles de superar, y experimentar la libertad extraordinaria que viene cuando perdonas como Jesús perdonó.
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Nos gustaría agradecer a Reformadas por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.reformadas.com
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