Orando La Sabiduria De Dios en tu VidaMuestra

Cuando el Camino es Incierto

Lectura:Eclesiastés 11:5–6

EOAO:Eclesiastés 11:5

Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas.

DEVOCIONAL

Ha habido temporadas en mi vida en las que, por mucho que orara, buscara a Dios o hiciera planes, las respuestas simplemente no llegaban. Por mucho que me esforzara, nada parecía avanzar.

Yo buscaba en la palabra de Dios dirección, derramaba mi corazón en oración, confiaba en Él cuando no tenía sentido, me arrepentía y aun así el silencio persistía.Son estos momentos difíciles, cuando el camino hacía adelante parecía oculto, cuando sentía que mi fé estaba siendo probada de maneras silenciosas,a los que he llegado a llamar mis “ temporadas de Job”.

Y si alguna vez te has encontrado preguntándote: «Dios, ¿realmente estás obrando en esto? ¿Realmente estás escuchando mis oraciones?», por favor, ten en cuenta que no estás sola. Yo también he pasado por eso.

Y, sin embargo, a menudo es en estas temporadas difíciles cuando la belleza y el poder de la Palabra de Dios brillan con más intensidad. Me encanta cómo Eclesiastés 11 nos recuerda con delicadeza algo increíblemente liberador: no tenemos que conocer el panorama completo para confiar en Aquel que sí lo conoce.

Ha habido temporadas en mi vida en las que, por mucho que orara, buscara a Dios o hiciera planes, las respuestas simplemente no llegaban. Por mucho que me esforzara, nada parecía avanzar.

Y, sin embargo, a menudo es en estas temporadas difíciles cuando la belleza y el poder de la Palabra de Dios brillan con más intensidad. Me encanta cómo Eclesiastés 11 nos recuerda con delicadeza algo increíblemente liberador: no tenemos que conocer el panorama completo para confiar en Aquel que sí lo conoce.

Al igual que no podemos seguir el camino del viento ni comprender cómo se forma la vida en el útero, tampoco podemos comprender plenamente la obra de Dios. Sus caminos son más elevados que los nuestros. Su sabiduría es mayor. Y aunque no siempre entendamos lo que Él está haciendo, siempre podemos confiar en quién es Él. Él es nuestro buen Padre. Él es nuestro Salvador, Redentor y Amigo. Él es omnipresente y omnisciente.

Nada es más poderoso que Él.

Aquí es donde se unen la sabiduría y la confianza, donde descansamos en la verdad de que Dios es soberano, fiel y bueno, incluso cuando el resultado aún no se ve. Su Palabra nos recuerda que Él siempre está obrando, siempre tejiendo, siempre cerca. La ausencia de claridad no es la ausencia de Dios.

Entonces, ¿qué hacemos cuando no estamos seguras de qué hacer? Buscamos Su sabiduría. Nos mantenemos fieles a lo que tenemos delante. Seguimos sembrando buenas semillas. Seguimos acudiendo a la oración. No solo pedimos respuestas, sino también el valor para caminar por la fe cuando no tenemos todos los datos.