Orando La Sabiduria De Dios en tu VidaMuestra

Sabiduría para la Ansiedad, la Preocupación y las Emociones

Echando tus Cargas

Lectura: Salmo 55:22
EOAO: Salmo 55:22

“Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo.»

DEVOCIONAL

Las cargas de algunas personas son fáciles de notar, como lágrimas que no pueden ocultarse o un cansancio que ninguna fuerza de voluntad logra vencer. Otras, sin embargo, son más difíciles de ver. Están escondidas en lo profundo: miedos silenciosos, decepciones persistentes y la presión constante de aparentar que todo está en orden cuando en realidad sientes que te estás desmoronando.

El Salmo 55:22 se ha convertido en un salvavidas para mí a lo largo de los años. Es más que un versículo para Lectura, recordar o memorizar; se ha convertido en un consuelo. Un versículo que Dios usa para susurrar suavemente en mi mente y recordarme que ya no tengo que cargar más este peso. Él es más fuerte que yo y capaz de llevar lo que yo no puedo.

Pero soltar y confiar en Dios puede provocar miedo

Quizá has estado allí. Quizá estás allí ahora mismo, con temor de entregar esa preocupación o anhelo profundo porque confiar en Dios parece incierto. En tu mente sabes que Él es fiel, pero tu corazón todavía lucha con el miedo: ¿De verdad cumplirá Dios conmigo?

Amiga, si esa eres tú, recuerda esto: nunca estás sola en tu preocupación, tu lucha o tu estrés. Él sabe lo difícil que es soltar. Él sabe lo que se siente tener miedo. No te pide que eches tus cargas sobre Él porque sea descuidado, lo hace por que el puede llevarlas. Lo que para ti resulta aplastante, a Él no lo aplasta. Sus manos son lo suficientemente fuertes para llevar tus cargas y lo suficientemente tiernas para cargar tu corazón.

La sabiduría de Dios nos recuerda que rendirse no es debilidad, sino fortaleza. Se necesita valentía para entregar nuestras preocupaciones a Dios, pero esa valentía crece cuando pasamos tiempo en Su Palabra, en oración y en comunidad con otros que nos recuerdan Su verdad.

Entregar tus cargas al Señor no es algo que se hace una sola vez, sino un acto diario de rendición, sumisión y confianza. Él es nuestro Levantador de cargas y es digno de confianza para llevar el peso que te desgasta.