Orando La Sabiduria De Dios en tu VidaMuestra

La Amistad que Afila

Lectura: Proverbios 27:5-17

EOAO: Proverbios 27:17

Hierro con hierro se aguza; Y así el hombre aguza el rostro de su amigo.

DEVOCIONAL

Una cosa que he aprendido con los años es que las amistades van y vienen a lo largo de las estaciones de nuestra vida. Algunas amistades nos hacen sentir como en casa: son seguras, acogedoras y fáciles. Otras amistades traen risas a nuestras lágrimas y alegría a nuestros corazones: son el sol en nuestros días lluviosos o a veces a través de una estación lluviosa de la vida. Sin embargo, otras amistades requieren más trabajo e intencionalidad: nos exigen y nos desafían. Y, al hacerlo, nos convierten en mejores versiones de nosotras mismas. No importa la estación, la amistad es uno de los regalos más dulces de Dios, y también un área en la que más necesitamos su sabiduría amorosa.

Me encanta cómo Proverbios 27 nos recuerda que las amistades piadosas nos hacen mejores. Tienen un propósito mayor que simplemente disfrutar de la vida juntos: son parte del plan de Dios para refinarnos, animarnos y decir la verdad en nuestras vidas. Como el hierro que afila el hierro, las amistades piadosas nos moldean, no sólo a través del consuelo que traen, sino a través de la verdad hablada desde un corazón de amor y gracia que permanece cuando la vida se pone difícil. Nos recuerdan quiénes somos en Cristo y nos animan a seguir adelante cuando tenemos ganas de rendirnos. Este tipo de afilado no sucede accidentalmente. Se forja a través de la oración, la vulnerabilidad y el compromiso de amarnos bien hacia Jesús.

Por eso necesitamos la sabiduría de Dios para saber cuándo hablar, cómo escuchar y qué decir cuando las palabras más importan. Sin la guía y la sabiduría de Dios, podemos caer en la tentación de hablar demasiado deprisa, contenernos demasiado tiempo o alejarnos cuando las cosas se ponen difíciles. Pero cuando elegimos ser valientes, caminar hacia nuestros amigos con amor, queriendo sólo lo mejor para ellos, entonces podemos sortear conversaciones difíciles, sentimientos heridos o malentendidos.

Sé que puede ser difícil decir la verdad cuando tememos el rechazo, y aún más difícil recibir corrección cuando nos sentimos frágiles. La clave es orar y buscar Su sabiduría primero, y luego entrar en las conversaciones difíciles con un corazón tierno y un deseo de amar bien tanto a nuestros amigos como a nuestro Dios.