Orando La Sabiduria De Dios en tu VidaMuestra

Sabiduría para Administrar lo que Dios te ha Confiado

Administrando con Fidelidad lo que Dios te ha Dado

Lectura: Mateo 25:14–29; 1 Corintios 4:1–2
EOAO: 1 Corintios 4:2

Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.

DEVOCIONAL

Dios ha puesto algo sagrado en tus manos.

Puede que no siempre se sienta como algo grande. Desde fuera, puede parecer pequeño, ordinario o incluso pasar desapercibido. Pero lo que Dios ha puesto en tus manos,ya sea una relación, un don, un rol que desempeñas, una historia que llevas contigo o un llamado que estás viviendo, es profundamente significativo. Importa. Y no está ahí por casualidad. Dios te lo confió con un propósito, para un propósito.

Se te ha dado por una razón… y por una temporada.

En Mateo 25, Jesús comparte la parábola de los talentos, recordándonos que el señor no se impresionó por cuánto recibió cada siervo, sino por cuán fielmente administraron lo que tenían. Un siervo devolvió cinco talentos, otro devolvió dos y ambos fueron recibidos con las mismas palabras llenas de gozo: “Bien hecho.” ¿Por qué? Porque cada uno fue fiel, según su capacidad, con lo que le había sido entregado.

Esa es la misma invitación para nosotras: no a hacer todo, sino a ser fieles con lo que a nosotras nos corresponde. Y es ahí donde necesitamos la sabiduría de Dios.

Porque el mundo nos tentará a compararnos. A desear la plataforma de otra persona, su ritmo, su porción. Pero cuando buscamos la sabiduría de Dios, Él abre nuestros ojos a la belleza de lo que nos ha confiado y nos muestra cómo usarlo para Su gloria, no para la nuestra.

1 Corintios 4:2 nos recuerda que Dios no evalúa nuestro valor por la magnitud de nuestra obra, sino por la fidelidad con la que la administramos. Él busca corazones dispuestos, no perfectos, mujeres que lleven lo que Él les ha confiado con amor, humildad y un profundo deseo de glorificarlo. Nuestro llamado no es hacer todo, es hacer con fidelidad lo que Él ha puesto en nuestras manos.

Así que hoy, pídele a Dios que te muestre cómo servir, cómo hablar, cómo amar y cómo liderar con lo que ya te ha confiado. No tiene que ser grande a los ojos del mundo para ser hermoso a los Suyos.

Lo que tienes en tus manos hoy le importa a Dios. Él no te está pidiendo más. Te está pidiendo fidelidad con lo que ya tienes.