Orando La Sabiduria De Dios en tu VidaMuestra

Lealtad y Compromiso en el Amor

Lectura: Eclesiastés 4:9-12

EOAO: Eclesiastés 4:12

Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto.

DEVOCIONAL

En un mundo en el que la gente a menudo sigue adelante cuando las cosas se complican o resultan inconvenientes, la lealtad puede parecer escasa. Sin embargo, la sabiduría de Dios nos recuerda que la fidelidad (especialmente en las relaciones) es uno de los testimonios más poderosos que podemos ofrecer al mundo que nos observa. Refleja el amor inquebrantable, inquebrantable y eterno que Dios nos tiene a cada uno de nosotras.

En el Eclesiastés se nos recuerda que dos son mejor que uno, no sólo para las relaciones, sino también para la fortaleza ante los retos de la vida. Cuando nos caemos, hay alguien que nos ayuda a levantarnos. Cuando tenemos frío, otro nos da calor. Y cuando nos enfrentamos a batallas, no tenemos por qué hacerlo solas.

A lo largo de los años, he descubierto que las relaciones en las que Jesús se mantiene en el centro -el hilo firme y fuerte tejido a través de todos los altibajos de la vida- son las que resisten la prueba del tiempo. En estas relaciones de tres cuerdas, Él da fuerza cuando estamos cansadas, esperanza cuando estamos desanimadas y gracia cuando no damos el ancho. Cuando Dios es el tercer cordón de la relación, es Él quien la sostiene, la fortalece y la mantiene unida cuando nosotras no podemos hacerlo.

Pero esta es la verdad: la lealtad no siempre es fácil. A menudo se manifiesta de maneras silenciosas, invisibles: escuchando cuando sería más fácil alejarse, comprobando cuando tu propio corazón se siente cansado, orando cuando nadie más sabe que hay una necesidad.

Este tipo de compromiso requiere sabiduría. Sabiduría para saber cuándo hablar y cuándo callar. Sabiduría para perseverar con amor, incluso cuando la relación se siente tensa. Sabiduría para trazar límites sanos sin dejar de honrar a la otra persona.

Amiga, ¿hay alguien en tu vida que pueda necesitar un recordatorio hoy de que no está caminando sola? ¿Alguien a quien Dios te esté pidiendo que lo acompañes más intencionalmente? Pídele sabiduría para amar bien, para permanecer fiel y para mantenerlo a Él en el centro de cada relación que aprecias.

Las relaciones arraigadas en la lealtad y ancladas en Cristo no sólo sobreviven, sino que prosperan.