℗ Hosanna y Sociedades Bíblicas Unidas, 2005

Spanish - Dios Habla Hoy 2005 (Drama NT)

<div class="version vid411 iso6393spa" data-vid="411" data-iso6393="spa">
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 <div class="chapter ch10" data-usfm="JHN.10">
 <div class="label">10</div><div class="s1">El pastor y sus ovejas</div><div class="p"> 1Entonces Jes&#250;s dijo: &#171;Les aseguro que el que no entra en el redil de las ovejas por la puerta es un ladr&#243;n y un bandido. 2Pero el que entra por la puerta es el pastor que cuida las ovejas. 3El portero le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz; las saca del redil, 4y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. 5En cambio, a un desconocido no lo siguen, sino que huyen de &#233;l, porque desconocen su voz.&#187;</div><div class="p"> 6Jes&#250;s les puso esta comparaci&#243;n, pero ellos no entendieron lo que les quer&#237;a decir.</div><div class="s1">Jes&#250;s, el buen pastor</div><div class="p"> 7Jes&#250;s volvi&#243; a decirles: &#171;Esto les aseguro: Yo soy la puerta por donde pasan las ovejas.#10.7 Sobre esta identificaci&#243;n, v&#233;ase Jn 6.35&#160;n. 8Todos los que vinieron antes de m&#237;, fueron unos ladrones y unos bandidos;#10.8 Jes&#250;s alude a aquellos que se presentaban como Mes&#237;as y salvadores del pueblo (cf. Jer 23.1-2; Ez 34.2-3). pero las ovejas no les hicieron caso. 9Yo soy la puerta:#Jn 14.6. el que por m&#237; entre, se salvar&#225;. Ser&#225; como una oveja que entra y sale y encuentra pastos.</div><div class="p"> 10&#187;El ladr&#243;n viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. 11Yo soy el buen pastor.#10.11 La imagen del pastor se aplica en el AT a Dios o al gobernante (Sal 23.1; Is 40.11; Jer 23.1-6; Ez 34.11-31; 37.24); en el NT a Cristo (Mt 9.36; 18.12-14; Mc 6.34; Lc 15.4-7; Heb 13.20; 1&#160;P 2.25; 5.4; Ap 7.17) y a los pastores de la iglesia (v&#233;ase Jn 21.15&#160;n.). El buen pastor da su vida por las ovejas; 12pero el que trabaja solamente por la paga, cuando ve venir al lobo deja las ovejas y huye, porque no es el pastor y porque las ovejas no son suyas. Y el lobo ataca a las ovejas y las dispersa en todas direcciones. 13Ese hombre huye porque lo &#250;nico que le importa es la paga, y no las ovejas.</div><div class="p"> 14-15&#187;Yo soy el buen pastor. As&#237; como mi Padre me conoce a m&#237; y yo conozco a mi Padre,#Mt 11.27; Lc 10.22. as&#237; tambi&#233;n yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a m&#237;. Yo doy mi vida por las ovejas. 16Tambi&#233;n tengo otras ovejas que no son de este redil;#10.16 Jn 11.52; 17.20; Ef 2.11-22; 1&#160;P 2.25. y tambi&#233;n a ellas debo traerlas. Ellas me obedecer&#225;n, y formar&#225;n un solo reba&#241;o, con un solo pastor.</div><div class="p"> 17&#187;El Padre me ama porque yo doy mi vida para volverla a recibir. 18Nadie me quita la vida, sino que yo la doy por mi propia voluntad. Tengo el derecho de darla y de volver a recibirla. Esto es lo que me orden&#243; mi Padre.&#187;</div><div class="p"> 19Cuando los jud&#237;os oyeron estas palabras, volvieron a dividirse. 20Muchos de ellos dec&#237;an:</div><div class="p">&#8212;&#191;Por qu&#233; le hacen caso, si tiene un demonio y est&#225; loco?#Jn 7.20.</div><div class="p"> 21Pero otros dec&#237;an:</div><div class="p">&#8212;Nadie que tenga un demonio puede hablar as&#237;. &#191;Acaso un demonio puede dar la vista a los ciegos?#Jn 9.1-41.</div><div class="s1">Los jud&#237;os rechazan a Jes&#250;s</div><div class="p"> 22Era invierno, y en Jerusal&#233;n estaban celebrando la fiesta en que se conmemoraba la dedicaci&#243;n del templo.#10.22 La fiesta de la Dedicaci&#243;n (heb. hanukk&#225;), celebrada durante ocho d&#237;as en diciembre, conmemora la restauraci&#243;n y consagraci&#243;n del templo de Jerusal&#233;n por Judas Macabeo en 164 a.C., despu&#233;s que lo hab&#237;a profanado Ant&#237;oco Ep&#237;fanes (cf. Dn 9.27; 11.31; 1&#160;Mac 4.36,52-59; 2&#160;Mac 1.18; 10.5). 23Jes&#250;s estaba en el templo, y andaba por el P&#243;rtico de Salom&#243;n.#10.23 P&#243;rtico de Salom&#243;n: un p&#243;rtico o galer&#237;a al oriente del templo, en el lado interior del muro que lo rodeaba (cf. Hch 3.11; 5.12). 24Entonces los jud&#237;os lo rodearon y le preguntaron:</div><div class="p">&#8212;&#191;Hasta cu&#225;ndo nos vas a tener en dudas? Si t&#250; eres el Mes&#237;as, d&#237;noslo de una vez.#10.24 La afirmaci&#243;n de Jes&#250;s: &#171;Yo soy el buen pastor&#187;, alud&#237;a ya a su misi&#243;n, y respond&#237;a de antemano a la pregunta de los jud&#237;os. Cf. Jer 23.1-6; Ez 34.11-31; 37.24.</div><div class="p"> 25Jes&#250;s les contest&#243;:</div><div class="p">&#8212;Ya se lo dije a ustedes, y no me creyeron.#10.24-25 Jn 8.24,28,58; cf. Lc 22.67. Las cosas que yo hago con la autoridad de mi Padre, lo demuestran claramente; 26pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. 27Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen.#10.27 Cf. vv. 3-4. 28Yo les doy vida eterna, y jam&#225;s perecer&#225;n ni nadie me las quitar&#225;. 29Lo que el Padre me ha dado es m&#225;s grande que todo,#10.29 Lo que... que todo: Algunos mss. dicen Mi Padre, que me lo ha dado, es m&#225;s grande que todos. y nadie se lo puede quitar. 30El Padre y yo somos uno solo.</div><div class="p"> 31Los jud&#237;os volvieron a tomar piedras para tir&#225;rselas,#Jn 5.17-18; 8.58-59. 32pero Jes&#250;s les dijo:</div><div class="p">&#8212;Por el poder de mi Padre he hecho muchas cosas buenas delante de ustedes; &#191;por cu&#225;l de ellas me van a apedrear?</div><div class="p"> 33Los jud&#237;os le contestaron:</div><div class="p">&#8212;No te vamos a apedrear por ninguna cosa buena que hayas hecho, sino porque tus palabras son una ofensa contra Dios.#10.33 Mt 26.65; Mc 14.64; Lc 22.70-71; cf. Lv 24.15-16. T&#250; no eres m&#225;s que un hombre, pero te est&#225;s haciendo Dios a ti mismo.</div><div class="p"> 34Jes&#250;s les dijo:</div><div class="p">&#8212;En la ley de ustedes est&#225; escrito: &#8220;Yo dije que ustedes son dioses.&#8221;#10.34 Sal 82.6. En algunos casos, como aqu&#237;, la palabra ley designa al AT en general. Cf. Jn 12.34, y v&#233;ase 1&#160;Co 14.21 nota. 35Sabemos que lo que la Escritura dice, no se puede negar; y Dios llam&#243; dioses a aquellas personas a quienes dirigi&#243; su mensaje. 36Y si Dios me consagr&#243;#10.36 Cf. Jn 17.19; Heb 5.5. a m&#237; y me envi&#243; al mundo, &#191;c&#243;mo pueden ustedes decir que lo he ofendido porque dije que soy Hijo de Dios? 37Si yo no hago las obras que hace mi Padre, no me crean. 38Pero si las hago, aunque no me crean a m&#237;, crean en las obras que hago, para que sepan de una vez por todas que el Padre est&#225; en m&#237; y que yo estoy en el Padre.#10.38 Jn 14.10-11; 17.21; 1&#160;Jn 3.24; 4.15.</div><div class="p"> 39Otra vez quisieron arrestarlo, pero Jes&#250;s se les escap&#243;.</div><div class="p"> 40Regres&#243; Jes&#250;s al otro lado del Jord&#225;n, y se qued&#243; all&#237;, en el lugar donde Juan hab&#237;a estado antes bautizando.#Jn 1.28. 41Mucha gente fue a verlo, y dec&#237;an:</div><div class="p">&#8212;De veras, aunque Juan no hizo ninguna se&#241;al milagrosa, todo lo que dijo#Jn 1.26-36. de este hombre era verdad.</div><div class="p"> 42Y muchos en aquel lugar creyeron en Jes&#250;s.</div>
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.

Entonces Jesús dijo: «Les aseguro que el que no entra en el redil de las ovejas por la puerta es un ladrón y un bandido. Pero el que entra por la puerta es el pastor que cuida las ovejas. El portero le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz; las saca del redil, y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. En cambio, a un desconocido no lo siguen, sino que huyen de él, porque desconocen su voz.»
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir.

Jesús volvió a decirles: «Esto les aseguro: Yo soy la puerta por donde pasan las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí, fueron unos ladrones y unos bandidos; pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y encuentra pastos.
»El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; pero el que trabaja solamente por la paga, cuando ve venir al lobo deja las ovejas y huye, porque no es el pastor y porque las ovejas no son suyas. Y el lobo ataca a las ovejas y las dispersa en todas direcciones. Ese hombre huye porque lo único que le importa es la paga, y no las ovejas.
»Yo soy el buen pastor. Así como mi Padre me conoce a mí y yo conozco a mi Padre, así también yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; y también a ellas debo traerlas. Ellas me obedecerán, y formarán un solo rebaño, con un solo pastor.
»El Padre me ama porque yo doy mi vida para volverla a recibir. Nadie me quita la vida, sino que yo la doy por mi propia voluntad. Tengo el derecho de darla y de volver a recibirla. Esto es lo que me ordenó mi Padre.»
Cuando los judíos oyeron estas palabras, volvieron a dividirse. Muchos de ellos decían:
—¿Por qué le hacen caso, si tiene un demonio y está loco?
Pero otros decían:
—Nadie que tenga un demonio puede hablar así. ¿Acaso un demonio puede dar la vista a los ciegos?

Era invierno, y en Jerusalén estaban celebrando la fiesta en que se conmemoraba la dedicación del templo. Jesús estaba en el templo, y andaba por el Pórtico de Salomón. Entonces los judíos lo rodearon y le preguntaron:
—¿Hasta cuándo nos vas a tener en dudas? Si tú eres el Mesías, dínoslo de una vez.
Jesús les contestó:
—Ya se lo dije a ustedes, y no me creyeron. Las cosas que yo hago con la autoridad de mi Padre, lo demuestran claramente; pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas reconocen mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna, y jamás perecerán ni nadie me las quitará. Lo que el Padre me ha dado es más grande que todo, y nadie se lo puede quitar. El Padre y yo somos uno solo.
Los judíos volvieron a tomar piedras para tirárselas, pero Jesús les dijo:
—Por el poder de mi Padre he hecho muchas cosas buenas delante de ustedes; ¿por cuál de ellas me van a apedrear?
Los judíos le contestaron:
—No te vamos a apedrear por ninguna cosa buena que hayas hecho, sino porque tus palabras son una ofensa contra Dios. Tú no eres más que un hombre, pero te estás haciendo Dios a ti mismo.
Jesús les dijo:
—En la ley de ustedes está escrito: “Yo dije que ustedes son dioses.” Sabemos que lo que la Escritura dice, no se puede negar; y Dios llamó dioses a aquellas personas a quienes dirigió su mensaje. Y si Dios me consagró a mí y me envió al mundo, ¿cómo pueden ustedes decir que lo he ofendido porque dije que soy Hijo de Dios? Si yo no hago las obras que hace mi Padre, no me crean. Pero si las hago, aunque no me crean a mí, crean en las obras que hago, para que sepan de una vez por todas que el Padre está en mí y que yo estoy en el Padre.
Otra vez quisieron arrestarlo, pero Jesús se les escapó.
Regresó Jesús al otro lado del Jordán, y se quedó allí, en el lugar donde Juan había estado antes bautizando. Mucha gente fue a verlo, y decían:
—De veras, aunque Juan no hizo ninguna señal milagrosa, todo lo que dijo de este hombre era verdad.
Y muchos en aquel lugar creyeron en Jesús.

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