℗ Hosanna y Sociedades Bíblicas Unidas, 2005

Spanish - Dios Habla Hoy 2005 (Drama NT)

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 <div class="chapter ch17" data-usfm="LUK.17">
 <div class="label">17</div><div class="s1">El peligro de caer en pecado</div><div class="r">(Mt 18.6-7,21-22; Mc 9.42)</div><div class="p"> 1Jes&#250;s dijo a sus disc&#237;pulos: &#171;No se puede evitar que haya incitaciones al pecado;#17.1 Incitaciones al pecado: en griego skandalon (de donde se deriv&#243; la palabra castellana esc&#225;ndalo) significa tropiezo o trampa, s&#237;mbolo de aquello que incita al pecado o a la p&#233;rdida de la fe. pero &#161;ay del hombre que haga pecar a los dem&#225;s! 2Mejor le ser&#237;a que lo echaran al mar con una piedra de molino atada al cuello, que hacer caer en pecado a uno de estos peque&#241;itos.#17.2 Estos peque&#241;itos: Puede referirse aqu&#237; a los ni&#241;os, o bien a los disc&#237;pulos de Jes&#250;s en general. Cf. Mt 18.6&#160;n. 3&#161;Tengan cuidado!#17.3 &#161;Tengan cuidado!: Puede entenderse en relaci&#243;n con las palabras que siguen, o bien, como en esta versi&#243;n, como una solemne advertencia ligada al v. 2.</div><div class="p">&#187;Si tu hermano peca, repr&#233;ndelo; pero si cambia de actitud, perd&#243;nalo.#Lv 19.17; Mt 18.15. 4Aunque peque contra ti siete veces en un d&#237;a, si siete veces viene a decirte: &#8220;No lo volver&#233; a hacer&#8221;, debes perdonarlo.&#187;#17.4 Siete, n&#250;mero que simboliza la perfecci&#243;n, indica aqu&#237; un n&#250;mero sin l&#237;mite; cf. Mt 18.21-22.</div><div class="s1">El poder de la fe</div><div class="p"> 5Los ap&#243;stoles pidieron al Se&#241;or:</div><div class="p">&#8212;Danos m&#225;s fe.</div><div class="p"> 6El Se&#241;or les contest&#243;:</div><div class="p">&#8212;Si ustedes tuvieran fe, aunque solo fuera del tama&#241;o de una semilla de mostaza, podr&#237;an decirle a este &#225;rbol: &#8220;Arr&#225;ncate de aqu&#237; y pl&#225;ntate en el mar&#8221;, y les har&#237;a caso.#17.6 Mt 17.20; 21.21; Mc 11.23. Semilla de mostaza: Mt 13.31&#160;n.</div><div class="s1">El deber del que sirve</div><div class="p"> 7&#187;Si uno de ustedes tiene un criado que regresa del campo despu&#233;s de haber estado arando o cuidando el ganado, &#191;acaso le dice: &#8220;Pasa y si&#233;ntate a comer&#8221;? 8No, sino que le dice: &#8220;Prep&#225;rame la cena, y disp&#243;nte a atenderme mientras yo como y bebo. Despu&#233;s podr&#225;s t&#250; comer y beber.&#8221; 9Y tampoco le da las gracias al criado por haber hecho lo que le mand&#243;. 10As&#237; tambi&#233;n ustedes, cuando ya hayan cumplido todo lo que Dios les manda, deber&#225;n decir: &#8220;Somos servidores in&#250;tiles, porque no hemos hecho m&#225;s que cumplir con nuestra obligaci&#243;n.&#8221;#17.7-10 Criado, servidores: traducciones de una palabra griega que equivale a esclavo; sobre la esclavitud, v&#233;ase Col 3.22&#160;n.</div><div class="s1">Jes&#250;s sana a diez leprosos</div><div class="p"> 11En su camino a Jerusal&#233;n, pas&#243; Jes&#250;s entre las regiones de Samaria y Galilea.#17.11 Su camino a Jerusal&#233;n: V&#233;ase Lc 9.51&#8212;19.27&#160;n. 12Y lleg&#243; a una aldea, donde le salieron al encuentro diez hombres enfermos de lepra,#17.12 Lepra: V&#233;ase &#205;ndice tem&#225;tico. los cuales se quedaron lejos de &#233;l 13gritando:</div><div class="p">&#8212;&#161;Jes&#250;s, Maestro, ten compasi&#243;n de nosotros!</div><div class="p"> 14Cuando Jes&#250;s los vio, les dijo:</div><div class="p">&#8212;Vayan a presentarse a los sacerdotes.#17.14 Vayan a presentarse a los sacerdotes: Cf. Lv 14.1-32.</div><div class="p">Y mientras iban, quedaron limpios de su enfermedad.#17.12-14 Los leprosos, por ser ritualmente impuros (Lv 13), deb&#237;an alejarse y evitar el contacto con la gente. Su curaci&#243;n los dejar&#237;a limpios de tal impureza. V&#233;ase Lc 5.12-13&#160;n. 15Uno de ellos, al verse limpio, regres&#243; alabando a Dios a grandes voces, 16y se arrodill&#243; delante de Jes&#250;s, inclin&#225;ndose hasta el suelo para darle las gracias. Este hombre era de Samaria.#17.16 De Samaria: V&#233;ase Lc 10.33&#160;n. 17Jes&#250;s dijo:</div><div class="p">&#8212;&#191;Acaso no eran diez los que quedaron limpios de su enfermedad? &#191;D&#243;nde est&#225;n los otros nueve? 18&#191;&#218;nicamente este extranjero ha vuelto para alabar a Dios?</div><div class="p"> 19Y le dijo al hombre:</div><div class="p">&#8212;Lev&#225;ntate y vete; por tu fe has sido sanado.</div><div class="s1">C&#243;mo llegar&#225; el reino de Dios</div><div class="r">(Mt 24.23-28,36-41)</div><div class="p"> 20Los fariseos le preguntaron a Jes&#250;s cu&#225;ndo hab&#237;a de llegar el reino de Dios, y &#233;l les contest&#243;:</div><div class="p">&#8212;La venida del reino de Dios no es algo que todo el mundo pueda ver. 21No se va a decir: &#8220;Aqu&#237; est&#225;&#8221;, o &#8220;All&#237; est&#225;&#8221;; porque el reino de Dios ya est&#225; entre ustedes.#17.20-21 Mc 13.21. Entre ustedes: otras traducciones propuestas: dentro de ustedes, o al alcance de ustedes.</div><div class="p"> 22Y dijo a sus disc&#237;pulos:</div><div class="p">&#8212;Llegar&#225; el tiempo en que ustedes querr&#225;n ver siquiera uno de los d&#237;as del Hijo del hombre,#17.22 Los d&#237;as del Hijo del hombre: Parece referirse a los d&#237;as en que Cristo se har&#225; presente con su poder y gloria. y no lo ver&#225;n. 23Algunos dir&#225;n: &#8220;Aqu&#237; est&#225;&#8221;, o &#8220;All&#237; est&#225;&#8221;; pero no vayan ni los sigan. 24Porque as&#237; como el rel&#225;mpago, al brillar, ilumina el cielo de uno a otro lado, as&#237; ser&#225; el Hijo del hombre en el d&#237;a de su regreso.#17.24 En el d&#237;a de su regreso: Lit. en su d&#237;a. Algunos mss. omiten esta frase. 25Pero primero tiene que sufrir mucho y ser rechazado por la gente de este tiempo. 26Como pas&#243; en los tiempos de No&#233;,#17.26-27 Gn 6.5-12; 7.6-24. Las historias de No&#233; y de Lot (vv. 28-29) se consideraban, respectivamente, como ejemplos cl&#225;sicos de la salvaci&#243;n de los justos y del castigo de los malos. as&#237; pasar&#225; tambi&#233;n en los d&#237;as en que regrese el Hijo del hombre. 27La gente com&#237;a y beb&#237;a y se casaba, hasta el d&#237;a en que No&#233; entr&#243; en la barca, y lleg&#243; el diluvio y todos murieron. 28Lo mismo sucedi&#243; en los tiempos de Lot:#17.28-29 Gn 18.20&#8212;19.25. la gente com&#237;a y beb&#237;a, compraba y vend&#237;a, sembraba y constru&#237;a casas; 29pero cuando Lot sali&#243; de la ciudad de Sodoma, llovi&#243; del cielo fuego y azufre, y todos murieron. 30As&#237; ser&#225; el d&#237;a en que el Hijo del hombre aparezca.</div><div class="p"> 31&#187;En aquel d&#237;a, el que se encuentre en la azotea#17.31 En la azotea: V&#233;ase Mt 24.17&#160;n. y tenga sus cosas dentro de la casa, que no baje a sacarlas; y el que est&#233; en el campo, que no regrese a su casa.#Mt 24.17-18; Mc 13.15-16. 32Acu&#233;rdense de la mujer de Lot.#17.32 La mujer de Lot: Gn 19.26, entendido aqu&#237; como una exhortaci&#243;n a no volver atr&#225;s (v. 31). 33El que trate de conservar su vida, la perder&#225;; pero el que la pierda, la conservar&#225;.#17.33 Mt 10.39; 16.25; Mc 8.35; Jn 12.25. Lucas, que ya hab&#237;a incluido este dicho en un contexto anterior (Lc 9.24), lo relaciona aqu&#237; con la amonestaci&#243;n del v. 31.</div><div class="p"> 34&#187;Les digo que en aquella noche, de dos que est&#233;n en una misma cama, uno ser&#225; llevado y el otro ser&#225; dejado. 35De dos mujeres que est&#233;n moliendo juntas, una ser&#225; llevada y la otra ser&#225; dejada.&#187;#17.35 Algunos mss. a&#241;aden el v. 36: De dos hombres que est&#233;n en el campo, uno ser&#225; llevado y el otro ser&#225; dejado, frase tomada de Mt 24.40.</div><div class="p"> 37Le preguntaron entonces:</div><div class="p">&#8212;&#191;D&#243;nde ocurrir&#225; eso, Se&#241;or?</div><div class="p">Y &#233;l les contest&#243;:</div><div class="p">&#8212;Donde est&#233; el cad&#225;ver, all&#237; se juntar&#225;n los buitres.#17.37 Buitres: o &#225;guilas; v&#233;ase Mt 24.28&#160;n.</div>
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.

Jesús dijo a sus discípulos: «No se puede evitar que haya incitaciones al pecado; pero ¡ay del hombre que haga pecar a los demás! Mejor le sería que lo echaran al mar con una piedra de molino atada al cuello, que hacer caer en pecado a uno de estos pequeñitos. ¡Tengan cuidado!
»Si tu hermano peca, repréndelo; pero si cambia de actitud, perdónalo. Aunque peque contra ti siete veces en un día, si siete veces viene a decirte: “No lo volveré a hacer”, debes perdonarlo.»

Los apóstoles pidieron al Señor:
—Danos más fe.
El Señor les contestó:
—Si ustedes tuvieran fe, aunque solo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol: “Arráncate de aquí y plántate en el mar”, y les haría caso.

»Si uno de ustedes tiene un criado que regresa del campo después de haber estado arando o cuidando el ganado, ¿acaso le dice: “Pasa y siéntate a comer”? No, sino que le dice: “Prepárame la cena, y dispónte a atenderme mientras yo como y bebo. Después podrás tú comer y beber.” Y tampoco le da las gracias al criado por haber hecho lo que le mandó. Así también ustedes, cuando ya hayan cumplido todo lo que Dios les manda, deberán decir: “Somos servidores inútiles, porque no hemos hecho más que cumplir con nuestra obligación.”

En su camino a Jerusalén, pasó Jesús entre las regiones de Samaria y Galilea. Y llegó a una aldea, donde le salieron al encuentro diez hombres enfermos de lepra, los cuales se quedaron lejos de él gritando:
—¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!
Cuando Jesús los vio, les dijo:
—Vayan a presentarse a los sacerdotes.
Y mientras iban, quedaron limpios de su enfermedad. Uno de ellos, al verse limpio, regresó alabando a Dios a grandes voces, y se arrodilló delante de Jesús, inclinándose hasta el suelo para darle las gracias. Este hombre era de Samaria. Jesús dijo:
—¿Acaso no eran diez los que quedaron limpios de su enfermedad? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Únicamente este extranjero ha vuelto para alabar a Dios?
Y le dijo al hombre:
—Levántate y vete; por tu fe has sido sanado.


Los fariseos le preguntaron a Jesús cuándo había de llegar el reino de Dios, y él les contestó:
—La venida del reino de Dios no es algo que todo el mundo pueda ver. No se va a decir: “Aquí está”, o “Allí está”; porque el reino de Dios ya está entre ustedes.
Y dijo a sus discípulos:
—Llegará el tiempo en que ustedes querrán ver siquiera uno de los días del Hijo del hombre, y no lo verán. Algunos dirán: “Aquí está”, o “Allí está”; pero no vayan ni los sigan. Porque así como el relámpago, al brillar, ilumina el cielo de uno a otro lado, así será el Hijo del hombre en el día de su regreso. Pero primero tiene que sufrir mucho y ser rechazado por la gente de este tiempo. Como pasó en los tiempos de Noé, así pasará también en los días en que regrese el Hijo del hombre. La gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en la barca, y llegó el diluvio y todos murieron. Lo mismo sucedió en los tiempos de Lot: la gente comía y bebía, compraba y vendía, sembraba y construía casas; pero cuando Lot salió de la ciudad de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y todos murieron. Así será el día en que el Hijo del hombre aparezca.
»En aquel día, el que se encuentre en la azotea y tenga sus cosas dentro de la casa, que no baje a sacarlas; y el que esté en el campo, que no regrese a su casa. Acuérdense de la mujer de Lot. El que trate de conservar su vida, la perderá; pero el que la pierda, la conservará.
»Les digo que en aquella noche, de dos que estén en una misma cama, uno será llevado y el otro será dejado. De dos mujeres que estén moliendo juntas, una será llevada y la otra será dejada.»
Le preguntaron entonces:
—¿Dónde ocurrirá eso, Señor?
Y él les contestó:
—Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.

Sikiliza San Lucas 17