el día de ayuno lo pasáis en disputas y peleas
y dando golpes criminales con los puños.
Un día de ayuno así, no puede lograr
que yo escuche vuestras oraciones.
¿Creéis que el ayuno que me agrada
consiste en afligirse,
en agachar la cabeza como un junco
y en acostarse entre ásperas ropas, sobre ceniza?
¿Eso es lo que vosotros llamáis ‘ayuno’
y ‘día agradable al Señor’?