2 Reyes 19
19
Isaías profetiza la liberación de Jerusalén
19:1-13 – Is 37:1-13
1Cuando el rey Ezequías escuchó esto, se rasgó las vestiduras, se vistió de luto y fue al templo del Señor. 2Además, envió a Eliaquín, administrador del palacio, al cronista Sebna y a los sacerdotes más ancianos, todos vestidos de luto, para hablar con el profeta Isaías hijo de Amoz. 3Y le dijeron: «Así dice Ezequías: “Hoy es un día de angustia, castigo y deshonra, como cuando los hijos están a punto de nacer y no se tienen fuerzas para dar a luz. 4Tal vez el Señor tu Dios oiga todas las palabras del comandante en jefe, a quien su señor, el rey de Asiria, envió para insultar al Dios viviente. ¡Que el Señor tu Dios lo castigue por las palabras que ha oído! Eleva, pues, una oración por el remanente del pueblo que aún sobrevive”».
5Cuando los funcionarios del rey Ezequías fueron a ver a Isaías, 6este les dijo: «Decidle a vuestro señor que así dice el Señor: “No temas por las blasfemias que has oído, pronunciadas contra mí por los subalternos del rey de Asiria. 7¡Mira! Voy a poner un espíritu en él, para que cuando oiga cierto rumor regrese a su propio país. ¡Allí haré que lo maten a filo de espada!”»
8Cuando el comandante en jefe se enteró de que el rey de Asiria había salido de Laquis, se retiró y encontró al rey luchando contra Libná.
9Luego Senaquerib recibió el informe de que Tiracá, rey de Cus, había salido para luchar contra él, así que una vez más envió mensajeros a Ezequías 10para que le dijeran: «Tú, Ezequías, rey de Judá: No dejes que tu Dios, en quien confías, te engañe cuando dice: “No caerá Jerusalén en manos del rey de Asiria”. 11Sin duda te habrás enterado de lo que han hecho los reyes de Asiria en todos los países, destruyéndolos por completo. ¿Y acaso vas a librarte tú? 12¿Libraron sus dioses a las naciones que mis antepasados han destruido: Gozán, Jarán, Résef y la gente de Edén que vivía en Telasar? 13¿Dónde están el rey de Jamat, el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvayin, o de Hená o Ivá?»
Oración de Ezequías
19:14-19 – Is 37:14-20
14Ezequías tomó la carta de mano de los mensajeros y la leyó. Luego subió al templo del Señor, la desplegó delante del Señor, 15y en su presencia oró así: «Señor, Dios de Israel, entronizado sobre los querubines: solo tú eres el Dios de todos los reinos de la tierra. Tú has hecho los cielos y la tierra. 16Presta atención, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira; escucha las palabras que Senaquerib ha mandado a decir para insultar al Dios viviente.
17»Es verdad, Señor, que los reyes asirios han asolado todas estas naciones y sus tierras. 18Han arrojado al fuego sus dioses y los han destruido, porque no eran dioses, sino solo madera y piedra, obra de manos humanas. 19Ahora, pues, Señor y Dios nuestro, por favor, sálvanos de su mano, para que todos los reinos de la tierra sepan que solo tú, Señor, eres Dios».
Muerte de Senaquerib
19:20-37 – Is 37:21-38
19:35-37 – 2Cr 32:20-21
20Entonces Isaías hijo de Amoz le envió este mensaje a Ezequías: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Por cuanto me has rogado respecto a Senaquerib, rey de Asiria, te he escuchado. 21Esta es la palabra que yo, el Señor, he pronunciado contra él:
»”La virginal hija de Sión
te desprecia y se burla de ti.
La hija de Jerusalén
menea la cabeza al verte huir.
22¿A quién has insultado?
¿Contra quién has blasfemado?
¿Contra quién has alzado la voz
y levantado los ojos con orgullo?
¡Contra el Santo de Israel!
23Has enviado a tus mensajeros
a insultar al Señor, diciendo:
‘Con mis numerosos carros de combate
escalé las cumbres de las montañas,
¡las laderas del Líbano!
Talé sus cedros más altos,
sus cipreses más selectos.
Alcancé sus refugios más lejanos,
y sus bosques más frondosos.
24Cavé pozos en tierras extranjeras,
y en esas aguas apagué mi sed.
Con las plantas de mis pies
sequé todos los ríos de Egipto’.
25»”¿No te has dado cuenta?
¡Hace mucho tiempo que lo he preparado!
Desde tiempo atrás lo vengo planeando,
y ahora lo he llevado a cabo;
por eso tú has dejado en ruinas
las ciudades fortificadas.
26Sus habitantes, impotentes,
están desalentados y avergonzados.
Son como plantas en el campo,
como tiernos pastos verdes,
como hierba que brota sobre el techo
y que se quema antes de crecer.
27»”Yo sé bien cuándo te sientas,
cuándo sales, cuándo entras,
y cuánto ruges contra mí.
28Porque has rugido contra mí
y tu insolencia ha llegado a mis oídos,
te pondré una argolla en la nariz
y un freno en la boca,
y por el mismo camino por donde viniste
te haré regresar.
29»”Esta será la señal para ti, Ezequías:
»”Este año comeréis lo que crezca por sí solo,
y el segundo año lo que de allí brote.
Pero al tercer año sembraréis y cosecharéis,
plantaréis viñas y comeréis su fruto.
30Una vez más los sobrevivientes de la tribu de Judá
echarán raíces abajo, y arriba darán fruto.
31Porque de Jerusalén saldrá un remanente,
del monte Sión un grupo de sobrevivientes.
Esto lo hará mi celo,
celo del Señor Todopoderoso.
32»”Yo, el Señor, declaro esto acerca del rey de Asiria:
»”No entrará en esta ciudad
ni lanzará contra ella una sola flecha.
No se enfrentará a ella con escudos
ni construirá contra ella una rampa de asalto.
33Volverá por el mismo camino que vino;
¡en esta ciudad no entrará!
Yo, el Señor, lo afirmo.
34Por mi causa y por consideración a David mi siervo
defenderé esta ciudad y la salvaré”».
35Esa misma noche, el ángel del Señor salió y mató a ciento ochenta y cinco mil hombres del campamento asirio. A la mañana siguiente, cuando los demás se levantaron, ¡allí estaban tendidos todos los cadáveres! 36Así que Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento y se retiró. Volvió a Nínive y permaneció allí. 37Pero un día, mientras adoraba en el templo de su dios Nisroc, sus hijos Adramélec y Sarézer lo mataron a espada y escaparon a la tierra de Ararat. Y su hijo Esarjadón le sucedió en el trono.
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2 Reyes 19: NVI
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