Deuteronomio Introducción
Introducción
Hay documentos y escritos que merecen ser duplicados porque son muy buenos o porque su contenido es de suma importancia para la vida de una persona, de una familia o de un pueblo entero. El libro de Deuteronomio es un ejemplo de esto que acabamos de decir. De hecho, el nombre «Deuteronomio» (que viene del idioma griego) quiere decir «segunda ley».
En este libro aparecen varios relatos y enseñanzas que ya habían sido escritos en otros documentos. Algunos de esos materiales se pueden leer en los libros de Éxodo, Levítico y Números. El ejemplo que más llama la atención son los Diez mandamientos, documento que aparece tanto en Éxodo 20 como en Deuteronomio 5.
Aunque las enseñanzas del Deuteronomio ya aparecen en otras partes de la Biblia, es muy importante repetirlas a una nueva generación, que vive en un lugar diferente y en circunstancias muy especiales. Si se lee con cuidado el texto de los Diez mandamientos de Éxodo 20, y se compara con el de Deuteronomio 5, se notarán diferencias importantes. Lo mismo pasará con otros relatos, como el del peregrinaje por el desierto, y el de Moisés cuando rompe las tablas de la ley.
El carácter especial de Deuteronomio se descubre al ver que aquí Dios le habla a tres generaciones distintas: los abuelos, los padres y los hijos. La generación de los «abuelos» (la pasada) no fue obediente a las enseñanzas de Dios, por eso Dios castigó a esa generación y no la dejó entrar en la Tierra prometida. La generación de los «padres» (la presente) es la principal receptora del mensaje de este libro, y tiene por obligación enseñarles a sus «hijos» (la generación del futuro) lo que Dios quiere que hagan, y cómo deberán vivir en la Tierra prometida.
Por eso, el tema de la enseñanza es muy importante en este libro. La generación presente debe enseñar a sus hijos la palabra de Dios. Esa Palabra se encuentra en el libro de Deuteronomio, de manera especial en los Diez mandamientos y en 6.4-9.
La historia de la que se habla en Deuteronomio, como es una historia dirigida a la generación presente, está en forma condicional. Dios les dice a los padres: «Si ustedes obedecen y le enseñan a sus hijos a obedecerme, entonces yo los bendeciré y les daré la Tierra prometida y los cuidaré y nunca les faltará nada. Pero si no me obedecen, entonces los castigaré y los sacaré de la tierra que les daré». Los capítulos 27 y 28 muestran las consecuencias de obedecer y de no obedecer.
Además del tema de las tres generaciones y de la historia condicional, aparecen muchas veces las palabras «hoy» y «este día». Puesto que el propósito de Deuteronomio es la enseñanza, y debido a que la generación de los «padres» es la central, entonces el presente es muy importante. Deuteronomio insiste en que lo que pase «hoy» es decisivo para lo que pasará en el futuro: Hoy hay que escuchar la enseñanza de Dios, hoy hay que obedecerlo, hoy se debe reconocer al Dios de Israel como el único Dios, hoy es necesario enseñar esta palabra a la generación futura, es decir, a los que hoy son niños y jóvenes.
Antes de leer todo el libro de Deuteronomio, conviene leer el pasaje conocido como el «shemá», es decir, «¡oye!» (6.4-25). ¡Vale la pena estudiar, aprender y poner en práctica estas enseñanzas!
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Deuteronomio Introducción: TLA
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Traducción en lenguaje actual ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2002, 2004.