MATEO 11
11
Conclusión del discurso misional
1Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, se marchó de allí a enseñar y anunciar el mensaje en los pueblos de la región.#7,28; Lc 7,1.
Juan el Bautista envía mensajeros a Jesús
(Lc 7,18-23)
2Juan, que estaba en la cárcel, oyó hablar de los hechos de Cristo y le envió unos discípulos suyos#9,14. 3para que le preguntaran:
—¿Eres tú el que tenía que venir, o debemos esperar a otro?
4Jesús les contestó:
—Regresad adonde Juan y contadle lo que estáis viendo y oyendo: 5los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el evangelio.#Is 26,19; 29,18; 42,18; 61,1. 6¡Y felices aquellos para quienes yo no soy causa de tropiezo!#ver 5,29.
Jesús habla de Juan el Bautista
(Lc 7,24-35)
7Cuando se fueron los enviados de Juan, Jesús se puso a hablar de él a la gente. Decía:
—Cuando salisteis a ver a Juan al desierto, ¿qué esperabais encontrar? ¿Una caña agitada por el viento? 8¿O esperabais encontrar un hombre espléndidamente vestido? ¡Los que visten con esplendidez viven en los palacios reales! 9¿Qué esperabais entonces encontrar? ¿Un profeta?#14,5; 21,26; Lc 1,76. Pues sí, os aseguro, y más que profeta. 10Precisamente a él se refieren las Escrituras cuando dicen: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino.#Ex 23,20; Ml 3,1 (ver Mc 1,2; Lc 7,27; Jn 3,28). 11Os aseguro que no ha nacido nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. 12Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos es objeto de violencia y los violentos pretenden arrebatarlo. 13Así lo anunciaron todos los profetas y la ley de Moisés hasta que llegó Juan. 14Pues, en efecto, Juan es Elías, el profeta que tenía que venir.#16,14; 17,10-13; Ml 3,23; Lc 1,17; Jn 1,21. 15Quien pueda entender esto, que lo entienda.#13,9.43; Mc 4,9.23; Lc 8,8; 14,35; Ap 2,7; 13,9.
16¿A qué compararé esta gente de hoy? Puede compararse a esos niños que, sentados en la plaza, interpelan a los otros 17diciendo: «Hemos tocado la flauta para vosotros y no habéis bailado; os hemos cantado tonadas tristes, y no habéis llorado». 18Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron de él: «Tiene un demonio dentro».#3,4; 9,14. 19Pero después vino el Hijo del hombre que come y bebe, y dicen: «Ahí tenéis a uno que es glotón y borracho, amigo de andar con recaudadores de impuestos y gente de mala reputación». Pero la sabiduría se acredita por sus propios resultados#11,19: por sus propios resultados: Lit. por sus propias obras, aunque numerosos mss. dicen: por sus propios hijos..#9,11.14; Lc 15,1-2; 19,7.
Lamento por las ciudades rebeldes
(Lc 10,13-15)
20Los pueblos donde Jesús había hecho la mayor parte de sus milagros no se habían convertido. Entonces se puso a reprochárselo, diciendo:
21—¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han realizado en medio de vosotras, ya hace mucho tiempo que sus habitantes se habrían convertido, y lo habrían demostrado con luto y ceniza.#15,21; Mc 3,8; 6,45; 7,24; 8,22; Lc 6,17; 9,10; 10,13; Hch 12,20; 21,3. 22Por eso, os digo que Tiro y Sidón serán tratadas en el día del juicio con más clemencia que vosotras.
23Y tú, Cafarnaún, ¿crees que vas a ser encumbrada hasta el cielo? ¡Hasta el abismoserás precipitada! Porque Sodoma no habría sido destruida si en ella se hubieran realizado los milagros que se han realizado en ti. 24Por eso, os digo que, en el día del juicio, Sodoma será tratada con más clemencia que tú.
El Reino revelado a los sencillos
(Lc 10,21-22)
25Por aquel entonces dijo Jesús:
—Padre, Señor del cielo y de la tierra, te doy gracias porque has ocultado todo esto a los sabios y entendidos y se lo has revelado a los sencillos.#Hch 17,24; 1 Co 1,27-29. 26Sí, Padre, así lo has querido tú.
27[Y luego continuó:]
—Mi Padre lo ha puesto todo en mis manos y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera revelárselo.#24,36; Jn 1,18; 3,35; 10,14-15; 17,1. 28¡Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os daré descanso! 29¡Poned mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy sencillo y humilde de corazón! Así encontraréis descanso para vuestro espíritu, 30porque mi yugo es fácil de llevar, y mi carga ligera.
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