1 Corintios 16
16
Conclusión
(16.1-24)
La colecta
1En cuanto a la colecta para los del pueblo santo,#16.1 Colecta: para los cristianos pobres de Jerusalén; véanse Hch 20.1-6 n. y Ro 15.25-29 n. Los corintios parecen haber preguntado sobre este particular en su carta a Pablo (1 Co 7.1); aquí les contesta, pero da instrucciones más amplias en otra carta (2 Co 8—9). háganla según las instrucciones que di a las iglesias en la provincia de Galacia. 2Los domingos,#16.2 Los domingos: Lit. cada primer día de la semana; véase Hch 20.7 nota. cada uno de ustedes debe apartar algo, según lo que haya ganado, y guardarlo para que cuando yo llegue no se tengan que hacer colectas. 3Y cuando yo llegue, mandaré a Jerusalén a las personas que ustedes escojan, dándoles cartas para llevar la colecta hecha por ustedes. 4Y si es conveniente que yo también vaya, ellos irán conmigo.#16.3-4 Véase Hch 20.4 n.
Planes de viaje
5En mi viaje tengo que pasar por la región de Macedonia;#16.5-6 Cf. Hch 19.21, y véase Hch 20.1-6 n.; no es posible reconstruir con certeza los detalles del viaje anunciado aquí. y después de Macedonia llegaré a Corinto. 6Puede ser que me quede con ustedes algún tiempo, o que tal vez pase allí todo el invierno; entonces ustedes podrán ayudarme en mi viaje a donde tenga que ir después. 7No quiero verlos ahora solamente de paso, sino que espero estar algún tiempo con ustedes, si el Señor lo permite; 8pero me quedaré en Éfeso hasta el día de Pentecostés,#16.8 Hch 19.8-41; véase Hch 19.10 n. Pablo, que escribe desde Éfeso, menciona su plan de permanecer allí algunas semanas más, hasta la fiesta de Pentecostés (véase Índice temático), para aprovechar las oportunidades de proclamar el evangelio (v. 9). 9porque las puertas se me han abierto de par en par para el trabajo, a pesar de que muchos están en contra mía.
10Si llega Timoteo,#16.10 Timoteo: 1 Co 4.17 n. procuren que se sienta a gusto entre ustedes, pues trabaja en la obra del Señor lo mismo que yo. 11Así que ninguno de ustedes lo desprecie; sino, al contrario, ayúdenlo a seguir su viaje en paz, para que venga a verme, porque lo estoy esperando junto con los otros hermanos.
12En cuanto al hermano Apolo,#16.12 Apolo: 1 Co 1.12 nota. le rogué mucho que fuera con los hermanos a visitarlos a ustedes, pero por ahora no quiso ir. Lo hará cuando tenga oportunidad.
Recomendaciones
13Manténganse despiertos y firmes en la fe. Tengan mucho valor y firmeza. 14Y todo lo que hagan, háganlo con amor.#16.14 Tema desarrollado en el cap. 13.
15Hermanos, ustedes saben que la familia de Estéfanas#16.15 Estéfanas: 1 Co 1.16. fue la primera que en la región de Acaya se convirtió al evangelio, y que ellos se han dedicado a servir a los hermanos en la fe. 16Quiero que ustedes, a su vez, se sometan a personas como ellos y a todos los que ayudan y trabajan en esta labor.
17Me alegro de que hayan venido Estéfanas, Fortunato y Acaico,#16.17 Sin duda, éstos habían llegado de Corinto para visitar a Pablo. pues en ausencia de ustedes 18ellos me han dado tranquilidad, lo mismo que a ustedes. Tengan en cuenta a personas como ellos.
Saludos y despedida
19Las iglesias de la provincia de Asia#16.19 Asia: provincia romana, hoy parte de Turquía; su capital era Éfeso. les mandan saludos. Aquila y Prisca,#16.19 Aquila y Prisca (o Priscila; véase Ro 16.3 n.) habían estado en Corinto (Hch 18.2-3) y después en Éfeso (Hch 18.18-19,26). y la congregación que se reúne en su casa, les mandan muchos saludos en el Señor. 20Reciban saludos de todos los hermanos. Salúdense unos a otros con un beso santo.#16.20 Beso santo: Véase Ro 16.16 n.
21Yo, Pablo, les escribo a ustedes este saludo de mi puño y letra.#16.21 Después de dictar la carta, Pablo, de su puño y letra, añade su firma y unas palabras finales (cf. Gl 6.11; Col 4.18; 2 Ts 3.17; Flm 19).
22Si alguien no ama al Señor, ¡que caiga sobre él la maldición de Dios!#16.22 La maldición de Dios: Gl 1.8-9; fórmula de maldición que significaba exclusión. ¡Señor nuestro, ven!#16.22 ¡Señor nuestro, ven!: traducción de la expresión aramea marana-ta. La misma expresión, leída maran-ata, puede traducirse El Señor ha venido. La frase probablemente había sido incorporada, en su forma aramea, en la oración de los cristianos.
23Que el Señor Jesús derrame su gracia sobre ustedes.#16.23 Esta fórmula, con la que Pablo concluye sus cartas (véase Ro 16.23 nota; 2 Co 13.13, etc.), aparece en Ap 22.20-21 unida a la invocación: «¡Ven, Señor Jesús!», del mismo modo que Pablo la une aquí a la exclamación del v. 22. 24Mi amor está siempre con ustedes en Cristo Jesús.
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1 Corintios 16: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.