Amós 2
2
1Así dice el Señor:
«Los de Moab#2.1-3 Moab: reino al oriente del Mar Muerto y al norte de Edom. Véanse Jer 48.1 nota e Índice de mapas. Cf. también Is 15.1—16.14; 25.10-12; Jer 48; Ez 25.8-11; Sof 2.8-11. han cometido tantas maldades
que no dejaré de castigarlos;
pues quemaron los huesos del rey de Edom
hasta convertirlos en ceniza.#2.1 Los antiguos israelitas consideraban la incineración de cadáveres como un castigo extremadamente grave, porque pensaban que la destrucción de los restos mortales impedía el descanso de los difuntos más allá de la muerte. Cf. Gn 38.24; Lv 20.14; 21.9.
2Por eso pondré fuego a la región de Moab,
y ese fuego destruirá los palacios de Queriot;#2.2 Queriot: principal ciudad de Moab, al este del Mar Muerto. Cf. Jer 48.24.
y entre clamores de batalla
y toques de trompeta,
los moabitas morirán.
3¡Quitaré al rey de en medio de su pueblo;
lo mataré, y con él a sus hombres importantes!»
Lo dice el Señor.
4Así dice el Señor:
«Los de Judá#2.4 Al pueblo de Judá le había sido revelada la ley del Señor; por eso, los pecados que se le reprochan son el desprecio de los preceptos divinos y la práctica de la idolatría. En esta denuncia se percibe un eco de Deuteronomio y de los escritos que dependen de él (Jos, Jue, 1 y 2 S, 1 y 2 R). han cometido tantas maldades
que no dejaré de castigarlos;
pues rechazaron las enseñanzas del Señor
y no obedecieron sus leyes,
sino que adoraron a los mismos ídolos#2.4 Ídolos: Lit. mentiras, palabra que el texto hebreo del AT emplea con frecuencia en este sentido. Cf. Sal 115.4-8.
que sus padres habían adorado.
5Por eso pondré fuego a Judá,
y ese fuego destruirá los palacios de Jerusalén.»#Os 8.14.
Juicio sobre Israel
6Así dice el Señor:
«Los de Israel#2.6 Toda esta sección (Am 1.3—2.16) llega a su punto culminante en este oráculo contra Israel. Aquí la denuncia de los pecados está más desarrollada, y ya no se refiere, como en los oráculos contra las naciones vecinas, a crímenes cometidos contra pueblos extranjeros, sino a la perversión de las relaciones entre los miembros del pueblo de Dios. Esta perversión se pone de manifiesto, sobre todo, en la opresión de los pobres, en el hecho de que los jueces se dejaban sobornar y en ciertas prácticas religiosas reprobables (cf. v. 8). han cometido tantas maldades
que no dejaré de castigarlos;
pues venden al inocente por dinero
y al pobre por un par de sandalias.#2.6 Por un par de sandalias: Los ricos vendían como esclavos a los pobres que les debían cantidades insignificantes. La mención de las sandalias podría evocar la costumbre de arrojar una sandalia sobre una porción de terreno, en señal de toma de posesión (Rt 4.7).
7Oprimen y humillan a los pobres,
y se niegan a hacer justicia a los humildes.
El padre y el hijo se acuestan con la misma mujer,#2.7 Se acuestan con la misma mujer: Podría tratarse de la prostitución sagrada (cf. Dt 23.17[18], y véase Os 4.14 n.), o del hecho de que padres e hijos toman una misma concubina.
profanando así mi santo nombre.#2.7 Mi santo nombre: Véase Sal 8.1(2) nota.
8Tendidos sobre ropas que recibieron en prenda,
participan en comidas en honor de los ídolos;
con dinero de multas injustas compran vino,
que beben en el templo de su dios.#2.8 Acerca de la retención indebida de las ropas dadas en prenda, cf. Ex 22.26-27(25-26); Dt 24.10-13.
9Yo, sin embargo, para abrirles paso a ustedes,
destruí a los amorreos;
los destruí por completo,
aunque eran altos como cedros y fuertes como robles.#2.9 El término amorreos se emplea aquí en sentido amplio, para designar a los habitantes de Canaán antes de los hebreos. Cf. Dt 3.8; Ez 16.3.
10Pero a ustedes los saqué de Egipto,
y los conduje cuarenta años por el desierto
para darles la tierra de ellos.#2.10 Ex 20.2; Dt 8.2-16. Esta evocación histórica pone de relieve la ingratitud de Israel, que no supo apreciar los especiales beneficios recibidos del Señor.
11Y no pueden negar, israelitas, que de entre ustedes
a algunos los hice profetas y a otros nazareos.»#2.11 Nazareos: Cf. Nm 6.1-8.
El Señor lo afirma.
12«Pero ustedes obligaron a los nazareos a beber vino,#2.12 Los nazareos se obligaban con un voto a no consumir bebidas alcohólicas (cf. Jue 13.4). Por lo tanto, hacerles beber vino era forzarlos a quebrantar el solemne compromiso contraído delante el Señor.
y prohibieron a los profetas que hablaran en mi nombre.
13Pues bien, yo haré crujir la tierra
bajo los pies de ustedes,
como cruje una carreta cargada de trigo.
14Por mucho que corran, no escaparán;
al más fuerte le faltarán las fuerzas,
y no se salvará ni el más valiente.
15El arquero no resistirá, y no se salvarán
ni el que corra con pies ligeros
ni el que huya a caballo.
16Ese día,#2.16 Ese día: Véase Am 5.18 nota. hasta el más valiente de los guerreros
se despojará de sus armas para poder huir.»
El Señor lo afirma.
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Amós 2: DHH94I
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.